En cuanto al proyecto europeo POCTEFA OUTBIOTICS, cabe subrayar que su campo de actuación se ha centrado en las explotaciones ganaderas, que constituyen motor económico rural, pero, al mismo tiempo, se alzan como las mayores emisoras de antibióticos al medio ambiente, por su presencia en carnes, purines y su emisión directa a las aguas.

El objetivo primordial del trabajo conjunto entre España y Francia ha sido diagnosticar el estado de las aguas para aplicar herramientas de sustitución de antibióticos en la producción animal y para eliminar la carga contaminante del agua.

Iniciado en 2018, el proyecto culminará en diciembre. Ha contado con un presupuesto total de 1.955.730 euros (de los que a NILSA han correspondido 173.000 euros) y ha sido cofinanciado al 65% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

NILSA gestiona fondos de cohesión desde los años noventa y en treinta años de existencia ha llevado a cabo expedientes europeos por un valor total de 36 millones de euros.

El objetivo final del proyecto consiste en dar solución a un problema cada vez más acuciante y adelantar las tecnologías de la empresa pública a las futuras restricciones de las nuevas normativas, que tendrán lugar por parte de la Unión Europea en los próximos años. “La clave está en fijar un marco legal que límites específicos para estas sustancias”, explicó Jairo Gómez.

Desde NILSA han señalado que han podido “aportar al proyecto OUTBIOTICS nuestra experiencia con los procesos de dióxido de titanio, a los que el trabajo presente también ha añadido no solo el carbón activo, sino también el ferrato potásico”.