El momento es ahora. La generación del baby boom, aquellos que nacieron entre 1957 y 1977 en España, comenzará a jubilarse a lo largo del próximo año. Son más de 7,7 millones de personas, el grueso de una pirámide de población deforme, demasiado estrecha en su base, y que incluye a cerca de 150.000 navarros cuyas edades oscilan hoy entre los 44 y 64 años.

Su llegada a la edad de retiro, que en puridad comenzará a concretarse a partir de 2023 debido al retraso legal en la edad de jubilación, supone el mayor reto para el sistema de pensiones español, una caja única que recoge todos los ingresos por cotizaciones sociales y que la distribuye entre todas aquellas personas que se van jubilando. Y que está desde hace más de una década en unos números rojos que no se corregirán fácilmente. Tampoco en Navarra, uno de los territorios con menor tasa de paro, pero también con una población algo más envejecida.

Hasta septiembre de 2021, la Seguridad Social ingresó 1.120 millones de euros en cotizaciones a la Seguridad Social, unos 80 millones de euros más que el año pasado. Mientras tanto abonó 1.603 millones de euros en pensiones de jubilación, viudedad, orfandad, invalidez y favor de familiares. Dos curvas ya muy separadas, que se ensancharon aún más debido a la pandemia y que se traducen en un indicador claro: los navarros aportan al sistema bastante menos de lo que perciben.

Para tratar de compensar la llegada de millones de personas, el Gobierno central ha pactado con UGT y CCOO una subida de las cotizaciones sociales del 0,6%, que detraerá cerca de dos euros mensuales a los trabajadores de su nómina y que incrementará en torno a 12 euros (para un salario de 2.000) el coste mensual de un trabajadores para las empresas.

“Es evidente que esto no va a ser suficiente”, advierte Mikel Noval, responsable del servicio de estudios de ELA, que reclama romper con la “lógica del pacto de Toledo”, que establece la financiación del sistema mediante las cotizaciones sociales. A juicio del sindicato, es necesario echar mano de los impuestos para cubrir un agujero que ya ha obligado al Gobierno central, una vez agotada la hucha de las pensiones, a realizar aportaciones extraordinarias.

De hecho, para llegar a los 50.000 millones planteados por el ministro Escrivá en 2033, el fondo que se vaya creando con estas aportaciones extraordinarias debería obtener una rentabilidad anual cercana al 7%. Algo prácticamente imposible de conseguir si no se invierte en activos de riesgo.

Todo hace indicar que este desfase entre ingresos y gastos se va a mantener además en los próximos años. Tanto por cuestiones demográficas como, sobre todo, por un mercado laboral que genera empleos con salarios muy modestos, especialmente entre los más jóvenes.

De hecho, una persona que se jubila en 2021 lo hace con una pensión media de unos 21.680 euros anuales, una cifra a la que no llega la mayor parte de los trabajadores con menos de 30 años en Navarra. El sueldo medio de las personas con menos de 25 años no alcanza a los 14.000 euros, mientras que el del grupo entre 25 y 34 años ronda, por término medio, los 22.000 euros.

Apunte

Un 80% del salario medio

Las nuevas pensiones de Navarra. Durante la última década, salarios y pensiones han evolucionado a ritmo muy diferente. Mientras los primeros registraban recortes, estancamientos o aumentos muy ligeros, las pensiones han mantenido poder adquisitivo y en algunos casos incluso lo han incrementado. De esta manera, la nueva pensión de jubilación supone ya hoy casi un 80% del salario medio de Navarra y la conocida tasa media de sustitución, la relación entre el último salario y la primera pensión, alcanzar en España el 83%, solo por detrás de Italia (91,8%) y Turquía (93,8%), según los datos de la OCDE. ?Como quiera que en buena parte de los países los salarios son más altos, esta tasa de sustitución es algo más baja. Francia, con un 75%, presenta uno de los sistemas más generosos en este sentido, mientras que en Reino Unido, con un 28,4%, la pensión pública es mucho más reducida. En Alemania y Estados Unidos, la relación entre últimos salarios y primeras pensiones oscila ronda el 50%.

El Post-it

Retraso de una década respecto a Europa.

Como a tantas otras cuestiones, España llega con retraso a la jubilación de su generación más numerosa. Mientras que buena parte de los países de Europa el boom de los nacimientos se situó entre 1946 y 1965, en España, bajo el yugo de una dictadura y con una economía de subsistencia hasta mediados de los años 50, este fenómeno se retrasó. También en Navarra, donde la curva de nacimientos no comienza a debilitarse hasta finales de los años 70.

Hasta septiembre

1.120

millones ingresados. Las cotizaciones repuntan con cierta fuerza en lo que va de año (+7%) y aportan 80 millones de euros más a las arcas de la Seguridad Social en Navarra.

1.603

Millones gastados Los gastos de la Seguridad con el pago de pensiones crecen también 2021, por lo que el agujero se mantendrá.

60.000

Subir la base máxima. El Gobierno central contempla subir a lo largo de los próximos 25 años un 0,9% anual, desde los 48.860 actuales hasta los 60.000.

El apunte

12%

DEl PIB

El gasto en pensiones en España supone en torno al 12% del PIB, mientras que en Navarra, con los datos prepandemia, estaría en torno al 10%. En Francia supone el 15% y en Italia el 17%, mientras que es inferior, por ejemplo, en Alemania.

Base media

2.163

La base media de cotización en Navarra se sitúa en 2.163 euros, unos 240 euros por encima de la media estatal. Es muy superior entre los hombres (2.354) que entre las mujeres (1.944). La cotización máxima se registra en la Comunidad Autónoma Vasca, con 2.317 euros al mes de media.

Apunte

Comunidad Cobertura

Madrid 91,61%

Baleares 88,94%

Murcia 83,66%

Canarias 78,97%

Catalunya 70,91%

Navarra 69,85%

Comunidad Valenciana 69,26%

Andalucía 68,93%

Total 68,75%

Castilla-La Mancha 68,26%

Extremadura 61,84%

Aragón 61,80%

La Rioja 61,32%

País Vasco 57,29%

Galicia 53,07%

Castilla y León 50,25%

Cantabria 48,91%

Asturias 36,61%