Sectores tradicionales como la hostelería y el comercio en Navarra continúan padeciendo los vaivenes de la pandemia, y todavía no han recuperado los niveles de empleo de 2019, a pesar de que la Comunidad Foral registró en noviembre un nuevo récord en la Seguridad Social, con casi 297.000 personas afiliadas.

Ambas actividades económicas han sufrido medidas restrictivas de diferentes grados para frenar la expansión del virus durante todo el periodo de la pandemia, que comenzó en marzo de 2020. Los dos sectores suman 54.439 personas afiliadas en el penúltimo mes del año, un 2,3% menos que en el mismo mes de 2019. En estos datos también están incluidas las personas trabajadoras afectadas por un expediente de regulación de empleo de suspensión temporal de contratos (ERTE), ya que el Gobierno central decidió que fueran contabilizadas como ocupadas.

El director del departamento de Estudios de Laboral Kutxa, Joseba Madariaga, señalaba este miércoles que este cambio en la estadística durante la pandemia “maquilla las cifras del empleo”, sin poder ofrecer una fotografía real de quienes están trabajando. Por ejemplo, un informe de CCOO de Navarra desvela que en noviembre había algo más de cien personas en el sector del comercio reguladas por un ERTE.

Bajada en el comercio minorista

En noviembre, el sector del comercio y de taller de reparaciones registraba 36.806 personas afiliadas por las 36.962 de 2019. Esta actividad parece que está a punto de llegar a las cifras previas a la pandemia, pero hay que tener en cuenta los asalariados y asalariadas que siguen regulados.

De todos ellos, 9.866 cotizan en el régimen de autónomos, 26 menos que hace dos años, lo que significa que se han producido cierres de negocios provocados por el impacto en la economía del coronavirus.

Un informe presentado esta semana por Laboral Kutxa indicaba que “el comportamiento del comercio minorista en el tercer trimestre fue peor de lo esperado, con un descenso del 6,4% respecto al mismo periodo de 2019”. Las previsiones contemplaban una mayor recuperación del consumo en los meses de verano -a pesar de la quinta ola- por una flexibilidad de las medidas, el impulso del turismo con la supresión del cierre perimetral de Navarra en mayo y un mayor dinamismo del consumo. Pero la crisis de semiconductores por la paralización de fábricas en Asia, el retraso en las entregas de la cadena logística y el aumento del coste energético han disparado la inflación, que ha repercutido en una contracción del consumo en la última parte del año. Esto puede justificar el dato negativo del comercio minorista en el tercer trimestre en la Comunidad Foral. Entre enero y marzo, este índice registró una caída del 4,2% respecto a 2019; y en el segundo trimestre, un -6,1%.

Más impacto en bares

La hostelería arroja peores datos sobre el empleo, ya que ha destruido casi 1.200 puestos de trabajo del régimen general (asalariados) durante estos 24 meses -sin tener en cuenta el personal en ERTE-. Esta situación se debe a los cierres temporales y a la apertura escalonada que han soportado los establecimientos de hostelería, una odisea que todavía no ha concluido, ya que en las últimas semanas se ha añadido el control de pasaporte covid, y las nuevas recomendaciones de consumir preferentemente en terraza o exteriores, y de no hacerlo en la barra; y de usar la mascarilla, excepto cuando se esté bebiendo o comiendo. Estas continuas variaciones por la sexta ola, que también han provocado la cancelación en cadena de comidas y cenas de Navidad, ha golpeado una vez más a este sector y a su empleo.

Por eso, este contexto puede explicar el comportamiento de la afiliación en la hostelería. Actualmente suman 17.633 personas cotizantes, un 6,1% menos que hace dos ejercicios. La pérdida de empleo se ha producido entre los afiliados por cuenta ajena; ya que ha crecido el número de autónomos, 47 más, hasta los 4.241 trabajadores por cuenta propia. Este incremento puede considerarse contradictorio después del complicado periplo que está atravesando la hostelería.

Sin embargo, puede deberse al emprendimiento por necesidad para regresar al mercado laboral después de perder el trabajo en la misma hostelería o en otro sector; y porque el ratio de establecimiento por habitantes en Navarra todavía deja margen para más aperturas. En 2019, la Comunidad Foral tenía una media de un bar por cada 300 habitantes; y en el Estado descendía a uno por 250 habitantes, según Hostelería de España. El PIB foral crecerá un 6% este año, y en 2022 seguirá la recuperación, pero a diferentes velocidades según la evolución del coronavirus y su repercusión en las actividades.