Si uno entra a sacar dinero en la céntrica oficina bancaria de Bargota, se encontrará con un nuevo cajero instalado el pasado 14 de febrero y el desfibrilador que en invierno se trae hasta aquí desde las piscinas. Un ejemplo de que la sucursal que Caja Rural tiene en la localidad se adapta a las necesidades reales de esta población que apenas supera los 250 habitantes "aunque ahora en invierno seguramente estaremos la mitad", aseguró la alcaldesa, Cristina Remírez.

Y es que el descenso de población y su envejecimiento, es uno de los problemas a los que se enfrentan en Bargota, pero donde al menos cada 15 días reciben la visita de Iñaki Elkarte, un trabajador de Caja Rural que se desplaza para atender personalmente a sus clientes. "Lo primero es cargar el cajero y después atender en ventanilla a la vieja usanza. La gente mayor no quiere saber nada de cajeros así pide en efectivo lo que cree que va a necesitar durante el mes".

Atención Presencial La atención presencial en la sucursal es muy valorada por los usuarios, "estoy muy contenta con este servicio que nos dan porque funciona muy bien. Cada quince días a mi me sobra", aseguraba el viernes una vecina de 80 años que no quiso facilitar su nombre. "Los mayores estamos en desventaja con las nuevas tecnologías. Los jóvenes se defienden mucho mejor o se van a Viana o a Los Arcos", explicó.

Otra de las vecinas usuarias es Angelines Ruiz de Larrinaga que a sus 85 años se "entiende" muy bien con el cajero pero, con todo, prefiere la atención personal "cuando viene el de la caja la gente está contenta porque nos da atención personal, además el nuevo cajero automático funciona y no da problemas como el anterior", aseguró Angelines.

Al final de la jornada, Elkarte lo dedica a otro tipo de asesorías: "Hemos tenido que diversificarnos". Así despacha consultas sobre seguros, incluso ofrece la posibilidad de instalar fibra óptica y telefonía a sus clientes a través de la compañía Guuk. "Es como si una vez cada quince días se abriera un nuevo comercio que ofrece otros productos, además de los bancarios pero también necesarios para los vecinos", aseguró la alcaldesa, que se mostró contenta de las prestaciones que tiene el nuevo cajero y que las reflejará un bando municipal próximamente, en el que informará de este tema a los vecinos. Y es que el anterior solo servía para sacar efectivo y con el nuevo se puede ingresar dinero, "incluso se pueden pagar recibos, impuestos o multas ya que tiene devolución de moneda para que los que paguen en efectivo, puedan recibir las vueltas", aseguró Elkarte; quien destacó la estrecha relación de su entidad con Bargota. "Ellos nos ayudan y nosotros intentamos hacerlo también. Por ejemplo, el desfibrilador, que nos pidieron desde el Ayuntamiento para su instalación en invierno porque en verano está en las piscinas, en la caja está protegido y situado en un lugar céntrico".

El entendimiento entre Ayuntamiento y la entidad bancaria repercute en poner más servicios al alcance de los vecinos, algo que han perdido otras poblaciones pequeñas del entorno. "Hace unos años tengo entendido que existía en casi todos los pueblos de alrededor un servicio de la caja que se ofrecía en los mismos ayuntamientos a donde se desplazaban con un maletín", aseguró Elkarte, algo que ya no existe y que actualmente diferencia a Bargota de otras localidades vecinas. Unos servicios que desde el Ayuntamiento tienen claro: "Hay que mantener y mejorar si es posible".