La cuenta es clara. Durante los próximos 30 años la población mundial seguirá creciendo. Lo hará alrededor de un 30% mientras que, en el mismo periodo, la tierra cultivable reducirá su extensión en el planeta un 15%. Por tanto, explica Ignacio Salazar, CEO de Geoalcali, los fertilizantes serán uno de los materiales claves para alimentar a la población y proyectos como el de Mina Muga en Sangüesa, claves para acceder a ellos de forma cercana.

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“Rusia y Bielorrusia concentran el 38% de la producción mundial. Y tanto Europa como España somos deficitarios en potasa”, dice Salazar, al frente desde hace casi dos años de una empresa que, sin haber movido todavía una máquina para perforar el suelo, ha invertido ya alrededor de 80 millones en Navarra y da empleo a unas 40 personas. El proyecto, mucho más ambicioso, contempla una inversión de cerca de 600 millones de euros en dos fases, así como la creación de unos 800 puestos de trabajo en una zona seriamente afectada por la despoblación.

El objetivo de la empresa es arrancar la construcción de la mina y de la fábrica que lleva anexa este mismo verano. Sin embargo, para ello, debe cumplir con dos hitos. El primero de ellos, recibir las licencias municipales y los permisos de obras por parte de los dos ayuntamientos en cuyos términos municipales se ubicará la mina. Sangüesa y Undués de Lerda, un municipio zaragozano de apenas 56 habitantes.

“Las licencias las pedimos ya el año pasado, poco después de recibir la concesión minera del proyecto”, el hito fundamental de una iniciativa en marcha desde hace más de una década y cuya arquitectura financiera comienza también a despejarse. La firma necesitaría unos 450 millones de euros para arrancar, incluyendo el capital circulante. “De ellos, unos 300 millones procederían de financiación bancaria”, explica Ignacio Salazar, quien señala que, al menos otros 100 millones procederán de una ampliación de capital que la matriz del proyecto (Highfield Resources) deberá acometer en Australia, donde se encuentran los principales accionistas de la compañía.

“Obtener 300 millones de la banca se encuentra en línea como con el objetivo que nos habíamos fijado. Si te quedas por debajo, la cosa ya se complica”, explica el responsable de la compañía. En principio, la mayor parte de la financiación se acometerá con banca europea (ING, BNP), que “posee el conocimiento del sector minero”, algo menos habitual en la banca española. “Entrará cuando ya esté la banca europea, con la que ya estaríamos cerca de firmar una carta de intenciones”.

A su juicio, este tipo de proyectos “hace tic” en buena parte de los objetivos en cuanto a estrategia y rentabilidad que la gran banca está buscando. Y el hecho de que la potasa se esté convirtiendo en un recurso preciado, con la curva de los precios al alza desde hace años y en estos momentos directamente disparada como consecuencia de la guerra, hace “que el momento sea bueno” para levantar capital. “Para la financiación lo importante es avanzar con el proyecto, esto es lo que quiere ver el inversor. El inversor ha tenido muy poca pregunta sobre la geología o la viabilidad económica o la capacidad de llevar este proyecto adelante. Ha habido mucha preocupación y con el tiempo que está llevando obtener los permisos. Eso es lo que más preocupa”.

Para la construcción de la nave, Geoalcali está trabajando con la constructora Acciona, que se encargaría -dice- de “la obra civil”, mientras hace unos meses completó una primera ampliación de capital, de unos 18 millones de dólares australianos para dar un paso más en el proyecto. “En paralelo, nosotros hemos hecho la contratación de la compra de los equipos, sobre todo de la planta, que son fundamentales, porque tienes que comprar todos los equipos y luego montarlos. Y ha sido importante hacerlo ya, teniendo en cuenta cómo se ha disparado la inflación”, explica Salazar.

EL APUNTE

Entrada a la mina. La mina contará con dos galerías de seis metros de ancho por cinco de alto desde las que se accederá a la mina. Serán dos rampas eternas, de unos 2,5 kilómetros de longitud, con una pendiente cercana al 15%. “Se accede al mineral en línea”. A partir de ellas surgirán 50 kilómetros de galerías de desarrollo, que proporcionarán el acceso a las cámaras donde se produce la potasa. “Serán 6000 cámaras con un tamaño de 200 metros de largo por ocho metros de ancho por cinco de alto”. La instalación contará con 12 equipos de minado, cintas transportadoras y ventilación forzada.

LAS CIFRAS

LAS CIFRAS14,3

millones en salarios.

Hasta el momento, Geoalcali ha pagado unos 14,3 millones de euros en salarios en Navarra. Cuenta con 40 personas en plantilla, con una atracción de talento a la comunidad que genera según sus propios datos unos 220.00 euros al año en alquileres.

6

Millones de toneladas

Es lo que prevé extraer cada año Mina Muga. De esta cantidad, un millón de toneladas serían de potasa, un millón de toneladas de sal y el resto se devolvería al interior. Las cámaras se rellenan en un plazo de 28 días.

1.000

metros de profundidad.

Se trata de una mina subterránea que explotaría el mineral hasta una profundidad de casi un kilómetros. El yacimiento cuenta con potasa extraíble al menos para 30 años, pero se cree que podría haber para más tiempo.

200

hectáreas de terreno

En superficie, las instalaciones ocuparían unas 200 hectáreas, incluyendo las balsas de procesado de agua salina, la planta de trituración y flotación y la planta de secado y compactado.

5

millones por una máquina

Geoalcali ha firmado recientemente la adquisición de un bolter mine a medida fabricado por Komatsu valorado en unos cinco millones de euros.