El sector ovino de leche en Navarra también se encuentra en una crítica situación por el incremento de los costes de producción desde el año pasado, intensificados por la guerra en Ucrania, ya que no son compensados por los precios que perciben por su producto. Como ejemplo de ello, el Estado aprobó el mes pasado un paquete de ayudas para la actividad de ovino, vacuno y caprino de leche para paliar sus pérdidas. El montante previsto para Navarra asciende a unos 3,87 millones de euros, de los que 1,373 millones se benefician las granjas de ovino de leche. En definitiva, hasta 35.000 euros por explotación.

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La fotografía del sector en la Comunidad Foral dibuja la convivencia de 274 granjas, con una cabaña de 112.785 animales, según el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. Si se compara esta imagen con la de hace 20 años -no hay datos disponibles del número de explotaciones a principios del siglo XXI- se observa que los profesionales han incrementado el número de ovejas, al pasar de unas 100.000 a las casi 113.000 actuales, con una producción anual de 15,9 millones de litros para la industria o elaboración propia de lácteos, un 121,4% más que en 2001. Únicamente dos explotaciones superan las 1.250 ovejas en sus instalaciones, según Desarrollo Rural.

El aumento de los gastos en las granjas desde hace un año (principalmente el pienso que engloba el 70% de los costes, y del combustible o electricidad, entre otros) ha provocado que a estos profesionales no les salgan las cuentas. Por ese motivo, solicitan aumentar el precio que reciben por la leche. Hace unas semanas, técnicos de la empresa pública INTIA calcularon que el precio que ingresan estos ganaderos por su producto debe aumentar un 35% respecto al estipulado en 2020 para que los gastos no peligren el futuro de estos negocios. De esta forma, tendría que pasar de 1,065 a 1,435 euros el litro de leche.

El valor del pienso ha crecido aproximadamente un 38% en el último año, por lo que cuesta más alimentar al animal que los ingresos económicos que logra por la leche que da. Debido a ello, entre las medidas adoptadas por los ganaderos, se encuentra la de desprenderse de animales para reducir costes. Llevan al matadero aquellas ovejas con más edad, con menos rendimiento de leche y que no quedan embarazas. En otro escenario, los ganaderos no optarían por el sacrificio del animal, pero se ven obligados al estar ahogados económicamente. Además, esta actividad al igual que ocurre en todo el sector primario carece de relevo generacional.