Una ciudad que crece acostumbra a engullir sus periferias. En su expansión, por ejemplo, Pamplona ha construido en antiguas huertas y campos de cereal centenarios. Y ha devorado viejos recintos industriales, abandonados u obsoletos. Para desarrollar el nuevo Centro de Industrialización del sector de la construcción, Navarra ha optado esta vez por rehabilitar las viejas naves donde su ubicaba Transportes Iruña, en la confluencia de la calle Tajonar y la avenida de Cataluña. Aprovechar, en suma, la ciudad ya construida.

El proyecto fue encargado al arquitecto Patxi Mangado, comprometido con la transformación del sector y que ha diseñado un espacio que debe servir tanto para la formación como para la aplicación práctica de la tecnología. “En el centro se van a desarrollar proyectos a tamaño real y queríamos que ambas partes estuvieran interconectadas, que desde la aulas fuera visible la zona de la robótica y viceversa. Para ello, el muro de separación de las dos naves va a ser perforado”, explica.

Las naves actuales, de aspecto vulgar, contaban sin embargo con algunas fortalezas que han permitido trabajar sobre ellas. “Estructuralmente tenían unas condiciones relativamente buenas. Una de las estructuras de hormigón, de hecho, se va a mantener, mientras que la otra se ha elevado”, explica Mangado, quien destaca que en el centro convivirán un espacio docente, con profesores de primer nivel, con otro de carácter más experimental, donde se investigue y se prueben nuevas soluciones para robotizar e industrializar la construcción de viviendas.

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Integrado en la zona

De este modo, en el entorno la Universidad Pública de Navarra -los solares formaban además parte de su PSIS- surgirá en apenas un año un espacio completamente renovado, integrado en la trama urbana de Pamplona, rodeado por los barrios de Lezkairu y de Arrosadía “y de cierto interés arquitectónico”, explica Mangado.

En su interior se ha apostado sobre todo por la madera como ?el material constructivo predominante,. “Van a ser prácticamente muebles, se podrían haber hecho dentro del propio centro”, dice Mangado. Para el exterior, por el contrario, se apuesta por chapa de acero prelacado de color blanco o aluminio. “Aún está sin decidir”, dice el arquitecto.

Todo ello -desde la rehabilitación de un espacio ya existente a los propios materiales empleados- liga además con el futuro del Centro Nacional de Industrialización. “La tecnología -concluye el arquitecto- no es el objetivo, sino un instrumento para hacer la mejor arquitectura posible, que es de lo que se trata, en este caso aplicado a la construcción de viviendas”.