Los salarios en Navarra han perdido una media del 6,5% de poder adquisitivo este año si se compara la inflación con los incrementos de sueldo pactados en convenios y registrados en 2022.

El IPC interanual ha anotado un aumento del 11% interanual en agosto, y la subida de sueldos rubricada en los convenios este año ha reflejado un crecimiento medio del 4,53% a cierre del mes pasado, según los datos de Nastat y el Ministerio de Trabajo, respectivamente.

El 6,5% se corresponde con la pérdida de poder adquisitivo media en relación a estos dos indicadores. Pero hay trabajadores y trabajadoras que han sufrido una merma mayor ya que sus nóminas han experimentado incrementos menores; e incluso por el momento hay asalariados y asalariadas con los sueldos congelados porque están a la espera de la negociación de sus convenios de empresa; o provinciales, como ocurre en el metal, talleres de reparación de vehículos, fontanería, hostelería, transporte de viajeros, gestión deportiva, construcción o madera, entre otros. 

Unas 60.000 personas ocupadas en la Comunidad no tienen actualizadas las tablas porque sus condicionales laborales se están negociando. En este escenario también irrumpen los ERTE que disminuyen la cantidad cobrada según la regulación, a pesar de que se pueda complementar con el desempleo. 

En el lado opuesto se encuentran aquellos trabajadores y trabajadoras cuyas empresas han aplicado en los sueldos incrementos superiores a ese 4,53% de media.

Casi 39.000 trabajadores

El informe de Convenios Colectivos del Ministerio de Trabajo y Economía Social señala que hasta agosto Navarra ha inscrito 104 convenios, con un aumento medio del salario del 4,53%, del que se han beneficiado casi 39.000 personas –un 61% amparadas bajo un convenio provincial o estatal y el 39% restante, en uno de empresa–.

La Comunidad Foral se posiciona como el segundo territorio en el que más han subido los salarios en lo que va de año. Solo por encima se encuentra la CAV, con un 5,03%. 

Si se cotejan los incrementos salariales pactados hace un año con los de 2022, se observa que han crecido tres puntos en Navarra y cuatro en la CAV, pero no lo suficiente como para compensar la progresión desbocada de la inflación. El IPC foral cerró agosto en el 11%, un porcentaje que no recordaba Navarra desde hace cuatro décadas –hay que remontarse a 1984, para encontrar niveles semejantes–. Todos los grupos de consumo han padecido incrementos interanuales (excepto enseñanza y comunicación). Los gastos de la vivienda se han disparado un 30% –sobre todo por el gas y la luz– y la cesta de la compra, un 14,3% –con huevos, leche, aceite o carne, a la cabeza–.

Comparativa

A pesar de esta situación, si se comprueba la pérdida de poder adquisitivo de Navarra con la del resto de comunidades en base al IPC de agosto y las subidas salariales en convenio hasta el mes pasado, los trabajadores y trabajadoras de nuestro territorio son de los que menos merma han padecido. Mejor posicionadas que Navarra se sitúan Canarias (6,21%), Cantabria (5,69%) y CAV (5,27%). En cambio, los asalariados y asalariadas de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón se convierten en los que más perjudicados, con pérdidas del 10,58%, 9,59% y 9,34%, respectivamente.

Por qué esa diferencia

Puede surgir la pregunta de por qué los incrementos salariales pactados crecen más en Navarra. La media nacional se encuentra en el 2,6% –casi dos puntos menos que en la Comunidad Foral–. El modelo productivo, basado en la industria que supone más del 30% del PIB foral por el 15% en el Estado, es uno de los motivos, ya que esta actividad contabiliza los salarios más altos si se compara con servicios y construcción. La última encuesta trimestral de coste laboral de Nastat, correspondiente a abril y junio de este año, desvela que los salarios de la industria ascienden a los 2.415,59 euros. En cambio, construcción registra 2.215,04 euros; y servicios, 2.211,7 euros. También influye la estructura de convenios tejida en la Comunidad, tanto provinciales como de empresa, y las relaciones laborales entre patronal y parte social –con la riqueza de distintas realidades sindicales a diferencia de otros territorios–. 

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Además, con la reforma laboral de 2012, se quitó la obligatoriedad de que los convenios de empresa recogieran mejores condiciones que los de ámbito superior –entre ellas las salarias, y eso llevó a que muchas organizaciones confeccionaran sus propios convenios con sueldos inferiores a los pactados en los provinciales o estatales–. 

Sin embargo, la reforma laboral rubricada este año ha revertido esa situación, y las empresas no pueden acordar incrementos salariales por debajo de los convenios de rango superior en su actividad. Así por ejemplo, si el año pasado los convenios de empresa registrados hasta agosto de 2021 presentaban subidas del 1,14% de media en Navarra; y los de rango superior, un 1,50%; este año, los incrementos de sueldo en los pactos de empresa llegan al 4,95%, y en los sectoriales, al 4,26%.