Joseba Madariaga, responsable del servicio de estudios de Laboral Kutxa, explicaba esta semana en Pamplona que la inflación supone, sobre todo, una lucha por capturar la riqueza. Y que si los trabajadores disponen de la negociación colectiva como arma para mejorar sus retribuciones, las empresas tienen la capacidad de subir los precios para preservar los márgenes en mercados que no siempre funcionan de manera ideal. Y reclamaba por ello “un pacto de rentas”.

CCOO ha lanzado también esta semana un guante a las empresas, reclamando subidas de acuerdo al estado real de sus cuentas de resultados. Y recordaba que los actuales niveles de beneficio empresarial “están impulsando y enquistando la inflación, aprovechando el río revuelto de la inflación desatada por los precios internacionales de la energía, para aumentar los precios internos impulsando aún más la inflación y haciéndola más estructural”.

“Las empresas están elevando sus precios de venta por encima del aumento del precio de la energía, salarios y resto de insumos”, explica CCOO, que echa mano de la información proporcionada por la Agencia Tributaria para 1,1 millón de empresas que representan el 94% de la cifra de ventas del total de empresas. “Esto está produciendo un fuerte incremento de sus beneficios y de sus márgenes sobre ventas. Los beneficios han crecido un 52% en los tres primeros trimestres de 2022 con respecto a su nivel anterior a la pandemia, un 42% descontando el aumento de los precios. Y significa que ganan casi 21.000 millones más que en 2019”.

CCOO lleva tiempo reclamando un pacto de rentas que incluya la energía, la negociación colectiva, la fiscalidad y un tope en el crecimiento de los alquileres.