Lo dicen los números. Si algo se ha fortalecido en la pandemia es el beneficio empresarial, tal y como refleja la evolución del Impuesto de Sociedades, que, a falta de cerrar el último mes de 2022, regresa por primera vez a las cifras recaudatorias del boom inmobiliario. Entre enero y noviembre de 2022, Hacienda foral ha recaudado 407,3 millones de euros, un 34,6% más que en el mismo periodo de 2021 y casi 86,5 millones más que durante todo el ejercicio pasado.

Este incremento se sujeta además por un fuerte aumento, cercano al 20%, de los pagos a cuenta que van realizando las empresas con cargo al resultado del año en curso. Un nuevo indicador de que las empresas, a pesar del alza de los precios de la energía y del encarecimiento del transporte, están siendo capaces de reconstruir sus márgenes tras el bache de la pandemia, que se sintió sobre todo en 2020. Desde entonces, la recaudación de este tributo ha aumentado casi un 62%, devolviéndolo a umbrales más acordes con su evolución histórica. 

Porque si algo caracterizó la última década fue el hundimiento de la capacidad recaudatoria de un impuesto que vivió sus años de gloria entre 2005 y 2009, en el periodo final de la burbuja inmobiliaria. El hundimiento económico y la propia configuración del tributo, con una compensación de pérdidas que ha permitido a las empresas soslayar el pago, dejaron su recaudación en apenas 189 millones en 2010 y en el entorno de los 210 millones de euros durante los años siguientes. Solo la recuperación económica que asomó a partir de 2015 impulsó levemente los ingresos de Hacienda, cada vez más dependientes del IRPF y el IVA que pagan fundamentalmente los trabajadores.

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La pandemia fue un shock, pero transitorio, y con un colchón público que evitó la destrucción de empleo y pérdidas millonarias. Y el posterior desconfinamiento –con una escasez en la oferta que ha propulsado la inflación– una oportunidad para recuperar con creces lo perdido. A pesar todas las dificultades, las empresas parecen haber subido los precios más de lo que se le han incrementado los costes. Los salarios regulados por convenio se han incrementado apenas un 2,7% de media, agravando la pérdida de poder adquisitivo de millones de trabajadores; y tampoco otros costes, como los alquileres en el caso del comercio o la hostelería, han subido en la misma proporción. 

Diferencias por sectores 

No a todas las empresas les ha ido igual en este periodo. Pero los datos que maneja la Agencia Tributaria indican que los grandes grupos empresariales, integrados sobre todo por bancos y energéticas, han duplicado ampliamente sus pagos en el último año. Entre estas empresas se encontrarían, por tanto, firmas con importante presencia en Navarra, como Iberdrola, Naturgy, CaixaBank, BBVA y Santander.

 Todas ellas deberán afrontar asimismo un nuevo impuesto extraordinario, que en el caso de las entidades financieras atacará además a sus ingresos por los intereses cobrados. Este impuesto no afectará, sin embargo, a Caja Rural y Laboral Kutxa, que rondan el 35% de la cuota de mercado en Navarra y que han quedado exentas del impuesto debido a su pequeño tamaño.

El alza de precios es especialmente intensa en el caso de los alimentos elaborados, un detalle que pone el foco en la industria agrolimentaria navarra, la actividad manufacturera que más personas ocupa, y a las grandes cadenas de distribución. Algunas, como Mercadona y Lild, ya se han apresurado a recordar que subirán los salarios de sus miles de trabajadores de acuerdo con el incremento de los precios.

Apunte

  • También en las pymes. Según los datos tributarios de todo el estado, el significativo aumento de los beneficios y los márgenes sobre ventas es un fenómeno bastante generalizado a todas las ramas de actividad y detrás del cual también están las pymes. Las ramas donde éstas abundan registran importantes subidas en sus beneficios en los tres primeros trimestres del año con respecto a 2019: comercio minorista (32,7%), hostelería y restaurantes (29%), construcción (121,7%), transporte y almacenamiento (14,1%), y otros servicios a la producción (34,2%). 


  • 10,4% de margen sobre ventas. El margen sobre ventas en España, que rondaba el 8,5% antes de la pandemia y que cayó hasta el 7% en 2020, no solo se ha recuperado, sino que ha escalado hasta el 10,4%, el más alto de los últimos años. Una muestra de que la rentabilidad de las empresas se ha ensanchado de modo claro.