El Banco Nacional de Suiza (BNS) ha confirmado que al cierre del ejercicio 2022 contabilizó un resultado adverso récord de 132.479 millones de francos suizos (133.069 millones de euros), frente a las ganancias de 26.300 millones de francos (26.417 millones de euros) del año anterior, lo que impide a la entidad distribuir su habitual dividendo anual al Gobierno suizo y los cantones.

Además, la institución fijó en 9.600 millones de francos suizos (9.643 millones de euros) la asignación a provisiones del ejercicio, elevando a -142.047 millones de francos (142.679 millones de euros) el resultado distribuíble anual, al que tras aplicarse reservas por importe de 102.500 millones de francos (102.956 millones de euros) limitaron la pérdida anual distribuíble a 39.500 millones de francos (39.676 millones de euros).

La pérdida anunciada supone el peor resultado del Banco Nacional de Suiza desde su fundación en 1906 y, de conformidad con las disposiciones de la Ley del Banco Nacional, "impide una distribución para el ejercicio fiscal 2022", lo que afecta tanto al pago de dividendos a los accionistas del BNS como a la distribución para la Confederación y los cantones.

De este modo, el banco central suizo dejará de repartir un dividendo anual por segunda vez en toda su historia, algo que únicamente había sucedido anteriormente en 2013, cuando cerró en 'números rojos' el ejercicio.

La institución monetaria helvética precisó que sus resultados de 2022 reflejan la evolución negativa de los mercados, con pérdidas de 131.500 millones de francos (132.085 millones de euros) por su exposición a divisas, así como de otros 1.000 millones de francos (1.004 millones de euros) por sus posiciones en la moneda suiza.

En 2021, por contra, el Banco Nacional de Suiza había registrado un resultado positivo de 25.700 millones de francos (25.814 millones de euros) por su exposición a las divisas y unas ganancias de 1.100 millones de francos (1.105 millones de euros) por sus posiciones en francos suizos.

El BNS se constituye como una entidad especial cuyas acciones cotizan en el segmento doméstico estándar de la Bolsa de Suiza. Los accionistas mayoritarios de la institución son entidades públicas, incluyendo los cantones suizos y sus respectivos bancos cantonales.