"Me gusta aprender”, cuenta Natalia Bellostas, que en octubre del año pasado decidió apuntarse a un programa de formación para abordar los retos globales de los sistemas alimentarios, promovido por la fundación estadounidense Rockefeller y Acumen Academy. 735 profesionales desde distintos puntos del planeta se inscribieron a la fase de preselección que se prolongó hasta marzo. La directora gerente de INTIA logró superar la fase final junto a otras 18 personas, a quienes los organizadores les consideran líderes en sus áreas de actividad para lograr que los sistemas alimentarios sean más sostenibles.

Esta ingeniera agrónoma, de 46 años, ya ha iniciado este programa on line impartido en inglés, compuesto por varios módulos: aprender a comunicar, liderazgo adaptativo y la disciplina de sistemas, etc. Es la única española entre el grupo selecto en esta segunda edición. En los encuentros digitales coincide con dos inglesas, siete americanos, dos indonesias, otra americana que vive en Suiza, un originario de Quebec instalado en México, uno de Bangladesh, un indio que reside en Suecia y dos de Kenia. El programa ha concretado una cita presencial en este país en noviembre, y otra en Italia en agosto.

Una de las condiciones del curso es continuar desarrollando tu trabajo, para así compartir nuestras realidades con el resto y aprender”, detalla Natalia, quien durante las próximas cinco semanas, todos los domingos de 17.00 a 20.00 horas va a estar ocupada con el programa, aunque también le dedica tiempo el resto de días. En este punto reconoce el papel de su pareja, Haritz Migueliz, en la conciliación familiar con sus hijos e hija para afrontar este reto profesional. “Lo mismo que haces tú cuando me toca cosechar”, responde Haritz. 

Los desafíos

Natalia comparte formación con agentes que están liderando iniciativas y organizaciones para analizar desafíos globales, como la nutrición, la sostenibilidad, la equidad de los alimentos, el clima, el agua, la biodiversidad o la economía. “Nos vamos conociendo en dinámicas de grupo, aunque resulta complicado cuadrar horarios porque estamos repartidos por todo el mundo. Una vez yo tenía fijada la conexión a las 17.00 horas, pero para la de Hawaii eran las 5.30; para el de Nueva York las 9.00; y para la persona que estaba en China las 2.30 del día siguiente”, recuerda. 

La directora gerente de INTIA, Natalia Bellostas. Oskar Montero

Destaca que este programa, a diferencia de otros, está compuesto solo por personas que proceden del sistema alimentario, y eso hace que coincidan “en los problemas” e intercambien propuestas de mejora. “Busco transmitir los conocimientos de esta experiencia a INTIA para maximizar sus funciones”, aclara.

Entre los participantes, una persona ofrece herramientas de predicciones meteorológicas en África para que los agricultores se adapten al cambio climático; y otra se dedica a la certificación de créditos de carbono en América. En una ocasión chocó con el discurso del responsable de dietas de una importante ONG, porque defendía no consumir carne por ser mala. “Me saltaron todas las alarmas. Justifiqué la ganadería extensiva y su consumo de carne”, indica Natalia que conoce el terreno al ser su pareja ganadera de Irurozqui.

Otro compañero trabaja para disminuir los residuos de pesticidas en vegetales que exportan de Kenia a Inglaterra, pero que se usan cada vez más al haber más insectos, enfermedades o plagas por el cambio climático. Estos 19 líderes intentan buscar soluciones para generar un impacto social en sus entornos e influir en múltiples niveles para saber actuar ante los desafíos actuales. Y así dejar un planeta en mejores condiciones para las siguientes generaciones, de las que también forman parte los hijos e hija de Natalia: Teo, de 14 años; Matías, de 11; y Catalina, de siete.