David Palacios (Olite, 1978) es el presidente de Denominación de Origen Navarra, entidad que acaba de lanzar una campaña promocional sobre las virtudes del vino navarro. Se busca mantener la implantación de la que goza el rosado, y “crecer en valor” y “categoría”.

Dice que el mundo del vino navega “en aguas bravas”. ¿Cuáles son las dificultades actuales del sector?

–En general, el sector nacional y el mundial, atraviesa por momentos complicados. Hay un cambio de tendencia de consumo, y mercados tradicionales no son ya tan potentes como antes. Creemos que hay que reinventarse y reorientar nuestros vinos hacia lo que demandan los mercados y los consumidores. Hoy ya no tenemos tantos consumidores habituales o de diario, sino que son más de celebraciones, momentos de ocio o de fin de semana, pero por contrapartida son de vino de más valor y calidad. No les importa pagar algo más, porque consumen menos. Ahí la DO Navarra tiene que posicionarse y enfocarse a esos mercados. 

Destacan la frescura del rosado ahora que empieza el verano.

–La categoría de rosados está creciendo en todo el mundo y también en el ámbito nacional, y ahí está una oportunidad para los vinos de Navarra. Es un vino fácil de beber, es atractivo por su color, se toma a una temperatura fría, así que en la época estival el rosado tiene una oportunidad doble. 

Todos los mercados se enfrentan a cambios generacionales y sociales.

–Las modas afectan, como es lógico. Y las modas sin darnos cuenta van calando, pero también los nuevos consumidores buscan otras satisfacciones en el vino, y no hablo solo de gente joven, sino de todas las edades. Les gusta probar cosas, y generalmente que sean fáciles de beber, en los que predomine la fruta, la frescura y el divertimento, y ahí los vinos de Navarra, tanto los rosados como los tintos, tienen su oportunidad.

En los últimos años, la pandemia de covid y la guerra de Ucrania han afectado al sector. 

–La pandemia hizo que las bodegas se reinventasen y buscasen otros nichos de mercado, reforzando la venta on line y directa, para paliar la bajada de venta en otros segmentos. También fomentó o hizo resurgir la vuelta del consumo en los hogares, con lo que se palió en cierta medida la caída de consumo en la hostelería. Después, la guerra de Ucrania, esa tormenta geopolítica con el alza en todos los insumos, ha afectado al vino, y ha multiplicado los problemas por dos o por tres. Todas las bodegas y viticultores han visto incrementados sus costes de producción, muchas veces sin poderlo trasladar al producto final. Además, todos los consumidores han visto mermada su capacidad adquisitiva, porque han aumentado de precio todos los productos. En cuanto al precio del vino, hay que recordar que a las bodegas ‘vestir’ una botella les supone en torno a un 30% más que antes de la guerra de Ucrania. Ha habido que incrementar el precio porque si no no se cubrirían los costes. 

“Hoy los consumidores son más de celebraciones, ocio o fin de semana, pero de vino de más valor y calidad”

Hace décadas ‘Rosado de Navarra’ patrocinó la camiseta de Osasuna. ¿Posteriormente hubo un cierto estancamiento promocional?

–Fueron unos años muy bonitos para el sector del vino, los miramos casi con nostalgia, pero luego la evolución también fue positiva, y se cambió la forma de hacer marketing y la de comunicar. No era algo tan impactante como podía ser patrocinar al equipo de la tierra, pero Denominación de Origen ha hecho muchos patrocinios y acciones enfocadas a comunicar el mundo del vino de forma diferente, conectando con nuevos consumidores. Fuimos pioneros en utilizar las redes sociales, compaginándolas con los medios tradicionales. Y fuimos pioneros a la hora de hacer eventos dirigidos al consumidor, como ‘La noche del vino’ o ‘Vinofest’.  

¿Cuáles son los mercados más fuertes para el vino navarro y cuáles los potenciales?

–Tanto los rosados como los tintos y blancos están muy presentes, lo primero, en nuestra comunidad. Nuestros rosados son nuestra carta de presentación en el ámbito nacional. En la gran mayoría de las cartas de restaurantes encontramos un rosado o dos de Navarra. Y las garnachas cada vez van ocupando más lugares de reconocimiento en el ámbito nacional, porque es una variedad que está muy de moda en todo el mundo, y la de Navarra están muy cotizadas por esa frescura y personalidad tan marcada. En mercados tradicionales y estratégicos como el estadounidense, las garnachas son nuestra carta de presentación junto a los rosados.

¿Hay excedente de vino?

–Lo hay en todos los sitios. Entre la pandemia y la pospandemia con la guerra de Ucrania, se ha ralentizado el consumo, y se tiene cierto stock en las bodegas.

Navarra ha rescatado una antigua variedad de uva, la Oneca.

–Nos estamos posicionando en esa vuelta al origen. El trabajo de años que ha hecho EVENA de recopilación de material, cepas antiguas entremezcladas en los viñedos, ha sido muy interesante y arduo, y ha dado su fruto. Este año se ha presentado esta variedad de uva blanca, originaria de Tierra Estella, y el objetivo es que ese trabajo tenga su colofón, que los viticultores la puedan cultivar y las bodegas elaborar una variedad única de aquí, de Navarra. 

¿Contra qué vinos compite principalmente Navarra? 

–Yo creo que el vino no compite contra otro vino. Compite frente a otras bebidas, que lo suplantan a la hora de elegirlo en la barra de un bar o en una mesa de un restaurante.

“Ahora gustan vinos en los que predomine la frescura, y ahí el de Navarra, rosado y tinto, tiene su oportunidad”

¿No hay mucha fidelidad en el consumo de un tipo de vino?

–Aquí en Olite había un refrán que decía: ‘Pan cambiau y vino acostumbrau’. Todos tenemos un vino de cabecera, por supuesto, pero hoy día a los consumidores les gusta probar cosas diferentes, abiertos a diferentes tipos de vino. Además hay un turismo gastronómico. Lo que tenemos que crear es esa cultura del vino, y que hoy disfrutes de uno y mañana de otro.

¿En qué cifras se mueve el sector navarro?

–El mercado nacional engloba en torno al 65% frente a un 35% internacional. Hemos hecho una campaña enfocada en los rosados y tintos de garnacha. El 30% de rosado que se consume en el ámbito nacional es de Navarra. Una de cada tres botellas de rosado que se comercializan en España. Eso nos hace ser líderes de esa categoría en el ámbito nacional. El objetivo es mantener el liderazgo y crecer en valor. Por eso en los próximos meses y años queremos darle una vuelta al rosado para seguir siendo líderes, y que las bodegas tengan herramientas para afrontar ese liderazgo. No hay que bajar la guardia y relajarte cuando eres líder, sino todo lo contrario, ser todavía más exigente y más atractivos para los mercados. 

Y en el resto de variedades, conquistar cota...

–El objetivo es que esos rosados y garnachas tan apreciados y valorados permitan posicionar el resto de los vinos de Navarra. En litros comercializados en 2022, manda el tinto, pero en el mercado exterior el blanco está por encima del rosado.