La inflación continúa siendo la compañera de viaje de la economía. En julio, el IPC se incrementó un 2,6% en tasa interanual. Se trata del segundo mes consecutivo de ascenso, después del 2,3% registrado en julio. “Esta evolución es debida, principalmente, a la subida de los precios de los carburantes y, en menor medida, de los combustibles líquidos, frente a las bajadas registradas en agosto de 2022”, explicó ayer el INE en la nota de avance de resultados. Será el próximo mes, un vez se divulguen los resultados desagregados, cuando se conozcan al detalle los comportamientos alcistas de los distintos componentes del IPC, pero el dato adelantado de los precios de consumo apunta a una subida de la tasa mensual del 0,5% respecto al mes anterior. Por el lado positivo, la inflación subyacente –sin alimentos no elaborados ni productos energéticos– se moderó en julio una décima, hasta el 6,1%.

Las subidas de tipos de interés con las que el Banco Central Europeo busca frenar la demanda y rebajar así la inflación están surtiendo efecto, pero de una manera lenta y sujeta a vaivenes como el que han experimentado los combustibles desde que comenzó el verano. El precio medio de los combustibles ha acumulado siete semanas –todo el mes de julio y las transcurridas en agosto– de incrementos, lo que ha llevado a que la gasolina alcance estos días el baremo de los 1,7 euros y el gasóleo los 1,6 euros. Estos nuevos repuntes suponen, además, que los combustibles se sitúen en registros superiores a los que tenía en febrero de 2022 –cuando se inició la guerra en Ucrania– y que, en el caso del diésel, eran de 1,479 euros, y, para la gasolina, de 1,594 euros.

Analizando los datos de meses precedentes, queda claro que la trayectoria del IPC es altamente inestable e imprevisible, puesto que las fluctuaciones en un sentido u otro son constantes. Así, después del mes de abril (+4,1%), se inició una senda de moderación, con ascensos inferiores -3,2% en mayo y 1,9% en junio-, pero el verano ha traído consigo un empuje hacia arriba de los precios, también por el crecimiento de todo lo vinculado al sector turístico. La inflación se ha ido moderando desde el verano de 2022, cuando superó tasas del 10% como consecuencia del conflicto bélico, aunque atraviesa periódicos repuntes, sobre todo por el apartado energético. En este sentido, el INE destacó el comportamiento de los precios de la electricidad, que aumentaron en agosto aunque menos que hace doce meses. El IPC acumula de nuevo dos meses consecutivos por encima del 2%, la tasa que el BCE y los analistas económicos toman como referencia para conocer si la inflación empieza a estar bajo control. 

El Ministerio de Asuntos Económicos destacó en un comunicado que el dato adelantado del IPC “consolida” a España “como uno de los países de la Eurozona con una menor inflación”, tras bajarla cerca de 8 puntos en el último año. “Esto favorece la competitividad de las empresas españolas, la ganancia de cuota de mercado y el aumento del poder adquisitivo de los salarios”, subrayó el Departamento que dirige, en funciones, Nadia Calviño.

Según Economía, las medidas de política económica aplicadas en España hacen que el país tenga “uno de los mayores niveles de crecimiento económico con menores niveles de inflación” dentro de la Unión Europea. Tampoco se mostró ayer preocupado el gobernador del Banco de España. Pablo Hernández de Cos aseguró que la nueva subida del IPC es “compatible” con la visión a medio plazo en la que la inflación irá convergiendo progresivamente hacia el objetivo del Banco Central Europeo. Así, Hernández de Cos consideró que el año acabará con una inflación “significativamente más baja que la del año pasado”, que fue del 5,7%, y confió en que se pueda regresar pronto al entorno de un 2% en el IPC.