Casi la mitad de los autónomos que han dejado de cotizar en el último año en Navarra trabajaban en el sector del comercio y taller de reparación de vehículos, un total de 270, según los datos de la Seguridad Social correspondientes a noviembre. Esta actividad se convierte en la que más afiliados ha perdido en el régimen de autónomos en relación al resto de sectores.

El cambio de hábitos de consumo y la venta electrónica han perjudicado este modelo de comercio, clave en los servicios de los barrios de las ciudades y en los pueblos para cohesionar el territorio. Sin embargo, esta evolución del consumidor hacia las compras en Internet y a desplazarse a centros comerciales afecta de manera de negativa en estos negocios.

El envejecimiento de sus profesionales y la dificultad del relevo generacional, a pesar de que la tienda sea rentable, también dificultan su continuidad. Este escenario ha provocado que el sector registre actualmente el número más bajo de cotizantes en la Comunidad Foral en catorce años: 9.297 afiliados.

Un cambio de imagen en la ciudad

El cierre de establecimientos en los barrios también propicia un cambio del diseño de la ciudad, en la que parte de los bajos de los edificios dejan de estar ocupados por comercios y se transforman en locales de hostelería o en lofts –viviendas de grandes espacios abiertos sin paredes internas–. Estos últimos han proliferado en Pamplona, en zonas como Ermitagaña-Mendebaldea, Milagrosa, Rochapea, Mendillorri o Lezkairu, etc. Esta tendencia cierra la posibilidad de la apertura de comercios tal como se conocen actualmente.

Las crisis de 2009 y 2012

Los trabajadores por cuenta propia vinculados a este sector se mantuvieron durante las crisis económicas del ladrillo y financiera de 2009 y 2012. A pesar de los altos niveles de paro, con casi 56.600 desempleados que ocasionaban una merma del consumo, los comercios aguantaron el tirón en ese momento, según los datos de la Seguridad Social –a una media de unos 10.200 cotizantes cada año–. Incluso cuando comenzó la recuperación del PIB, surgieron nuevos emprendedores en el comercio y en 2014 la actividad registró el récord de 10.525 cotizantes.

"Estamos preocupados por el envejecimiento del colectivo"

Juan Carlos Equiza - Presidente de ATA

En cambio, en los últimos ocho años el número de profesionales del comercio ha seguido una línea descendente con el incremento de las ventas electrónicas –sobre todo con la pandemia–, las consecuencias de la covid en el negocio –con las medidas restrictivas en aquel momento– y la dificultad de la devolución de préstamos tras solicitar las ayudas por la covid, entre otros motivos. Como consecuencia, en los dos últimos ejercicios, el número de autónomos en comercio ha descendido un 6%.

En este contexto, los comercios tradicionales no se han quedado con los brazos cruzados y también trabajan para adaptarse al nuevo escenario, con el apoyo del Gobierno de Navarra mediante líneas de ayudas enfocadas a la digitalización. Como ejemplo, el verano pasado el Ejecutivo foral convocó una subvención de 890.343 euros para financiar el desarrollo de planes y proyectos de contenido tecnológico, innovador y sostenible de microempresas y pymes.

Medidas urgentes

El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) Navarra, Juan Carlos Equiza, muestra su preocupación por el “envejecimiento de este colectivo” tanto en el comercio como en el resto de sectores. “Un 50% es sénior”, resalta.

Equiza también subraya el retraso en el cobro de las facturas por el incumplimiento de la ley de morosidad. “Al final actúan como bancos ante administraciones y empresas”, dice. Por eso, reclama al Gobierno foral la aprobación de una estrategia “urgente”, en colaboración con los autónomos, con medidas como “ayudas a emprender, cuotas cero o agilizar la burocracia”.

¿Qué ocurre con la construcción?

Por su parte, sectores tradicionales como construcción, transporte u hostelería ya contabilizan más trabajadores por cuenta propia que antes de la pandemia del coronavirus.

Los autónomos de la construcción han experimentado un crecimiento del 4,2% al pasar de los 7.078 afiliados en 2019 a los 7.392 en 2023, debido a que esta actividad ha mejorado, entre las reformas de las viviendas tras el confinamiento y la inversión de proyectos asociados a los fondos europeos.

El transporte también cifra una ligera subida en estos cuatro ejercicios, y se queda con 3.451 autónomos, un 0,2% más; y la hostelería se queda prácticamente igual que antes de la covid, con 4.200 cotizantes, a pesar de que estos años han sido complicados por las restricciones derivadas del control de la pandemia. Sin embargo, una vez levantadas las medidas de salud y regresado a la normalidad, la ciudadanía demanda consumo de ocio.