Ahorro creciente en los hogares Los hogares, los servicios y el comercio ajustaron significativamente su gasto energético en 2023. Un año antes consumieron por valor de 866 millones de euros con la electricidad y el gas natural como principales fuentes de energía. En 2.023, el gasto en energía se redujo a 572 millones de euros, especialmente debido a una disminución en el uso de electricidad y gas natural. Este descenso puede explicarse por una combinación de factores, como el aumento de precios que llevó a los hogares y empresas a reducir su consumo, y la adopción de medidas de eficiencia energética, incluyendo el cambio a renovables como la biomasa o fotovoltaica.
Navarra gasta casi 10.000 millones en gas y petróleo en solo cinco años
La Comunidad Foral acelera su transición energética desde la invasión de Ucrania, pero el alza de los precios eleva el coste de importar gas y petróleo al 11% del PIB
Navarra ha acelerado su transición energética en los tres últimos años, espoleada por el alza de precios de los combustibles desde 2022, especialmente a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Pero los esfuerzos están lejos de ser suficientes para reducir una factura que, solo en el último lustro, le ha costado a la Comunidad Foral casi 10.000 millones de euros. En 2023, último ejercicio del que existen datos cerrados, ascendió al 11,35% del PIB.
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Este porcentaje se corresponde con los 2.736,1 millones de euros que gastó Navarra en 2023, la mayor parte en combustibles importados. Una cifra que da una idea del inmenso coste que tiene para la economía su dependencia del petróleo y el gas, extraídos a miles de kilómetros de la Comunidad Foral y cuyos precios se encuentran sujetos asimismo a la actualidad geopolítica. En 2022, en plena escalada bélica en Ucrania, el coste de importar combustibles rompió todos los registros, superó los 3.713 millones de euros. Más del 15,2% del PIB de Navarra y un lastre en la balanza comercial.
Si se amplía el foco y se analiza la última década, se observa que el coste de la energía, en relación al PIB, también ha crecido, si bien muy levemente y en buena medida porque los precios de la energía no han regresado al escenario prebélico. En 2013, Navarra destinó 1997,4 millones de euros, lo que supone algo menos del 11% del PIB. Es probable que, gracias al crecimiento económico del 2024 y a una mayor estabilidad en los precios, el peso del coste de la energía haya caído algo. Entre 2015 y 2019 se quedó siempre por debajo del 10%.
El pico de gasto de 2022 parece haber supuesto en todo caso un acicate para que empresas y hogares moderen el consumo energético, si bien los datos de 2024, que abarcan hasta el mes de noviembre, reflejan un incremento en el uso de gasóleos y gasolinas respecto a 2023. Una muestra del dinamismo económico del último ejercicio, pero también de la insuficiente penetración de los coches eléctricos, cuyo despegue definitivo se ha ido postergando, pero se espera para 2026, cuando lleguen al mercado vehículos a precio algo más asequibles, en torno a los 25.000 euros.
Consumo por sectores
La comparación entre 2022 y 2023 en cuanto al consumo energético por sectores revela cambios significativos en la distribución y uso de distintos tipos de energía. Estos nuevos comportamientos “reflejan en gran medida el impacto de la crisis energética global y las tensiones geopolíticas, que han impulsado a cada sector a adaptarse, buscando mayor eficiencia y reduciendo su dependencia de los combustibles fósiles”, explica el balance energético de Navarra.
Navarra mejora su eficiencia energética un 7,4% en un año
La industria es uno de los grandes consumidores energéticos de Navarra. Y también uno de los sectores que más tiene que invertir en descarbonizarse a lo largo de los próximos años, algo que ya ha comenzado a hacer. En 2022, su consumo energético supuso un gasto de 1.167 millones de euros, en su mayoría destinado a electricidad y Gas Natural. Sin embargo, en 2023, el consumo total se redujo a 742 millones de euros, una cantidad que refleja una disminución significativa en el uso de estas fuentes de energía. “Esto puede deberse a un esfuerzo de la industria por adaptarse a los altos costos de 2.022, buscando ser más eficiente y reduciendo su dependencia de los combustibles tradicionales. También tiene un efecto importante el hecho de que los precios durante el año 2023 se han reducido considerablemente frente a 2022”.
Reducir el consumo de combustibles no será posible sin modificar los medios de transporte. Y los datos de 2023 muestran que todavía falta mucho camino por recorrer en una actividad que supone del 46% del coste energético total. Su gasto pasó en el último año de 1.464 a 1.249 millones de euros, debido sobre todo a a reducción en el uso de gasóleo A y gasolina. Aumentó por el contrario “el consumo de biodiesel y biogás, lo cual podría indicar un movimiento hacia alternativas más sostenibles. Esto puede ser una respuesta a las políticas de reducción de emisiones y a los incentivos para el uso de energías limpias, así como una necesidad de racionalizar los costos operativos frente a la inflación y la inestabilidad en los precios de los combustibles”, explican desde el Gobierno foral.
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