Cuando papá y mamá son el banco y por qué miles de navarros no pueden pagar ni la entrada del pisoJavier Bergasa
La entrada del piso, ese 20% que el cliente debe poner de su bolsillo para acceder al préstamo hipotecario, no deja de encarecerse, especialmente en el caso de la obra nueva. Y en Pamplona y su comarca, que concentra cerca del 70% de la oferta de vivienda de la Comunidad Foral, supera ya los 60.000 euros, una barrera que puede resultar poco menos que un trámite para decenas de miles de navarros, pero que se convierte en un listón infranqueable para otros muchos, especialmente para aquellos que han llegado desde otros países.
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Según los cálculos del portal inmobiliario Idealista, una familia que cuente únicamente con sus propios ingresos, tardaría hasta 19 años por término medio en ahorrar el dinero necesario para hacer frente a este anticipo imprescindible para firmar la hipoteca. Sin embargo, este no es el único gasto que conlleva la adquisición de un piso, que suele acarrear también costes de mobiliario, traslados o impuestos.
En el caso de la capital navarra, la entrada necesaria supera ya los 71.000 euros, lo que equivale a 24 años de ahorro para poder afrontar el pago inicial. Para el conjunto de Navarra, la entrada se queda en 51.500 euros, pero en la comarca de Pamplona la cifra se eleva de manera significativa, rebasando los 60.000 euros. Los pisos de obra nueva de apenas dos habitaciones se están vendiendo por unos 240.000 euros.
El estudio parte de un dato del INE, que cifra en apenas un 7,1% la tasa de ahorro de los hogares españoles. Una proporción que, en función de la renta media y del precio de los pisos, sitúa a Navarra como uno de los territorios donde es necesario hacer un mayor esfuerzo de ahorro para pagar la entrada de una vivienda. Aunque en la Comunidad Foral, y sobre todo en Pamplona, los precios son más elevados que la media, también lo es la renta.
Esta barrera de entrada, que no deja de elevarse, ilustra también una realidad que viven miles de jóvenes, muy evidente en las grandes capitales, pero que despunta en Navarra. Cada vez con mayor frecuencia, acceden a una vivienda quienes heredan o, por lo menos, quienes cuentan con un respaldo económico en forma de donaciones familiares. Esto ha generado una brecha entre familias con varias propiedades y familias trabajadoras que difícilmente pueden acceder a la primera vivienda.
Acceso a la financiación, inviable
Para Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, “este estudio muestra la enorme dificultad de las familias para acceder a una vivienda en propiedad. Los precios y salarios actuales están alargando los plazos necesarios para el ahorro hasta el absurdo y haciendo inviable el acceso a la financiación para familias con ingresos medios. La única vía de acceso a la primera vivienda en propiedad proviene de donaciones, ingresos extraordinarios o herencias. Los costes del alquiler son más elevados que el pago de una cuota hipotecaria, pero sin acceso a la financiación por la falta de ahorros, muchísimas familias se ven abocadas al mercado del alquiler”.
Riesgo y ventaja de industrializar
Menos tiempo. Industrializar la construcción es una de las grandes apuestas del sector, que afronta un cuello de botella ahora mismo casi insalvable: la escasez de trabajadores impide a algunas empresas crecer y dinamizar un mercado que pide vivienda asequible. Industrializar procesos puede contribuir a este objetivo, al reducirse la mano de obra y estar previsto, una vez que se alcancen volúmenes de trabajo suficientes, abaratar costes y plazos de entrega. Este último extremo inquieta sin embargo a algunos promotores: “Hoy muchos clientes -aseguran- necesitan esos dos años que pasam hasta que reciben el piso para ahorrar”.
Los años necesarios para ahorrar la cantidad requerida para la entrada varían en función del precio de la vivienda y de los ingresos. Entre las provincias, Baleares es donde más tiempo se tarda en ahorrar antes de pedir una hipoteca: 47 años, casi una vida laboral completa. Le siguen Málaga (44 años), Santa Cruz de Tenerife (38 años), Alicante (31 años), Madrid y Las Palmas (28 años en ambos casos).
Por encima de los 20 años de ahorro están también las provincias de Cádiz (23 años), Girona y Guipúzcoa (22 años en ambos casos), Pontevedra (21 años), Álava, Barcelona, Granada, Huelva y Valencia (20 años de ahorro en las cinco provincias). En la parte baja del ranking, se sitúa Ciudad Real, donde solo es necesario ahorrar 10 años para reunir el importe de la entrada.