Las empresas de Euskal Herria, en vilo por los nuevos aranceles que pretende implantar Donald Trump
La falta de acuerdo antes del 1 de agosto pondría en jaque exportaciones por valor de más de 2.300 millones de euros
La guerra arancelaria iniciada hace unos meses por Donald Trump vuelve a afectar a la economía de Euskal Herria. El presidente de Estados Unidos ha dado recientemente un paso más en su ofensiva proteccionista con el anuncio de una subida de aranceles del 30% a todos los productos procedentes de la Unión Europea si no se alcanza un acuerdo antes de que acabe el mes de julio.
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El castigo comercial, que entraría en vigor el 1 de agosto, afectaría de lleno al Estado español y, de forma particularmente especial, a Euskal Herria, cuya economía mantiene una fuerte vinculación con el mercado estadounidense. “El impacto de los aranceles es innegable”, advierte Pablo Martín, responsable de Economía de Confebask. “Venimos de una situación que ya era delicada, con una producción industrial plana, niveles de confianza bajos y problemas en la evolución de las carteras de pedidos. A todo eso se suma ahora la incertidumbre provocada por las medidas arancelarias de la administración Trump, lo que agrava aún más el panorama económico para nuestras empresas”.
Según los cálculos preliminares del Gobierno vasco, esta nueva escalada proteccionista podría generar un sobrecoste de más de 400 millones de euros para las más de mil empresas de la CAV que exportan de forma habitual a Estados Unidos. En el caso navarro, el impacto directo estimado supera los 43 millones. Ambos territorios observan con preocupación la medida.
Mercado vital para Euskadi
La CAV exportó en 2024 productos por valor de 2.000 millones de euros a Estados Unidos. El país norteamericano se mantiene como el tercer destino de las exportaciones vascas, solo por detrás de Francia y Alemania. Esa posición estratégica explica la inquietud con la que tanto el Ejecutivo vasco como las empresas han recibido el anuncio de Trump. “El mercado estadounidense tiene una importancia significativa para Euskadi”, destaca Martín. “El año pasado fue el cuarto destino de nuestras exportaciones, con más del 6% del total. Y si sumamos también México, donde muchas empresas vascas tienen plantas y vínculos industriales con EEUU, el impacto potencial de los aranceles se multiplica”.
Los sectores de la CAV más expuestos son la automoción, la máquina-herramienta, el acero y la industria agroalimentaria. En total, solo el sector del automóvil vasco generó el año pasado más de 61 millones de euros en exportaciones al país norteamericano. En el caso del acero, que ya arrastraba las consecuencias de un arancel del 25% impuesto por Trump en marzo, la presión se redobla. Los productos semimanufacturados, que representan el 1,3% de las exportaciones vascas al país norteamericano, afrontan ahora un escenario aún más incierto.
A esto se suman los efectos sobre la industria agroalimentaria. Estados Unidos es el principal destino por ingresos del vino vasco y el segundo en volumen. Las exportaciones de bebidas, licores y vinagres sumaron más de 36 millones de euros en 2023. El aceite, las aceitunas, las conservas de pescado y los lácteos completan un listado de productos sensibles y se enfrentan una pérdida significativa de competitividad frente a otros mercados emergentes.
“Las empresas necesitan estabilidad, y ahora todo está bloqueado por la incertidumbre”
“Además del efecto directo en las exportaciones, otro riesgo es que países con restricciones para acceder al mercado estadounidense intenten colocar sus productos en Europa”, alerta Martín. “Eso aumentaría la competencia para nuestras empresas, sobre todo si se trata de productos fabricados en condiciones que no cumplen con las exigencias medioambientales o sociales de la UE”.
Por territorios, Gipuzkoa sería, con diferencia, el más afectado. Este territorio lidera con claridad las exportaciones de máquina-herramienta, uno de los sectores más castigados por el nuevo paquete de medidas arancelarias. Las ventas guipuzcoanas en este ámbito superan en 50 millones a las de Bizkaia y en 400 a las de Araba, lo que da una idea de su exposición al mercado estadounidense. Además, Gipuzkoa es el tercer territorio del Estado que más vehículos, componentes y accesorios vende a Estados Unidos.
En Bizkaia y Araba, aunque el grado de exposición es menor, también se deja notar la preocupación. Empresas como ArcelorMittal, uno de los gigantes mundiales del acero, sufren desde marzo las consecuencias de la política arancelaria de Donald Trump.
Según un estudio de Laboral Kutxa, el impacto para la economía vasca se situaría entre los 296 y los 870 millones en el primer año, y entre los 414 y los 1.218 millones en el segundo, dependiendo de las exigencias que establezca finalmente la administración norteamericana. Esa incertidumbre es lo que complica el día a día de muchas empresas. “Las empresas necesitan estabilidad para planificar, invertir y decidir, y en este momento todo eso está bloqueado por la falta de un escenario claro”, subraya Pablo Marín.
Nafarroa, 43 millones en riesgo
En Nafarroa, el mercado estadounidense representó en 2024 el 3,6% de las exportaciones, con un volumen total de 367,4 millones de euros. En total exportaron 589 empresas, de las cuales 285 pertenecen al sector agroalimentario, uno de los más vulnerables al nuevo paquete de aranceles, junto a la automoción, la maquinaria industrial y las manufacturas metálicas. “El agroalimentario es de los pocos sectores que ha crecido, y se va a ver especialmente afectado si se aplican los aranceles previstos”, advierte Ana Cañada, responsable de Comercio Internacional de la Cámara Navarra de Comercio e Industria.
El sobrecoste estimado para la economía navarra supera los 43 millones de euros, según el Ejecutivo foral. “Esto está generando muchísima incertidumbre. Desde enero se nota una caída en las exportaciones. Ya se están aplicando aranceles: el 10% de forma generalizada, el 25% en automoción, y el 50% en acero y aluminio. Esto es dramático, es inviable. Muchas empresas tendrán que plantearse si seguir exportando a Estados Unidos o buscar mercados alternativos”, apunta Cañada.
Un total de 33 compañías navarras cuentan con presencia directa en Estados Unidos —con fábricas, almacenes u oficinas—, lo que en algunos casos puede amortiguar el golpe. “EEUU es el segundo país con más implantación empresarial navarra, solo por detrás de Francia”, recuerda la responsable de Comercio Internacional de la Cámara Navarra de Comercio e Industria. Sin embargo, esa ventaja aparente en ocasiones no sirve para eludir los aranceles: “Muchas de esas empresas venden a sus propias filiales allí, y sufren igualmente la subida arancelaria”.
“Esto es inviable. Muchas empresas tendrán que buscar mercados alternativos”
En la última década, la relación comercial entre Nafarroa y EEUU ha sido irregular: de los 329 millones exportados en 2014 se ha pasado a 367 en 2024, con altibajos como el pico de 2021, cuando se rozaron los 738 millones. Un crecimiento frágil, ahora amenazado por la política arancelaria de Washington.
No obstante, Nafarroa mantiene un superávit comercial con EE.UU. de 235 millones de euros. Pero la amenaza de un arancel del 30% eleva la tensión al máximo. “Ese nivel es brutal. Se come por completo el margen de beneficio. Y no es lo mismo para una pyme que exporta de forma puntual que para una empresa que tiene en Estados Unidos a su principal cliente”, concluye Cañada.
Ante esta situación,el Gobierno foral ha optado tomar medidas para mitigar el impacto de los aranceles de Trump y reformar entre otras cosas programas como NAEX Destino EEUU Exportación, que ofrece a las empresas navarras servicios especializados y personalizados prestados desde EEUU para facilitar su internacionalización, y NAEX Destino EEUU Implantación, que facilita el asentamiento de empresas navarras en el país.
Por otro lado, también se han reforzado son las misiones comerciales directas e inversas con el país norteamericano. Para este año, está prevista una misión inversa en Pamplona con compradoras estadounidenses del sector agroalimentario.
Euskal Herria mira a Bruselas ante la amenaza de Trump. La esperanza es que la Unión Europea consiga alcanzar un acuerdo con la administración Trump que ponga fin a la escalada arancelaria. “Todos deseamos que se alcance un acuerdo que minimice los aranceles”, señala Pablo Martín, de Confebask. “La UE es una potencia comercial de primer orden y confiamos en que pueda ejercer esa fuerza en la negociación, aunque con Trump cualquier cosa puede pasar”.
El aplazamiento hasta el próximo 1 de agosto decretado por Washington se interpreta como una señal de que las negociaciones siguen abiertas. “Quiero pensar que eso significa que están negociando en serio”, apunta Ana Cañada, desde la Cámara de Comercio de Nafarroa. Mientras tanto, las empresas de aguantan de la respiración.
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