La amenaza de los inversores bajistas y, más en concreto, de las entidades que publican informes o informaciones críticos para, presuntamente, influir en la cotización bursátil de una empresa y beneficiarse de sus caídas ha vuelto al primer plano informativo, con Viscofan como posible víctima. El fabricante de envoltorios navarro para el sector alimentario se desplomó este martes un 13,24% en bolsa, en su peor sesión en siete años, después de que un medio de comunicación estadounidense, Hunterbrook Media, asegurara que la planta de Viscofan en Danville (Illinois, EEUU) incumplía las exigencias medioambientales. Las acciones de Viscofan subieron un 4,89% ayer, aunque no han conseguido recuperar todo el terreno perdido.
Con una capitalización bursátil de 2.375 millones de euros al cierre del parqué el martes, la empresa navarra se dejó más de 300 millones de valor en bolsa. Tras el segundo comunicado emitido, a penas 15 horas después del primero, la compañía, presidida por José Domingo de Ampuero y Osma, recuperó valor en la sesión de este miércoles al registrar un aumento de casi el 5% la cotización, con una recuperación de 117 millones y dejar la capitalización bursátil en los 2.492 millones. La compañía no había vivido una jornada tan bajista como la del martes desde el 26 de octubre de 2018, cuando rebajó sus previsiones de crecimiento. Sin embargo, ahora, el motivo de ese desplome es completamente distinto. La empresa negó este martes las acusaciones y defendió sus políticas en materia de medio ambiente, pero ayer fue un paso más allá y vinculó a Hunterbrook Media con una sociedad de inversión, Hunterbrook Capital, “conocida por vender acciones en corto”, según afirmó Viscofan en una comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
“Información engañosa”
Viscofan aseguró, además, que la entidad es conocida también por “difundir información engañosa con ánimo de lucro”. En el encabezado de su información, Hunterbrook Media aseguraba que su filial de inversión, Hunterbrook Capital, no mantiene ninguna posición relacionada con el contenido del artículo. No obstante, reconocía que otra sociedad vinculada, el bufete de abogados Hunterbrook Law, “está en conversaciones con (otras) firmas sobre posibles litigios en nombre de las víctimas”. Además, Hunterbrook indicaba que está en contacto con los organismos reguladores de Illinois que supervisan las instalaciones de Viscofan en Danville.
“Graves y sin fundamento”
En la última comunicación remitida a la CNMV, Viscofan rechazó “categóricamente” las acusaciones, que consideró “graves y sin fundamento”. Según la empresa, esas acusaciones “se basan en una narrativa sesgada” y en “interpretaciones erróneas de documentos públicos y testimonios anónimos” que “contradicen” la realidad de sus operaciones en EEUU y el compromiso de Viscofan con el cumplimiento de las normas y “las prácticas empresariales éticas”.
La farmacéutica catalana
Lo ocurrido con Viscofan recuerda a la actuación de Gotham City Research, entidad vinculada al fondo bajista General Industrial Partners, en el caso del fabricante de hemoderivados Grifols. A principios de 2024, un informe crítico de Gotham City Research provocó el desplome de las acciones de la empresa farmacéutica catalana, una caída de la que supuestamente se beneficio el fondo vinculado. La actuación de Gotham, que mereció una investigación de la CNMV, está siendo analizada tanto en la Audiencia Nacional como en un juzgado de Nueva York. En una operación bajista clásica, un inversor toma prestado un paquete de acciones de una empresa y lo vende al precio al que cotizan en ese momento con la esperanza de que bajen. Posteriormente, recompra las acciones a un precio inferior y las devuelve a quien se las había prestado. El beneficio que obtiene el inversor bajista es la diferencia entre el precio de venta inicial y el precio de recompra.