Planchar es una de las tareas del hogar en la que más tiempo invertimos. No es fácil encontrar el momento de enfrentarnos a tan tediosa labor y se nos puede llegar a acumular una pila de ropa de importantes dimensiones.

Camisas, pantalones, camisetas,... no hay una prenda sencilla. Todas tienen sus particularidades.

Para que afrontes con más ánimo el día de la plancha te damos doce consejos que te facilitarán la tarea.

1- Temperatura, de menos a más.

Se recomienda agrupar la ropa y empezar la sesión de plancha por aquellas prendas que necesitan menos temperatura, así no tendrás que esperar entre prenda y prenda a que el aparato se enfríe. Es importante leer las etiquetas para saber la temperatura a la que hemos de planchar cada tejido. En caso de duda, inclínate por la más baja.

2- Plantar cara a los tejidos complicados.

Las prendas más difíciles de planchar, esas que se arrugan con la mirada como es el caso del lino, es conveniente plancharlas cuando aún están húmedas y después colgarlas en una percha. Otro consejo es pulverizar sobre ellas, antes de plancharlas, agua y alcohol, mezclados en un recipiente a partes iguales. En el caso del algodón, si metemos la prenda en una bolsa de plástico durante dos horas y la planchamos nada más sacarla, el planchado será más fácil y rápido.

3- El frigorífico, nuestro aliado.

Introducir la ropa seca en la nevera durante diez minutos antes de plancharla, facilitará notablemente nuestra labor.

4- Cómo manejar las prendas grandes.

Cuando tenemos que enfrentarnos a sábanas, colchas o fundas nórdicas el trabajo se complica. Es imposible manejarlas sobre la mesa de planchar. Una solución es ponerlas sobre la cama y plancharlas allí directamente. Si vamos a utilizar la secadora, se recomienda introducir las prendas dobladas. Saldrán menos arrugadas. Los visillos irán directamente de la lavadora a los rieles o barras donde vayan colocados cuando aún estén húmedos. Así te evitarás plancharlos.

5- ¡Guerra a las arrugas!

El suavizante ayuda a disminuir las arrugas y facilita el planchado. Si usamos secadora, hay que sacar la ropa cuando aún no esté seca del todo. Para las arrugas más rebeldes, pasaremos un hielo por la zona antes de plancharla. Otra opción es poner sobre la mesa de planchar un papel de aluminio, encima la prenda, sobre ella un paño húmedo con una gota de amoniaco y ¡a planchar! Verás que todo es más fácil. Si las arrugas son ligeras, cuelga la prenda en una percha, pásale una toalla húmeda por la zona arrugada y finalmente sécala con un secador. Otra opción es colgarla en el baño cuando nos duchamos. El vapor del agua caliente hará que las arrugas vayan desapareciendo.

Si lo que tenemos es la marcha de la plancha, pondremos agua con unas gotitas de agua oxigenada y aplicaremos vapor. Por último, plancharemos la prenda del revés protegida con un trapo.

6- Botones y cremalleras, atados.

Es recomendable planchar las prendas con las cremalleras y botones abrochados. Así tendremos los pliegues de la ropa en el lugar adecuado y evitaremos que la ropa se deforme antes de guardarla. Además, no se debe pasar la plancha por encima de botones, cierres ni cremalleras, ya que ésta podría estropearse.

7- Dejar enfriar la ropa.

Cuando terminemos de planchar una prenda, debemos esperar un rato para doblarla o colgarla en el armario. Si lo hacemos cuando la ropa aún está caliente, la ropa cogerá todas las marcas y de nada habrá servido plancharlas. Además pueden deformarse y coger olor a humedad. Las prendas deben airearse y enfriarse, bien en perchas o sobre la cama, antes de ser guardadas.

8- El arte de tender bien la ropa.

Para un buen planchado es imprescindible que la ropa haya estado bien tendida. Todo será más fácil. Hay que procurar estirar bien las prendas y colocar las pinzas en lugares discretos por si dejan marca. Las camisas es mejor colgarlas en perchas; los pantalones, sujetos por el dobladillo inferior y los jerséis y las prendas de lana y punto, sobre una toalla en una superficie plana. En el caso de los pantalones, una vez planchados, lo mejor es guardarlos colgados en perchas de pinzas.

9- Ropa perfumada.

Si quieres una ropa perfumada, puedes añadir unas gotas de tu perfume favorito al depósito de agua de la plancha.

10- No planchar nunca una mancha.

Algunas veces ocurre que cuando vamos a planchar una prenda nos damos cuenta de que la lavadora no ha quitado la mancha. Es imprescindible no pasar la plancha sobre ella, ya que el calor fija las manchas. La solución, volver a depositar la prenda en el cubo de lavar.

11- Mantener la plancha limpia.

Limpia con frecuencia el depósito para retirar la cal, así alargarás la vida de la plancha y evitarás que algún resto te manche las prendas. Llena la plancha con una medida de vinagre mezclado con sal, deja que salga el vapor durante unos minutos y a continuación se vacía.

Para eliminar restos de la suela de la plancha, usa un paño húmedo de algodón, en frío. Otro truco consiste en enchufarla y esperar a que se caliente. Después, pásala sobre una cartulina en la que hayas espolvoreado abundante sal común.

12- Elegir bien la tabla de planchar.

Debemos elegir una mesa de planchar regulable (lo ideal es ponerla a la altura de nuestra cadera), manejable y no muy pesada. La plancha se deslizará más fácil y plancharás con mayor rapidez si la tabla tiene un doble relleno.