Las tarjetas revolving han estado en el punto de mira en los últimos tiempos, especialmente tras la sentencia del 4 de marzo de 2020 por el Tribunal Supremo en la que se declaraba usurario el tipo de interés del 26,82% de una de estas tarjetas, lo que abrió la puerta a las reclamaciones de clientes de forma masiva. Consecuentemente, muchos despachos de abogados y plataformas legales han visto en estas demandas un negocio muy interesante.

¿Cuánto cuesta reclamar mi tarjeta revolving?

Los despachos de abogados atraen a los potenciales demandantes sabiendo que en la mayoría de los casos el juicio va a estar ganado, alegando que la vía judicial conlleva un coste relativamente bajo (entre 100 y 700 €). Sin embargo, la letra pequeña de estos contratos dice que, en caso de ganar el juicio con costas (que se produce en la mayoría de los casos), estas corresponden al despacho.

Antonio Gallardo, experto financiero de iAhorro, advierte que "lo que desconocen los clientes es que sus abogados, con las costas, se van a llevar mucho más dinero de lo que suelen recuperar sus clientes por ir a juicio". Según Gallardo, las costas pertenecen al cliente y este decide voluntariamente repartirlo con sus abogados de forma transparente.

Esta práctica solo es legal cuando se ha llegado a un acuerdo transparente y proporcional entre las dos partes. No obstante, en este tipo de procesos donde es muy seguro que gane el cliente y las cantidades sean importantes, es habitual que el abogado se lleve el "desproporcionado" total de las costas y "en la mayoría de las ocasiones el cliente desconoce su importe", apunta el experto.

Por ejemplo, una persona ha aplazado sus compras por valor de 4.000 € con su tarjeta. Ha pagado 2.500 € en concepto de intereses y sigue teniendo una deuda pendiente de 1.500 €. Decide llevar a la entidad a juicio y consigue una sentencia a su favor. El banco le tiene que devolver los 2.500 € de intereses cobrados y, además, tiene que pagarle 2.500€ en costas. El ciudadano, por su parte, le debería devolver al banco los 1.500€ de deuda todavía pendiente. En total, se quedaría con 3.500 €. Sin embargo, si ha acordado que las costas son para su abogado, el cliente se va a llevar como máximo entre 395 y 1.000 € y el abogado 2.500 € de las costas más el porcentaje del dinero recuperado pactado como sus honorarios.

Devolver el principal de forma inmediata

Ganar el juicio supone que la entidad le devuelva los intereses abusivos cobrados de más, pero no que le condonen el dinero que le han prestado (el principal), si todavía lo debe.

Muchos clientes desconocen esto, por lo que "se lanzan a las reclamaciones sin que su abogado les haya informado de que estarán obligados a afrontar este pago incluso si ganan el juicio y que este debe hacerse porque si no la entidad tendrá derecho a demandarles", explica el experto financiero de iAhorro. Un servicio jurídico de calidad siempre debe informarle de las posibles consecuencias de no devolverlo a tiempo.

Llegar a un acuerdo con el banco

Los acuerdos pueden resultar una opción útil para todos aquellos que aún tienen la deuda en vigor y no cuentan con los ahorros suficientes para poder asumir este pago inmediato. De todas formas, la mayoría de las entidades que comercializan tarjetas revolving están intentando llegar a un acuerdo con sus clientes sin necesidad de pasar por el juzgado.

Mediante una solución extrajudicial se podría lograr una restitución de dinero suficiente y no se tiene el riesgo de ir a juicio, que puede dar un resultado negativo. "En mi opinión, solo se debe ir a juicio si no hay una respuesta suficientemente positiva, nunca por arañar unos pocos euros más por el riesgo que conlleva", asegura Antonio Gallardo.