l sector sociosanitario está formado por organizaciones que atienden a personas con discapacidad intelectual, a personas mayores -muchas de ella en situación de fragilidad- y personas con enfermedad mental grave. En nuestro caso, Hermanas Hospitalarias, en sus centros Clínica Padre Menni de Pamplona y el Centro Benito Menni de Elizondo, atiende a los tres colectivos, centrándonos en personas con trastornos de comportamiento y gran necesidad de apoyos.

En este sector estamos sufriendo intensamente con esta pandemia, debido a que el nuevo virus afecta especialmente a personas mayores y/o vulnerables, que son precisamente las que atendemos.

Llevamos más de nueve meses haciendo frente a una enfermedad para la que inicialmente no había tratamiento, no había test diagnósticos, ni equipos de protección individual suficientes, con imposibilidad de contratar profesionales sanitarios, dificultad para derivar a los hospitales - las unidades covid se crearon posteriormente-, sin protocolos de actuación ni planes de contingencia, y con unas infraestructuras, inadecuadas para esta situación extraordinaria

Para hacer frente a todo eso nos hemos tenido que reinventar, innovar y adaptarnos día a día para poder seguir cumpliendo nuestra misión, que es la de atender con profesionalidad, calidad y calidez a las personas a las que cuidamos.

Todos y cada uno de los centros hemos realizado un Plan de Contingencia, orientado a evitar rebrotes en centros residenciales o, si lo hay, actuar con rapidez para evitar su extensión. Hemos habilitado espacios específicos para atender a enfermos de coronavirus, tenemos stock de seguridad de equipos de protección, protocolos de actuación, formación, etc., contando con la seguridad de que han sido revisados y aprobados por los organismos competentes.

Tanto la pandemia como el confinamiento que ha conllevado han producido estragos desde el punto de vista de la salud mental. Además de los problemas físicos que ha causado la enfermedad, se han producido también graves problemas emocionales, debido principalmente a las restricciones de salidas y visitas que tiene esta población para evitar contagios.

Hemos intentado mitigar el aislamiento con imaginación, creando nuevas actividades, organizando videoconferencias con los familiares, llamadas telefónicas frecuentes, voluntariado online, etc., apoyándonos en las nuevas tecnologías para sobrellevar esta situación que se prolongará casi seguro hasta la primavera. Desde finales de noviembre se permiten visitas y los ayuntamientos han habilitado espacios seguros en el entorno de los centros para que puedan salir los residentes con el familiar que le visita.

Actualmente estamos a la espera de recibir de las consejerías de Salud y de Derechos sociales el protocolo de salidas para el período de Navidad y a todos los profesionales se nos va a realizar PCR cada 15 días, durante dos meses, para tratar de evitar contagios. Se nos ha informado que entre enero y febrero se espera que comiencen las vacunaciones para residentes y profesionales de centros sociosanitarios, con lo que confiamos que la situación vaya mejorando con claridad a partir de entonces.

El impacto de este virus en las personas a las que atendemos se afrontó desde el primer momento con profesionalidad y sobre todo humanidad.

Los profesionales, con dedicación, fortaleza y esfuerzo nos hemos tenido que adaptar de forma vertiginosa para hacer frente a las condiciones adversas que ha traído esta pandemia. Hemos cambiado la organización de los centros, adaptado espacios, reorganizado servicios, modificado turnos de trabajo, implantado nuevos protocolos sanitarios, potenciado la comunicación con los residentes, sus familias y entre profesionales, etc. Hay un gran compromiso personal y profesional hacia las personas a las que atendemos, que ha hecho que antepongamos su salud y su seguridad a la nuestra.

Hay que resaltar que nos hemos sentido acompañados por las muchas muestras de solidaridad de la sociedad navarra, y hemos tenido el apoyo de la administración pública de Navarra y de otras instituciones, destacando a la unidad militar de emergencias, cuyos profesionales participaron en la desinfección de muchos centros con brotes de covid-19. Finalmente, los profesionales y los residentes apelamos en estas fechas a la responsabilidad individual porque de la conducta de cada uno dependerá que la situación global permanezca estable o la empeoremos notablemente.

En nuestros centros se han dado ya pasos importantes en la implantación del modelo de atención centrada en la persona, que es un modelo de atención más participativo y adaptado a las necesidades de las personas que atendemos.

El Gobierno de Navarra ha aprobado este mes el Decreto Foral 90/2020 que va a impulsar la adopción de este modelo en todos los centros asistenciales de Navarra y que regula todo lo referido a espacios y organización de las personas atendidas. Será necesario que el Departamento de Derechos Sociales disponga de financiación suficiente para hacer frente a las inversiones y gastos que este cambio va a conllevar en todos los centros.

Las actuales circunstancias requieren que los centros asistenciales prevean formas alternativas de afrontar la actividad en función de los diferentes escenarios que se puedan plantear según el devenir de la pandemia.

Se promoverán estrategias o técnicas metodológicas que permitan afrontar el reto asistencial en los diferentes escenarios de manera que las personas usuarias, los profesionales y la familia normalicen la utilización de medios tecnológicos y herramientas de comunicación y colaboración online en los procesos de atención y apoyo en entornos virtuales.

Asimismo, se están desarrollando metodologías activas que favorezcan el aprendizaje y la formación de los profesionales en la nueva situación. Entre estas, cabe mencionar la utilización del aprendizaje colaborativo, aprendizaje invertido (Flipped Learning), la gamificación, el aprendizaje basado en proyectos y en investigación y todas aquellas técnicas que favorezcan la integración activa y normalizada de las TIC en el proceso de formación-aprendizaje. La atención a la diversidad cobra una especial relevancia en el contexto actual haciendo necesario que el proceso de atención se adapte a las características y necesidades de todos los usuarios. Así pues, las estrategias metodológicas utilizadas serán lo suficientemente variadas para dar respuesta a dicha diversidad.