La agricultura y la industria agroalimentaria han suavizado el golpe de las últimas crisis sobre las economías vasca y navarra. Hoy sus protagonistas tiran del proceso de recuperación gracias a estrategias asentadas en la calidad, la alimentación saludable, la sostenibilidad y la innovación. El objetivo no es otro que liderar el movimiento de la Unión Europea a favor de un sector justo, responsable y competitivo. El incremento de las exportaciones y los datos de facturación confirman su peso decisivo en las economías regionales.

Las exportaciones alimentarias en la Comunidad foral de Navarra crecen a un ritmo del 40%anual desde hace una década

Navarra atesora el sector agroalimentario más productivo de España después de La Rioja y el segundo en fuerza de comercialización, tras Galicia. Se encuentra también entre las regiones más competitivas, contribuyendo al superávit de la balanza comercial del sector a nivel nacional, a la que aportó 810 millones de euros en 2021, según datos del Observatorio sobre el sector agroalimentario de las regiones españolas.

La comunidad foral ha sabido sacar provecho a una situación privilegiada, aquella que proporciona su localización en el valle del Ebro, tierras de regadío de gran calidad con bajo coste energético y una importante herencia ligada a la producción de calidad. Sin embargo, dichas ventajas por sí solas no hubieran logrado que el sector represente actualmente el 7,5 % del Valor Agregado Bruto (VAB) de Navarra o el 15 % del total de las exportaciones, que crecen a un ritmo del 40 % anual desde hace una década.

El sector agroalimentario en la comunidad foral ha hecho un gran esfuerzo por adaptarse a las nuevas necesidades de consumo y por abrazar aquellos retos del futuro más incipientes, como la digitalización y la sostenibilidad, con el fin de avanzar en su liderazgo. Y lo ha conseguido muy especialmente en alimentos como los vegetales, los congelados y los platos preparados refrigerados.

Plan de Industrialización.

Estos últimos representan una gama altamente competitiva de la que Navarra cuenta con empresas líderes en el mercado internacional. No en vano, el 16 % de las marcas del sector agroalimentario navarro son multinacionales. Las conservas vegetales y la industria vinícola también han aumentado su contribución al buen desarrollo del sector a nivel regional.

La producción del 80 % de la verdura congelada de España recae sobre tres empresas navarras: Grupo Virto, Congelados de Navarra y Gelagri, capaces de procesar 695.000 toneladas al año.

La importancia de este motor de la economía navarra se manifiesta también en su poder de empleabilidad, que representa el 9,2 % del empleo regional. Actualmente, suma 28.700 puestos de trabajo entre explotaciones agrarias e industria agroalimentaria. A estos habría que sumar los sujetos a segmentos de apoyo avanzado (fabricación de maquinaria, I+D+i, TIC, servicios veterinarios y de ensayos), cada vez más importantes, y a servicios de distribución.

En todo caso, el peso de la cadena de valor recae en las industrias de transformación, primer subsector industrial por número de empleados y una facturación anual de 4.500 millones de euros, a los que se unen los 1.129 millones del sector primario. Es decir, el 5 % del total del PIB regional y el 14% del PIB Industrial.

Un sector responsable

En Euskadi, el presente y futuro del sector agroalimentario se asienta sobre un término: el de justicia respecto a los consumidores, que desean alimentos más saludables; respecto a la sociedad, que demanda un tipo de producción y consumo responsable; y respecto al conjunto de productores y agroganaderos, que ven mermada su capacidad de negociación en el proceso de venta y de hacer frente a costes cada vez más elevados en los últimos años.

El agroalimentario es un sector estratégico no solo para Euskadi, sino para la UE

De hecho, la estrategia de las administraciones públicas en el territorio ha sido, en los últimos años, impulsar la puesta en valor de la excelencia de los productos de la tierra, a través de sellos de calidad y denominaciones de origen, así como medidas alineadas con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Pacto Verde Europeo o la Estrategia de la UE sobre la Biodiversidad.

Y es que, el agroalimentario es un sector estratégico no solo para Euskadi, sino para la UE, como demuestran planes de estímulo como los Next Generation UE, con apoyo al Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), o el diseño de una nueva Política Agraria Común (PAC) para los años 2023-2027 donde los objetivos medioambientales ganan terreno.

Más eficiencia y competitividad

Como Navarra, la CAV se encuentra inmersa en un proceso de innovación y digitalización que trata de dotar al sector agroalimentario, especialmente al primario, de mayor eficiencia y competitividad. La implantación de tecnología punta que conlleve desde la reducción del consumo de recursos hídricos hasta la gestión de suelos para evitar su contaminación es vital, especialmente en cultivos de primer orden para Euskadi, como la uva, las hortalizas y los cereales.

Y es que, la volatilidad de los mercados, la pandemia sanitaria y la posterior guerra de Ucrania han puesto de manifiesto la necesidad de proporcionar nuevas herramientas competitivas a los productores, que han tenido que hacer frente a insumos cada vez más altos, cuando no a su desabastecimiento. Un buen ejemplo es que mientras la producción agrícola se ha mantenido estable desde 2014, el sector ganadero presenta una tendencia a la baja, que se resintió más aún en 2020, motivada en gran medida por la subida de los precios del pienso.

En Euskadi, el sector agroalimentario aportó en 2020, el 9,36% del PIB de la región y generó 138.034 empleos directos

Esta disminución progresiva se deja ver con especial relevancia en el sector de la leche, con la salvedad de la producción de quesos, de tendencia creciente. De 2011 a 2021, el 51% del total de explotaciones de vacuno de leche de Euskadi cesaron la actividad, especialmente las de menor dimensión, según el último boletín informativo Behatokia. En el año 2021, la CAV contaba con 470 explotaciones de ganado vacuno de aptitud lechera: el 12 % ubicadas en Álava/Araba, el 35 % en Bizkaia y el 53 % en Gipuzkoa.

Las consecuencias de la crisis climática tampoco ayudan a la estabilidad del sector, cuya viabilidad pasa por incrementar sus capacidades a través de la innovación y de soluciones llamadas a la eficiencia. Éstas ya han comenzado a implantarse en toda la cadena de valor de la alimentación, principalmente en actividades de producción y transformación, de la mano de programas como la Estrategia para la transformación digital de Euskadi 2025 (ETDE2025) o el Plan estratégico de la gastronomía y alimentación de Euskadi 2024 (PEGA 2021-2024).

Las cifras de un sector optimista

En Euskadi, el sector agroalimentario aportó en 2020 el 9,36 % del PIB de la región y generó 138.034 empleos directos (58 % femeninos). Aun cuando 2020 resultó un año muy difícil, más aún en el capítulo de las exportaciones. Cabe destacar el peso del ámbito hostelero (con más de 50.000 personas trabajadoras) y del comercio alimentario (con más de 38.000) englobados en dicha cifra. La industria alimentaria y el sector primario, por su parte, son responsables de la empleabilidad de unos 15.000 y casi 12.000 profesionales respectivamente.

Cierto es que la industria alimentaria ha perdido el 4 % de los puestos de trabajo y un 7 % de sus establecimientos (son más de 2.000) dedicados a la producción, procesamiento y comercialización de alimentos y bebidas en la última década, de manera relevante en 2020 y con especial virulencia para los subsectores de procesado de pescado, con un 19 % de establecimientos menos que hace diez años, pan y molinería (- 16%), bebidas (-13 %) y cárnicas (-9%).

Sin embargo, en 2021 comenzaron los signos de recuperación, que se mantienen en auge de la mano del crecimiento de las exportaciones, la inversión en I+D, la reactivación del empleo (del 1%) y un incremento (del 5,1 %) del índice de producción en términos interanuales, según datos del Observatorio del sector agroalimentario vasco.


Así, el sector mira con optimismo hacia el segundo semestre del año, cuando se prevé un aumento de las exportaciones a los países tradicionalmente receptores, más de 130, con productos como carnes, pescado, lácteos, conservas y vinos de Euskadi. En relación al vino, hay que destacar que aunque el volumen exportado por la CAV cayó el pasado año un 9,6 %, la facturación aumentó un 4,4 % hasta tocar su máximo histórico: cerca de 239 millones de euros. El 84 % de ese valor pertenece a vino con Denominación de Origen Protegida, que ha ido a parar a más de un centenar de mercados distintos, destacando Estados Unidos, así como Reino Unido, México o Canadá.