Las piezas comienzan a encajar. Tras unos momentos iniciales de evasivas y críticas de Eneko Andueza a los jeltzales en campaña, todo parece apuntar a la rápida firma de un nuevo acuerdo entre PNV y PSE.

La autocrítica que ha realizado el PNV por los malos resultados en las elecciones municipales y forales del domingo no le ha impedido seguir adelante con su cometido como fuerza más votada en la comunidad autónoma y, tras la reunión de la Ejecutiva celebrada ayer para analizar lo sucedido, informó de que ya ha contactado con sus socios del PSE para abrir negociaciones que propicien gobiernos sólidos, estables y eficaces.

El PSE confirma a este periódico que su voluntad también es explorar un nuevo acuerdo con el PNV, porque los buenos resultados de los socialistas en las urnas confirman que la experiencia de gobierno con los jeltzales ha funcionado.

Las mismas fuentes aseguran que en su momento ya habían apuntado que era poco verosímil un acuerdo de gobernabilidad con EH Bildu por sus discrepancias en el plano ético y también por su radicalidad en la gestión, frente a la cual los socialistas se presentan como una formación de gobierno. El adelanto de las elecciones generales al 23 de julio por parte de Pedro Sánchez parecía abocar ya a que el PSE pusiera tierra de por medio con EH Bildu para evitar un desgaste a nivel estatal ante esa cita, si bien las fuentes consultadas en la Ejecutiva de Eneko Andueza aseguran que no es un factor de peso.

Repetir el acuerdo que funciona actualmente en las tres diputaciones, buena parte de los ayuntamientos y el Gobierno vasco garantizaría la mayoría absoluta en las Juntas de Bizkaia y los ayuntamientos de Bilbao y Donostia y, si se sigue el mismo formato, supondría que PNV y PSE apoyaran al candidato más votado de entre ellos dos en las distintas instituciones y abriría el camino para desbancar a EH Bildu de las plazas donde fue la más votada.

En Gipuzkoa, ese acuerdo, sumado a los votos que ya ha anunciado el PP, permitiría a la jeltzale Eider Mendoza darle la vuelta a la derrota electoral y convertirse en diputada general frente a Maddalen Iriarte. En Gasteiz, la beneficiada sería la socialista Maider Etxebarria, en segunda plaza por detrás de Bildu. Fuentes socialistas no ocultan sus aspiraciones en Gasteiz y su voluntad de hacerse con la alcaldía, lo que aboca a pactar con el PNV y saca a la izquierda abertzale de la ecuación. A cambio, creen que sería un “modelo leal” respaldar a Mendoza en Gipuzkoa. La euforia de EH Bildu por los resultados electorales comienza a desinflarse a la hora de bajar a los acuerdos de gobierno y las fórmulas de estabilidad, y finalmente podría quedarse sin ninguna capital ni diputación. El PP ya ha avanzado que está dispuesto a dar sus votos para que no gobierne. Se necesita mayoría absoluta en las alcaldías para desbancar al más votado, y reunir más votos que el rival en las Juntas.

Hacerse con el liderazgo de una capital a un año de las elecciones autonómicas supondría una inyección de autoestima para el PSE, que en los últimos cuatro años se ha tenido que conformar con once alcaldías y ser el socio minoritario del PNV. En Araba, el jeltzale Ramiro González ganó las elecciones y se da por hecha su investidura, aunque PNV y PSE no alcanzan la mayoría absoluta para gobernar con plena tranquilidad. En Gasteiz, necesitan a un tercer partido para proclamar a Etxebarria. La presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, ya habló ayer de acuerdos amplios “con apoyos externos”, y las fuentes socialistas coinciden en que, más que reeditar el acuerdo, habría que hablar de un nuevo acuerdo porque no suman mayoría absoluta en algunas plazas.

El PNV reivindica su liderazgo en esta ronda. El PSE dijo ayer en una nota, sin citar al PNV, que apuesta por un “acuerdo amplio” que “pudiera extenderse con carácter general” a las tres diputaciones y capitales y otros ayuntamientos. Reivindicó sus “muy positivos” resultados electorales y abogó por un acuerdo que se corresponda con su vocación de partido de gobierno y con los intereses reales de la ciudadanía.

Las fuentes consultadas dejan ver que el acuerdo podría ser rápido y que no interesa marear la perdiz. El PNV, por su parte, informó en una nota que quiere contribuir a la “pronta y eficaz” conformación de instituciones sólidas, aunque lanza un dardo a la inestabilidad que ha provocado Sánchez con las elecciones generales. Espera que el diálogo con el PSE sea fructífero y que haga posible la constitución “en tiempo y forma” de un entramado sólido.

Gipuzkoa

En 2011, Bildu ganó las elecciones a las Juntas Generales de Gipuzkoa tras su legalización. En ese contexto, el PNV decidió dejar vía libre a Martin Garitano para que formara gobierno y no le disputó la investidura. Lo contrario podría haber trasladado la imagen de que los jeltzales trataban de frenar con pactos políticos a una formación que por fin podía competir en igualdad de condiciones con el resto tras haber conseguido la autorización de los tribunales. Eran otros tiempos, y a la larga al PNV le benefició esa decisión y sacó réditos de la inexperiencia en materia de gestión de la izquierda abertzale.

Más de una década después, el PNV tiene claro que el contexto ha cambiado radicalmente y va a tratar de cortocircuitar el acceso de EH Bildu a las instituciones a un año de las elecciones autonómicas. El PNV se beneficia de su capacidad de interlocución con otros partidos para forjar mayorías amplias y estables, un pie del que sigue cojeando la izquierda abertzale. En plazas como en Gipuzkoa, el acuerdo PNV-PSE no será suficiente y habrá que echar mano de otros respaldos, en el PP o en Elkarrekin, para poder investir a Mendoza.

El EBB del PNV celebró ayer su reunión semanal, esta vez marcada por el análisis de unas elecciones en las que el partido jeltzale ha sido el más votado en la comunidad autónoma pero se ha dejado más de 80.000 votos y ha quedado desplazado a la cuarta plaza en Gasteiz y a la segunda en la Diputación de Gipuzkoa. Hoy se reunirán las ejecutivas territoriales para bajar al detalle.

El presidente del GBB, Joseba Egibar, ya avanzó durante la noche electoral que Mendoza se presentaría como candidata. Iriarte ha ganado los comicios con 22 escaños frente a los 17 del PNV. PNV y PSE sumarían 24, siempre y cuando su pacto se repita. Si Elkarrekin respaldara a EH Bildu, sumarían otros 24. Al producirse un empate, el reglamento de las Juntas establece que ganaría la candidata del partido que haya tenido más votos en las elecciones, en este caso, Bildu. Por lo tanto, sería necesario el respaldo del PP a Mendoza.

El PP ya ha ofrecido sus votos para que Bildu no gobierne en plazas como Gipuzkoa, Durango y Gasteiz. Ayer introdujo en la coctelera que “hay juego” en los ayuntamientos de Guardia y Bastida, donde no quieren volver a ser desalojados por PNV y Bildu. Sus palabras podrían sugerir un simple deseo o bien un intercambio de apoyos, aunque en teoría el PP está ofreciendo los votos gratis para desalojar a EH Bildu, en línea con el cordón sanitario que ofreció Alberto Núñez Feijóo al PSOE.

Bildu se toma el posible desalojo de Iriarte como una falta de deportividad, a pesar de que la propia coalición también desbancó hace cuatro años al PNV de plazas donde fue el más votado, como Durango y Galdakao. Todo apunta a que utilizará el respaldo del PP para tratar de desgastar a PNV y PSE en puertas de las generales.