PAMPLONA. Como les ocurría a los galos que dibujaban en sus cómics Goscinny y Uderzo, en la aldea de Tajonar nadie tiene miedo del adversario. No hay ningún Astérix ni Obélix. Pero están Osasuna Promesas e Izarra, que protagonizan hoy en el campo de los rojillos (15.30 horas) un derbi navarro cuyo último precedente data de hace diez temporadas.

Un choque histórico y con sabor especial, porque será un partido lleno de reencuentros. En el Izarra, más de la mitad de la plantilla ha pasado por la disciplina de Osasuna. Más morbo todavía si cabe. Porque los estelleses tienen ganas. Porque los rojillos, pese a no saborear tanto el terreno de lo sentimental, también están ansiosos de salir al césped a luchar. Porque un derbi siempre es especial.

Lo es pese a que, como también ocurría en los cómics de Asterix y Obélix, tan sólo hay una preocupación, una posibilidad que planea por las mentes de los contendientes. La misma que desquiciaba a los aguerridos galos cada vez que amenazaba una tormenta. En definitiva, que la nieve impida que pueda disputarse el encuentro. Ayer, pese la jornada de tregua del jueves, la nevada volvió a hacer acto de presencia en la Cuenca de Pamplona, con intensidad en determinadas horas del día. Los campos de Tajonar estaban parcialmente cubiertos de nieve. Así pues, hasta última hora no se sabrá si será posible que el balón eche a rodar. Algo que dependerá en buena medida de las temperaturas que presente el clima en las horas previas al partido.

Sea como fuere, ninguno de los dos entrenadores da por suspendido el choque de antemano. Al contrario. Los dos arden en deseos de jugar a fútbol. Es una contienda importante para ambos equipos. Para el Promesas, porque un buen resultado les permitiría acabar el año con una tranquilidad desconocida en las últimas temporadas. Para los de Estella, porque los puntos empiezan a necesitarse como el comer.

La situación clasificatoria de los dos equipos es muy diferente. Aunque el filial rojillo navega con tranquilidad relativa en la tabla, no es menester confiarse ante un Izarra que rebosará un plus de motivación mucho mayor que en anteriores jornadas. La batalla se presenta bonita para el espectador, y a buen seguro el número de hinchas desplazados desde Estella será muy elevado.

El ring está listo. Miguel Merino pierde a Líbano por cumplir ciclo de tarjetas. Miguel González tiene la duda de última hora de De la Chica y Etxarri, que podría volver a jugar después de dos meses de baja. La lona está preparada. A un lado, rojillos jóvenes y ansiosos de seguir su buena marcha. Al otro, un equipo con futbolistas curtidos en la categoría y con ganas de comenzar su escalada. Sólo temen una cosa. El clima y la nieve. Que el cielo caiga sobre sus cabezas. Lo mismo que diría el jefe Abraracurcix.