PAMPLONA. El paso de los años ya ha hecho algo de mella en ManuelDíaz Vega (1-9-1954). Las canas asoman en su pelo, aquella cabelleraque hace décadas se movía al son del viento por los campos dePrimera División. La temporada 1999-2000 fue la última en laque este asturiano ejerció como colegiado de la máxima categoríadel fútbol español.

Fue un árbitro que nunca dejó indiferente a nadie. Un hombrerecordado por su affaire con Johan Cruyff en uno de los clásicosMadrid-Barça que dirigió. Fue quizás la única vez que Díaz Vegaperdió los papeles. Ahora, más alejado de los flashes a ras decésped y de la polémica que rodea a cualquier trencilla, DíazVega es director técnico del Comité Técnico de Árbitros de laFederación Española y miembro del plantel de colegiados de laUEFA. Con motivo de su visita a Pamplona para asistir a las pruebasfísicas de los árbitros navarros, tuvo tiempo para reflexionarsobre la situación del arbitraje en general y de la escuela navarra,que, según él, viene pisando fuerte.

Ha asistido usted a las pruebas físicas de los colegiados navarros.¿Qué valoración puede hacer de esta escuela de futuros colegiados?

En Navarra trabajan con mucha seriedad, con mucho rigor y estoredunda en inculcar los compromisos que tiene que tener un árbitrode forma positiva en los futuros colegiados.

¿Cree que alguno de estos jóvenes colegiados de la ComunidadForal llegará algún día a Primera?

Nunca se sabe, pero hay buena base. Siempre defiendo que hayun tiempo para la formación y otro para las oportunidades y hayque hacerlos coincidir. Si llegan las oportunidades y los chavalesno han aprovechado el tiempo de formación, no tendrán posibilidadde hacer buena esa oportunidad. Creo que, por lo que ya conocíay he podido ver en Pamplona, ellos están cumpliendo sus tiempos.Además tienen muchas inquietudes y eso refrenda que en Navarrahay gente con la que trabajar.

Undiano Mallenco también salió de esta escuela, de este comité,y ahora ha llegado al Mundial. Se lo merecía.

Por supuesto. Alberto forma parte de ese orgullo que todos tenemosde que sea representante nuestro. Por donde quiera que voy siempreoigo hablar de él muy bien en dos aspectos: el deportivo y elhumano. En Alberto concurren esas dos condiciones y eso es unabuena señal. Es un fantástico árbitro, un deportista muy preparadoy una gran persona.

Usted tuvo la oportunidad de arbitrar en la Copa del Mundo de1994 en Estados Unidos. ¿Qué consejo le daría a Undiano?

Ya es un hombre muy experto. No le daría ningún consejo porqueno le hace falta. Estuvo en un Mundial sub' 21, es un hombreque tiene un gran caché en la UEFA y con gran bagaje de experienciainternacional. Simplemente, le deseo que le acompañe la suerte.Él sabe buscar la suerte con el trabajo, la disciplina y habráque esperar a que la tenga en el momento crucial.

¿Por qué cree usted que del Comité Navarro de Árbitros salenpocos, pero normalmente reconocidos por su buena labor?

Porque responde de forma rigurosa a la idiosincrasia del pueblonavarro. En esta tierra yo siempre he dicho que hay gente bondadosay seria. Y esa es la clave. Es un aspecto que va intrínsecamenteligado a la condición humana que debe tener un árbitro. Estepueblo es un pueblo serio y con pilares muy sólidos en ese aspecto.Por eso cualquier deportista forjado en Navarra, ya sea futbolistao árbitro, acaba destacando por su buen hacer.

De lo que no se libra un colegiado ni con aguarrás es de la polémicaalrededor de su figura. ¿Hay alguna forma de eliminar 'Villaratos'y críticas continuas de la opinión pública?

Es complicadísimo. Evitar que se hable del árbitro no es imposible,pero sí muy complicado. Hay muchos intereses creados en tornoa los clubes. Los árbitros no tenemos afición y los equipos sí.Por tanto, la cobertura mediática que tiene un equipo de fútbolno la va a tener nunca jamás un colectivo arbitral. Debemos vivircon la polémica como compañera. Es una dificultad añadida a nuestralabor, y sobreponerse a ella y superarla es uno de los retosque tiene este trabajo.

Un reto que requiere una preparación casi más psicológica queotra cosa. ¿Se trabaja ese aspecto en las escuelas de árbitros?

En efecto, la presión a la que un colegiado está sometido semanatras semana requiere una preparación psicológica importante.La preparación psicológica, la física y la condición humana sonlos tres pilares en la formación de un árbitro. Lo que ocurrees que es la preparación psicológica, la capacidad de soportarla presión mediática, es algo muy difícil de entrenar. Es unade esas cualidades que debe aportar cada uno. Es entrenable perohay que partir de una base personal de cada uno.

También está en el candelero la introducción de mejoras técnicaspara ayudar en la labor arbitral. ¿Es partidario de llevarlasa cabo o le suena a cuentos chinos?

No me suena a cuentos chinos. Todo el tema de las mejoras técnicasme suena bien, porque hay que estar integrado en el mundo actual,en la tecnología. La tecnología ofrece posibilidades y adelantosque son muy aprovechables. De todas formas, creo que la introducciónde nuevas tecnologías en el arbitraje tiene un gran inconveniente.Su difusión sería muy limitada.

¿En qué sentido?

En el sentido de que el fútbol es un deporte universal. Se practicaen todas las categorías del mundo de la misma forma, se juegaa todos los niveles. Introducir nuevas tecnologías supondríalimitar esa universalidad del fútbol a un determinado nivel.Porque a las categorías regionales no podrían llegar tales avances.Tendríamos dos formas de medir que harían perder la esencia yla grandeza de este deporte que se mantiene desde el siglo XIX.

Antes seguro que le paraban mucho por la calle. Desde que seretiró, ¿le siguen abordando de la misma forma?

Ya no, ya no (ríe). No tiene ni punto de comparación con losaños en los que arbitraba. Lo prefiero así.

¿Y cómo se ve el fútbol y el arbitraje desde la barrera?

Más tranquilo que antes. Desde un punto de vista muy analíticoy cooperativo. Me gusta ayudar y aportar lo que sé para las nuevasgeneraciones. >diario de noticias