pamplona. El filial demostró en el Reyno que la imagen que había ofrecido en el campo de la Arandina, en un partido en el que el equipo cayó por 2-1, había sido accidental y recuperó carácter y fútbol para lograr la primera victoria de la temporada.

Eneko Satrústegui anotó dos de los tres goles de su equipo en el último partido, algo meritorio para cualquier jugador de Segunda B y más para un lateral izquierdo, que está a punto de cumplir 21 años. El jugador ha empezado la Liga en un buen momento de forma, como consecuencia de una fuerte pretemporada en la que ha tenido la oportunidad de vivir de cerca el profesionalismo.

José Luis Mendilibar le llamó para hacer la pretemporada con el primer equipo tras la marcha de Nacho Monreal. El joven canterano fue uno de los jugadores que viajó a Italia, donde dispuso de minutos ante un recién incorporado Raitala y un polivalente Echaide que actualmente está lesionado. Ha dejado detalles que han gustado, ha sido una de las gratas sorpresas de la pretemporada, pero, a nivel personal, lo más importante para él ha sido continuar su progresión. Es un futbolista que quiere seguir creciendo.

Eneko Satrústegui vive una etapa ilusionante que ya se forjó años atrás. Y empieza a hacerse con un nombre propio, aunque todavía tiene que desvincular en muchas ocasiones su apellido del mítico jugador de la Real Sociedad, Jesús Mari Satrústegui, que tiene un hijo jugando en el juvenil de Osasuna, Álex.

Mendilibar le va dando minutos, lo tiene presente y, de hecho, prefiere que no haga declaraciones, como aconseja al resto de canteranos.

mejor jugador del interescolar A Eneko muchos le recuerdan todavía como ese zurdo de la ikastola Paz de Ziganda, que ya fue elegido mejor jugador del torneo Interescolar en 2003 en una edición en la que su equipo fue subcampeón, al caer en los penaltis ante Plaza de la Cruz. Jugó los seis partidos del torneo y marcó tanto el gol de su equipo en la final (acabó 1-1) y como el penalti de la tanda que dilucidaría el título.

En aquella edición del Interescolar, ya hubo más nombres que después han brillado en la cantera de Osasuna. Ismael López, por entonces en el equipo infantil de Osasuna, fue pichichi del torneo con 14 goles con el equipo de San Agustín. Después fichó por el Athletic, pasó la temporada pasada por el filial del Zaragoza y actualmente milita en el Lugo.

Este jugador de Villava ya despuntó desde pequeño, pero tampoco lo tuvo fácil. Hace dos temporadas salió cedido al Izarra, donde jugó en Segunda B en una campaña difícil en la que el equipo no pudo mantener la categoría y estuvo peleando durante toda la temporada por no descender.

La pasada campaña regresó a Osasuna para hacerse con un hueco en el filial, aunque la presencia de Nacho y una lesión le hicieron trabajar para hacerse con un hueco en el equipo. La incorporación a la pretemporada del primer equipo le han abierto la puerta de la esperanza.