Es lo que tiene haber hecho tantos amigos en el fútbol. Ahora los que fueron sus compañeros son entrenadores y, cuando necesitan un portero de urgencias, siempre tienen a mano el teléfono de Alberto Ibarra. Aunque ya ronde los 40.
El último en hacerlo ha sido Hugo Herrera, entrenador del Tudela de Preferente. La lesión de David Marín dejaba solo un portero en la plantilla, el joven Álex Arranz, por lo que el míster optó por llamar a su excompañero del Tudelano Alberto Ibarra.
Han pasado ya ocho años desde que se retiró tras su andadura en Segunda B en el Tudelano y el Peralta. Una lesión de abductores le obligó a pasar por el quirófano y a dejar el fútbol con 30 años. “El trabajo y la lesión hicieron que finalmente optara por dejar el fútbol. Me retiré pronto y sin querer, por lo que siempre te queda el gusanillo”.
Eso hizo que en 2009 no pudiera negarse ante la invitación de Sergio Vázquez, que había sido su compañero en el Tudelano, a fichar unos meses por el Murchante. Ni tampoco supo decir que no a Paco Romea, que había sido su entrenador en el Tudelano, cuando le llamó para que le echara una mano defendiendo la portería del Lourdes en 2009.
Cuatro años después, le volvió a sonar el teléfono. “Conozco a Hugo y alguna vez he ido a ver jugar al Tudela, pero cuando la semana pasada me dijo de fichar le dije que en principio no, pero que si no encontraba a nadie ya le echaría una mano”. Una semana más tarde, rescató los guantes y se los puso para defender la puerta del Tudela en el partido ante el Falcesino, en Regional Preferente. Alberto Ibarra lo resume así: “Movimientos lentos y gracias a que tampoco nos llegaron mucho, no tuve mucho trabajo. Intenté cuidar bien la posición, que yo creo que eso no se pierde, y me lo pasé bien. Al final, el Tudela tiene un bloque muy majo y fue una buena experiencia. Eso sí, hoy (por ayer) tengo agujetas en todo el cuerpo. Espero que para la próxima semana estén bien los dos porteros y seguir yendo de visita”.
Dicen que está fino, pero tiene una hernia en la L5S1 que no le deja agacharse. “No entrené la semana previa al partido justo para no romperme”.
Estará cuando su amigo le necesite, aunque prefiere volver a su vida normal. Entre semana es jefe de producción de Uvesa y tiene tres niños. “Como mucho me dedico a entrenar algo a los chavales, pero no pensaba que iba a volver a jugar. De hecho, nunca había jugado en Preferente, y quién me iba a decir que iba a debutar en esa categoría casi a los 40”. Su segunda juventud.
uno de los mejores porteros Alberto Ibarra (9-9-1976) fue uno de los mejores porteros navarros de su tiempo, a finales de los años 90 y el inicio del nuevo siglo. Él se lo toma con humor. “Jugué de pequeño en el Lourdes y después en el Tudelano, que en juveniles militaba en División de Honor, una categoría muy bonita. En aquellos años recuerdo que estuve probando en el Barcelona y en Las Palmas. Fui eso, una gran promesa”, bromea. Entonces vio el fútbol profesional de cerca, pero ahora es simplemente un hobby. “Igual ahora es el trampolín a la fama”, se ríe.