Ezcurra siempre trabajó pensando en el futuro. En este contexto, las instalaciones de Tajonar son uno de sus logros más importantes. Osasuna ya había adquirido años antes, a buen precio, los terrenos. En cuanto Ezcurra dispuso de cierta solvencia económica afrontó el reto de construir una escuela de fútbol. La plantilla pasó de entrenar en la Vuelta del Castillo o en los bajos de las gradas del estadio, a disponer de cuidados campos de hierba. Pero el efecto más notable se registró en las categorías inferiores. El buen trabajo de los técnicos también contribuyó a que casi de inmediato las selecciones españolas tuvieran en sus filas a los primeros productos de la Escuela de Tajonar.