Londres, 2017. Un estudio de investigación liderado por la ecologista Samadi Galpayage, de la Universidad Queen Mary de Londres, reveló que las abejas no son pequeños robots que sólo responden a los estímulos... y que realizan actividades que pueden ser placenteras, demostrando que también se les puede enseñar a jugar al fútbol, marcando un gol con pequeñas pelotas de madera a cambio de una recompensa. A casi 1.400 kilómetros de distancia, y seis años después, una abeja pintada en una de las paredes del Antxekoa en Zirauki da la bienvenida a los rivales que se miden al equipo local, que viste precisamente de amarillo y negro y que tiene ante sí la oportunidad de sus vidas. Ese dulce premio que persiguen estas abejas no es otro que jugar un partido de Copa del Rey contra un equipo de Primera División, y para ello deberán picar al Tardienta oscense, su rival de esta tarde a partir de las 17.00 horas.

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Aficionados del Zirauki, antes del partido contra el Tardienta Javier Bergasa

Reza en la pared de la grada del mencionado Antxekoa un eslogan en el que se puede leer Un pueblo, un equipo, un sentimiento. Tres palabras bajo las que compite la familia del Zirauki, uno de los dos equipos más humildes que participan en la ronda previa del torneo copero, puesto que, junto al Deportivo Murcia, son los conjuntos de menor categoría que compiten en el torneo. “Es la séptima categoría del fútbol español y es una ilusión enorme por lo que puede venir después, así que, como hicimos con la Supercopa, planteamos una eliminatoria seria, consecuente de lo que puede venir, y que vamos a disfrutarla. Eso es lo que les digo a los chicos, que si salimos agarrotados no podremos disfrutar del momento”, asegura el técnico del equipo, Diego Prendes.

Más de un mes lleno de ilusión

El Zirauki cuenta con apenas 210 socios, casualmente los mismos abonados que tiene el Tardienta, rival de Huesca al que se enfrentan esta tarde, pero que dobla en habitantes a la localidad navarra, cercana al medio millar de vecinos. Sin embargo, no se ha hablado en el pueblo de otra cosa que no sea esta cita tan histórica como ilusionante, desde que el equipo lograse proclamarse campeón de la Supercopa navarra el pasado 26 de agosto.

Diego Prendes posa junto al cuarto de material. Javier Bergasa

La espera ha llegado a su fin, y mes y medio después afronta el Zirauki una fecha marcada en rojo desde que lograron la hazaña. “Ha sido difícil de gestionarlo cuando no estás acostumbrado a ello. Ya están las cabezas limpias y tenemos ilusión con lo que viene”, asegura Diego Prendes, que ya ha podido tener en su trayectoria en los banquillos alguna experiencia similar.

El técnico, preguntado por el día especial que van a vivir, considera que “los nervios vienen antes. Viendo que va a ir gente conocida del pueblo es muy positivo, porque en momentos de dificultad en el partido vas a ver una cara conocida de negro y amarillo y al jugador le va a dar la tranquilidad y serenidad de decir que esto lo voy a hacer por mí y por ellos”.

Ese ambiente que reina en la localidad “ya llega desde la Supercopa, que fue en agosto, y llevamos más de un mes de ilusión. Algo que no sabías si podía pasar, o iba a poder darse, porque había una eliminatoria ante el Iruña, un equipo muy fuerte, que había que sacar. Yo estaba seguro de que sí íbamos a sacarlo y luego en el pueblo hay ilusión, ilusión e ilusión, que es todo lo que transmite cada persona. Son semanas especiales, cuando pase todo esto, se nos quedará el recuerdo”, prosigue Prendes esbozando una sonrisa, consciente de lo que pueden lograr.

En cuanto al rival, el preparador analiza que “hoy en día, información, conocidos tenemos. Es un equipo que empezamos a mirar y habíamos visto que había cambiado mucha plantilla y entrenador y vamos hablando con gente de la zona, cómo juegan, qué tipo de jugadores tienen. No hemos ido a verles porque lo importante es el Zirauki. Si nosotros estamos bien, en estas categorías puedes competir contra cualquiera. Eso es primordial, si luego podemos dar cuatro pinceladas del rival que nos puedan ayudar, mejor”.

Preguntado por el formato de la Supercopa, que da el billete a disputar este tipo de partidos, Diego Prendes comparte que “el cambio es un aliciente para todos los clubes de categorías más modestas. Una liga que lo está haciendo muy bien es la Premier League. Luego, la ayuda que tienen esos equipos para mejorar sus estadios es muy grande y estamos a años luz de ese tipo de competiciones, pero vamos paso a paso. Es muy bonito cuando salía el pueblo de Zirauki en el sorteo, por su gente”.

Prendres, que trató de estar lo más tranquilo en la medida de lo posible en la tanda de penaltis ante el Iruña, admite que vio el sorteo “en el móvil en el patio del colegio de mi hijo, con algún padre también”, y desvela, preguntado por el desarrollo del partido, que “sueñas con muchas cosas, pero sabemos que ese sueño se puede acabar si no damos este paso, que es completar este partido de la mejor manera y luego te imaginas muchas cosas bonitas. Lo que tenga que venir, vendrá”.

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El Zirauki se lleva la Supercopa navarra en los penaltis Javier Bergasa