Con mucho cariño
El fútbol profesional y también el menos profesional llevan ya avanzada su temporada, y poco a poco va arrancando el otro fútbol, el de los niños y las niñas pequeños, el de los sábados por la mañana, muchas veces en pistas de cemento, al frío, con las madres, los padres, los abuelos rodeando el partido.
En ese otro fútbol me llama poderosamente la atención una figura imprescindible y mucho más importante de lo que puede parecer. Lo veo rodeado de pequeñajos que le tironean insistentemente el pantalón del chándal porque quieren entrar a jugar, le miran de abajo a arriba con esos ojos abiertos y redondos en los que cabe todo un mundo, es el monitor.
Normalmente es un chico o una chica joven que desempeña varios papeles a la vez, por supuesto es el entrenador pero su labor no es tan “simple” como la de Ancelotti o Guardiola, tiene necesariamente que ser también educador y modelo de comportamiento, sus jugadores van a imitar sus gestos, su modo de hablar y van a estar pendientes de cada una de sus decisiones que son para ellos muy, muy importantes. No es pequeña la responsabilidad que afronta.
Los padres, de modo más o menos consciente, confían en ellos, de la misma manera que en sus maestros, parte de la educación de sus hijos que no se limita al partido del fin de semana, abarca también esas tardes de entrenamiento en las que cuidarán la dinámica del grupo, las actitudes individuales, la convivencia, el aprender a perder y a ganar, el respeto a las decisiones del árbitro, el conocimiento de sí mismos, de sus limitaciones. Irán poniendo ladrillos en la construcción personal de esos niños y niñas que les rodean. Si además les consiguen enseñar un poco de fútbol ya será para nota.
El monitor, la entrenadora, como todos los demás tienen su corazoncito y no haremos de más, unos y otros, en darles una frase de ánimo, una sonrisa de reconocimiento, al fin y al cabo son la base de todo el enorme entramado de ese fútbol que luego vemos en los grandes estadios y a través de las pantallas.
Y a ti querido joven me gustaría, si me lo permites, darte un consejo: Hagas lo que hagas y como puedas hacerlo, hazlo siempre con cariño, con mucho cariño, los peques sabrán devolvértelo.
*El autor es responsable de Formación del Comité Navarro de Árbitros.