Comienza el torneo de la ilusión. Una tradición navideña que cada año llena de magia y emoción los campos de Tajonar. El primer día de esta XLII edición del Interescolar estuvo marcada por los nervios y las ganas en una jornada con lluvia, viento y frío. Un estreno para valientes.
Gorros, guantes, bufandas (algunas con los colores del equipo), mantas en los banquillos y paraguas. La primera jornada del torneo fue fría y lluviosa, aunque por suerte las precipitaciones no fueron abundantes.
Álex Rodríguez, uno de los entrenadores del equipo de 2015-2016 de Santa Luisa de Marillac, aguardaba su debut con mucho frío. “Están los chicos con nervios y tenemos muchas ganas de empezar. Nos ha tocado una mañana desagradable pero bueno, ya sabemos que es habitual por estas fechas”. “Estoy helado”, añadía Alain Paule, uno de los jugadores. Pese a ello, era evidente su alegría antes de debutar en el Interescolar. “Me siento muy contento y orgulloso de poder estar aquí con mis compañeros. Ya se nota que estamos todos muy alegres y que nos apetece jugar. A mí me ha costado dormir esta noche y todo”.
Asier Esteban, uno de los entrenador de Irulegi de la categoría 2013-2014, deseaba también que respetara el tiempo para el partido. “Están nerviosos y está siendo un día un poco desapacible, pero vamos bien. Este año es mi primer año como entrenador porque es el equipo de mi hijo y me ha tocado”. Su hijo Aritz saltaba para tratar de entrar en calor. “Hace mucho frío y tengo muchas ganas de que empiece el partido”. Dani Remírez, su compañero, se encontraba con los nervios propios del debut. “Es la primera vez que juego un torneo en mi vida y la primera vez que juego a fútbol en un equipo con mis amigos. Yo juego en Lezkairu, pero es muy diferente hacerlo con los amigos de clase”.
Algunos participantes, como los de los equipos de Virgen del Soto de Caparroso, tuvieron que madrugar y realizar un buen puñado de kilómetros para llegar a Tajonar. “Este primer día ha tocado madrugar y aguantar lluvia, frío y viento, pero hemos sacado el partido adelante y lo hemos disfrutado”, explicaba Aitor Arana, entrenador de los dos equipos del centro. “Los chavales están muy motivados y contentos de haberse clasificado. Tienen ganas de pasar la Navidad aquí. Va a suponer un esfuerzo muy grande para ellos, pero el fútbol les encanta y merece la pena”.
