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La Real Sociedad rompe su racha antes de jugar en Pamplona

Un doblete de Óskarsson, que casi logra otros dos tantos, decide un encuentro en el que Imanol jugó con fuego y permite a la Real acabar en un cruce menos exigente ante Az Alkmaar o Midtjylland

La Real Sociedad rompe su racha antes de jugar en PamplonaRUBEN PLAZA

La Real Sociedad ficha un 9 en el mercado de invierno. Un doblete de Óskarsson el día que tenía la gran oportunidad de brillar en casa decidió un encuentro ante el PAOK que se complicó mucho y pudo hacerse aún más en la primera parte antes de que el volcán islandés entrara en erupción con dos dianas, un larguero y un tercer tanto provocado por su presión y un inteligente taconazo que anuló el VAR. Tanto hablar del mercado y al final el club sí que decidió reforzarse con la aparición de un delantero centro cuyas irrupciones en el área simplemente decantan encuentros que corren peligro. Como el del Getafe, por poner un ejemplo. Con un triunfo obligatorio ante un rival menor, descarado en ataque pero con unos errores flagrantes en defensa, el equipo txuri-urdin certificó su clasificación en una buena posición para asegurar el pase al play-off y un cruce menos peligroso que lo esperado, en caso, eso sí, de que supere por fin una eliminatoria. 

Después de encadenar tres derrotas consecutivas, la Real afrontaba una nueva semana de tres encuentros en los que, es justo reconocerlo, los importantes de verdad eran los de Liga y, sobre todo, el de Copa contra Osasuna del próximo jueves en Anoeta. Pero, bueno, la alineación iba a ser el gran chivato de la relevancia que le daba a este encuentro Imanol. Con la clasificación en el bolsillo, sin poder entrar entre los ocho primeros por su pésimo partido ante el Lazio y los errores, algunos incomprensibles, anteriores en la competición en la mochila. Su elección iba a ser la que reflejaría si estaba muy pendiente del juego de posiciones del equipo antes del sorteo de hoy. Y eso que había algunas opciones endemoniadas, no solo en el play-off sino también en los siguientes octavos. 

Cambios en el once

El once confirmó que el técnico le daba mucha más relevancia al doble duelo con los navarros. Incluso apostó por Marrero, en una elección que llamó poderosamente la atención cuando Remiro es intocable. Y aquí no cabe que dijera que estuvo a punto de ponerlo ante el Anderlecht pero no lo hizo por unos problemas físicos porque en el camino se quedó el evitar la ronda previa cuando la Real no ha logrado superar ninguna eliminatoria en los cinco años anteriores.

Odriozola, que no era titular desde el duelo contra los belgas y que no jugaba desde la visita de Osasuna en octubre en la derecha, con Aritz, Aguerd y Sergio en la retaguardia. Zubimendi, apercibido de sanción, en la medular junto a Marín y Brais y arriba Becker, Óskarsson y Barrenetxea.

Un equipo muy alejado de su mejor versión, en un campo en el que se escuchaba mucho más a los casi 2.000 aficionados del PAOK que a los locales. En un partido europeo, a pesar del temporal, del mal momento del equipo y de que en el fondo han puesto una grada de animación donde muchos estaban más pendientes de reivindicaciones políticas que de animar. Igual tenemos que darle una vuelta al tema, porque no se están valorando muchas cosas que está logrando este plantel y eso acaba generando un clima de decepción y desasosiego que no merecen los héroes del último lustro. Ni el técnico, por supuesto.

Mal inicio

El PAOK estuvo muy cerca de ponerse por delante a los tres minutos, en una acción fatal defendida por la zaga realista que acabó en un uno contra uno de Camara, que salvó Marrero, quien además logró levantarse y adelantarse a su finalización a puerta vacía. Zubimendi probó suerte, pero atrapó el meta. Aritz bloqueó un chut de Brandon y un centro de Becker, a pase de Brais, lo volvió a salvar el meta visitante, con un rebote que casi cuela en la portería Óskarsson sin querer. Marrero se rehízo a una mala salida con una buena parada a Despodov y, con el duelo igualado, en el último minuto del primer acto, llegó la jugada del gol de ÓskarssonPablo Marín puso un centro largo que recogió Becker, cuyo preciso servicio lo cabeceó en boca de gol el islandés. A los pocos segundos, presionó la salida de balón griega, y su taconazo lo introdujo en su portería Kotarski, aunque el colegiado lo acabó anulando por haber salido fuera el balón en una acción dudosa incluso para las cámaras.

A los dos minutos de la reanudación, en la que Imanol cambió a Odriozola por Jon Martín para evitar riesgos, el vikingo, desatado, logró el segundo en otro testarazo, a centro de Aritz Elustondo, que puso en evidencia a la floja zaga visitante. A los diez minutos, Barrenetxea penetró con facilidad y su perfecto servicio lo cabeceó de nuevo el 9 al larguero. Esta vez con todo a su favor y en el testarazo más sencillo de los tres, no logró depositar la pelota en las redes a un metro de la línea. Eso sí, estaba donde tenía que estar un 9, por comentar y recordar.

A partir de ahí, en un partido abierto, pudo llegar el tercero en una contra que finalizó Becker contra el cuerpo del meta y en un cabezazo heroico de Aritz, en un saque de esquina de Sergio. Konstantelias estuvo cerca de animar el duelo, con una buena jugada que acabó en un remate que rozó el palo, y Chalov se topó con una gran mano de Marrero, otra, antes de que Olasagasti salvara el posterior remate de Shola. Al final, a Marín se le fue alto un buen chut tras dejada de Kubo.

La Real sigue viva en Europa. Cinco años viajando por el continente y, además, entrando en los cruces. Se dice rápido, pero tiene un mérito impresionante. Mucho más del que alguno quiere quitar. Ahora tocará afrontar una espina clavada, que es superar por fin una eliminatoria. Cuando esta Real tiene que ganar en Europa, lo ha hecho salvo en los duelos directos. Así de claro. Y el que no es capaz de disfrutarlo siendo aficionado txuri-urdin, tiene un problema. Que le pregunten al AZ Alkmaar o al Midtjylland si están contentos con que les toque la Real.