Iker Gil ha comenzado 2025 de la mejor manera posible, con cuatro goles en seis partidos, los dos últimos de manera consecutiva. El delantero del Pamplona es el máximo goleador del equipo con seis dianas –aspira a alcanzar el doble dígito– y ayudó al equipo esta jornada pasada a batir con un tanto al que en aquel momento era el líder, el Valle de Egüés (2-0), para acercar al cuadro de Lizasoain a posiciones de play off de ascenso a Segunda RFEF.
“Salió el partido redondo, como queríamos. Julen lo planteó bien en defensa, nos avisó de que íbamos a tener pocas ocasiones. Tuvimos alguna al principio de la primera parte, y en la segunda yo fallo un mano a mano. Pero luego tuve esa oportunidad y fue muy bonito porque me dio la asistencia mi hermano (Aritz) y tuve el premio del gol”, valora el ariete, que desvela que es el primer año que comparte vestuario con su hermano, a pesar de que es el tercer curso en el primer equipo. “Es mi tercer año, pero el primero que juego de seguido. Él ha venido de la Mutilvera, por lo que es el primero que jugamos juntos”, asegura el jugador, que admite que las lesiones han impedido que coincidieran antes sobre el césped. Hace tres veranos, Iker Gil se rompió el ligamento cruzado y no pudo estar disponible para Imanol Eslava ni coincidir en el campo con su hermano Aritz. En el segundo, llegó al equipo Julen Etxebeste, que “confió en mí. Empecé en diciembre, tuve un susto a los tres partidos, contra el Bidezarra, paré y volví al final”. En aquel encuentro “noté algo en la rodilla, como un ruido, se me hinchó y tenía el cruzado roto”, relata, mientras que su hermano estaba en la Mutilvera en Segunda RFEF. A la tercera, la vencida. Jugar con su hermano “es algo muy bonito, aunque en esta temporada él tuvo un susto en el menisco y ha vuelto ahora. Pero es muy bonito porque me da consejos al ser mayor que yo”.
"Es muy bonito jugar con mi hermano porque me da consejos al ser mayor que yo"
Los Gil son hombres de club. Aritz, salvo en dos ocasiones –Peña Sport y Mutilvera, ambas en Segunda RFEF– ha defendido los colores del Pamplona, lo que, en palabras de su hermano, hace que sea “un capitán más” para el que el Pamplona “significa mucho. Ha estado toda la vida, como yo, y es nuestra casa. Él ha salido para vivir experiencias mayores en Segunda RFEF, pero en Tercera no se iría nunca del Pamplona”, expone. Así, Iker Gil disfruta ahora de su primera temporada sin percances, lo que provoca que esté “muy bien de confianza. Al principio de temporada, si fallaba una ocasión me venía abajo, pero ahora es al revés”. Una situación a la que le ha dado la vuelta gracias a la “ayuda del míster y del equipo, que tenemos un grupo muy bueno”. Un Julen Extebeste que tenía en Iker Gil un viejo anhelo, porque, aunque el protagonista lo desconoce, era un jugador que quiso llevarse al Bidezarra cuando el delantero estaba en División de Honor, pero terminó subiendo al primer equipo del Pamplona.
Preguntado por la importancia de la última victoria, Iker habla sin tapujos y con una ambición que quiere trasladar al vestuario porque los tres puntos, y los resultados del resto de la jornada les acercan “mucho al play off, que lo tenemos a dos puntos, y era un partido para ver si nos podíamos jugar algo o nada, porque hay un salto entre los que peleamos por ese play off y los que pelean por evitar el descenso. Nos lo tenemos que creer más, porque tenemos buen equipo para poder jugarlo”.
"Era un partido para ver si nos podíamos jugar algo o nada, porque hay un salto entre los que peleamos por ese play off y los que pelean por evitar el descenso"
Una de las claves para ello estará en hacerse fuertes en Beitikuntzea. “En nuestro campo estamos muy cómodos, las estadísticas dicen que sólo hemos perdido ante la Peña Sport y fuera dicen que los partidos en Lizasoain son muy largos”, analiza, antes de añadir que “en nuestro campo siempre llegamos vivos al final, por lo que es muy difícil. A nosotros nos viene muy bien porque es grande y los campos grandes normalmente se nos dan bien porque tenemos jugadores que van bien al espacio y son rápidos”. Preguntado por la tabla, Gil descubre que “suelo mirar la clasificación, me gusta mirar las estadísticas, para ver quién se pierde el partido contra nosotros por amarillas. Lo comento en casa o en el vestuario”, con lo que, observando la situación en la que se encuentra su equipo, el delantero sólo tiene ojos para un premio goloso. “Estamos muy lejos de la zona roja, que se dice, y ahora nos tenemos que centrar en entrar en esa zona bonita, del play off, que es un reto muy bonito”, concluye.