El renacer de Íñigo Burusco: "Estoy disfrutando como un enano"

“Metería a los 20 del Egüés, pero no me caben”, suelta entre risas Íñigo Burusco (Pamplona, 2002) al ser preguntado si se anima a vender el que para él es el mejor once de Terceray aplicar así sus conocimientos en Marketing, carrera que está terminando y cuyo futuro le gustaría unir a su pasión, el fútbol, esa que comenzó desde bien pequeño y le ha llevado ahora a defender los colores del Valle de Egüés, equipo al que quiere devolver a Segunda RFEF al acabar la temporada. Ese mismo once de Tercera RFEF es lo que apresura a hacer, cada lunes en Fútbol Foral su hermano Álvaro –junto con Íñigo Zazpe, Miguel Berrueta y Abraham del Pozo–, con quien comparte la misma afición y que, seguramente, le haya metido en el de esta jornada después del que el mayor de los hermanos repartiera tres asistencias en la victoria ante el Rotxapea de este pasado fin de semana.

El delantero del cuadro de Sarriguren bromea con que su compañero Xabier Goikoetxea, que pelea con Unai Zubiría (Bidezarra) por el pichichi le debe una cena después de darle dos asistencias. “Vamos a hacer todo lo posible por ello”, agrega antes de describir las acciones: “La primera fue una jugada de dos para uno contra el portero, y se la eché a Goiko para ponernos 0-2. Y luego la otra fue igual, en una contra nos plantamos los dos otra vez contra el portero y se la dí porque íbamos 1-2. Igual en otra ocasión me la pincho yo, y la última me la pidió Arroki en profundidad y acabó muy bien”.

Pese a que “sin duda” lo que más le agrada a Burusco es “meter gol”, lo cierto es que también le “gratifica” ver “cómo otro compañero se va contentísimo a casa cuando le has dado la asistencia”. Sobre el partido, el jugador analiza que “el Rotxapea, para mí, hizo muy buen partido. Tenían muchas bajas e hicieron lo que tenían que hacer. De hecho nos apretaron con el 2-1 y hasta que no sentenciamos no dejaron de apretar”. Consciente de que la competición entra en una fase en la que todos los equipos van a pelear por cumplir sus respectivos objetivos, el delantero pone entre ceja y ceja el primer puesto, ocupado por la Mutilvera, cuatro puntos por delante de un Valle de Egüés que ostenta el hecho de ser el único equipo capaz de haberle ganado los dos partidos. “El objetivo a principio de temporada era entrar en play off porque el Valle de Egüés no tiene ese poderío económico como para fichar a los mejores. Pero ahí estamos compitiendo muy bien y hemos demostrado que somos capaces de estar arriba y vamos a estar peleando hasta el final de temporada”, garantiza un Burusco que en Sarriguren ha encontrado la estabilidad que buscaba, después de pasar por Subiza y, precisamente, Mutilvera.

Jugar y hacer jugar

Burusco llegó al Valle de Egüés en el segundo tramo de la pasada temporada después de rescindir con el Subiza mientras estaba en Mutilva. “En Segunda RFEF con el Valle de Egüés no gané un partido”, recuerda el ariete, que se lesionó nada más llegar. “Me rompí el isquio. A la vuelta sí que jugamos 4 o 5 partidos que competimos muy bien, pero una vez ya el equipo se vio descendido la motivación se va y fue duro, y este año estoy disfrutando como un enano”, reconoce, antes de añadir el motivo por el que decidió continuar: “Había pasado de Subiza a Mutilva y de Mutilva a Sarriguren y quería tener continuidad en un sitio porque creía que era lo mejor para mí y me recibieron muy bien en Sarriguren en Navidad y creí que era lo mejor para mí. A la vista está que es una decisión acertada”.

“Nosotros no tenemos ninguna presión, pero ahora tenemos que no fallar y esperar a que el de arriba pinche.Vamos a estar ahí hasta el final porque el rendimiento, no nos avergüenza decirlo, nos ha sorprendido a nosotros mismos, y si el equipo se lo cree, vamos a estar ahí peleándolo. Si no se da, seguro que en el play off hacemos un muy buen papel”, finaliza.