En la Copa hay una norma tácita de urbanidad: resuelto el duelo con un modesto con 3 o 4 goles, se levanta el pie, se evitan las entradas duras, se mueve banquillo, etcétera. Sin que sea cosa descarada, para no faltar al respeto al anfitrión y a su afición, pero sin saña con el pequeño. Incluso así, por la lógica de la calidad, siguen cayendo los goles y el 0-5 o 0-6 entra en lo probable, en lo aceptable. Pero eso cambia con equipos que actúan como si se jugaran la vida y necesitaran un buen golaverage. Como el Getafe. Con lo que le gusta perder tiempo cuando va ganando en la Liga y lo poco que lo pierde en la Copa: 0-12 al Tardienta en 2023 y 0-11 al Valdemoro en 2025. O el Villarreal: 0-8, 1-7 y 0-9 en años recientes. También el 1-12 del Betis ante el Hernán Cortés en 2023 se puede apuntar aquí, en la lista de grandes triunfos para orgullo de clubes que no entienden que hay goleadas que desmerecen al que las logra y no a quien las sufre.