Si ya era difícil reservar en el Asador Etxebarri, antes de subir a la segunda posición del ranking mundial, ahora todavía se va a complicar mucho más. Media hora después de que finalizase el evento en Las Vegas, las reservas del restaurante de Bittor Arginzoniz comenzaron a echar humo.

"Estamos siempre a tope, a lo que ya teníamos no dábamos abasto, pues ahora peor", confirma el propio cocinero del asador quien presupone que muchos de sus comensales que se han animado a efectuar una reserva "es gente del mundillo gastronómico".

Entre los mejores

El primer fin de semana después de conocer que su establecimiento está en la segunda posición entre las mejores casas gastronómicas del mundo, numerosas personas se han acercado a este local del valle de Atxondo.

En la zona dedicada al bar, el txakoli ha sido el protagonista mientras que en el restaurante ha primado el menú degustación por un precio de 280 euros en los que no están incluidos la bebida.

Los clientes que han llegado al Asador Etxebarri provienen de lugares diferentes pero con un mismo objetivo en común: degustar el menú preparado por el equipo de trabajo que forma parte del segundo mejor restaurante del mundo.

Los hay incluso que haciendo turismo en Donostia deciden alquilar, mediante Basque Luxury, un vehículo con el que poder desplazarse desde el hotel hasta el restaurante por el que pagan "aproximadamente 200 euros".

Visitas extranjeras

Este sábado han viajado seis personas, cuatro de ellas "con acento americano y dos asiáticos". La misma fuente señala que por lo general le gente que viaja "suele ser agradable".

En los fogones todo se prepara con escrupulosa perfección para que los comensales puedan disfrutar de la mejor experiencia posible.

"Procuro hacer siempre las cosas de la mejor manera posible porque yo con lo que hago disfruto y lo único que trato de transmitir es ese placer que siento a la hora de cocinar", apunta Bittor Arginzoniz.

El Asador Etxebarri ofrece un total de cuatro mesas al día y cada jornada va "abriendo el cupo respetando ese máximo". Además apunta que para él las mesas ideales son "de cuatro a seis personas".

Sobre la posibilidad de mejorar aunque sea "para llegar o no" al número uno en el ranking, "no trabajo pensando en que si voy a estar en no se que puesto o lo voy a conseguir".

"De la mejor manera posible"

Bittor Arginzoniz apostilla que "yo trabajo en el perfeccionamiento diario de mi trabajo" mediante un trato al producto "de la mejor manera posible". "Solamente me importa que el comensal que viene aquí salga contento". No obstante, apunta que "siempre hay cosas para mejorar, tanto en la cocina como en el servicio y siempre hay cosas para mejorar".