l golf es un deporte que todos los que lo prueban aseguran que engancha. Algunos llegan a él pensando que no será un deporte para ellos pero terminan cayendo y vuelven. Algo tiene que solo los que lo han practicado saben que es. Quizá que es un deporte que se practica en la naturaleza cuando hace buen tiempo, la posibilidad que ofrece para practicarlo en familia o amigos o el simple hecho de intentar mejorar la marca personal cada vez, algo que a muchos les atrapa.

El golf es un deporte que se juega con un palo -existen varios para cada momento del juego- y una pelota. El objetivo no es otro que introducir la pelota que hemos mencionado en uno de los agujeros que abundan -en un orden que hay que seguir durante la partida- en el campo de juego en el menor número de golpes posible y con la única opción de utilizar un palo para golpearla.

No hay una fecha exacta en la que se pueda decir exactamente cuándo nació el golf. Así, descubrimos que existen varios registros de un deporte similar que se jugaba en los Países Bajos en 1297 con un palo y una pelota de cuero y lo llamaban ‘Colf’. Por otro lado, en Francia hay documentos que indican un juego llamado ‘Chole’ en el 1200, en el diario Adelaida de Saboya hay la representación de un golfista hacia 1450, el ‘Colven’ en Bruselas en 1360 o la aparición de la figura de un golfista haciendo un putt hacia un hoyo hecho en el hielo en Flandes en el 1480.

Pese a todas estas apariciones no fue hasta 1457 cuando se encontró en Escocia el primer testimonio escrito sobre el golf, tal y como se escribe hoy en día. Fue en el momento en el que el parlamento escocés a instancias del rey de Escocia James II prohibía ‘ye but bawe and ye golf’ y ordenaba que, en su lugar, se practicara el tiro al arco. La decisión fue corroborada por James III en 1471 y James IV en 1491. Posteriormente tras la paz de la guerra entre Escocia e Inglaterra de 1502 se suprimió porque no convenía que la población hiciera ejercicios paramilitares. Aun así, y como por desgracia suele pasar a menudo, posteriormente se descubrió que James IV jugaba al golf. Esto se pudo saber después de ver la contabilidad oficial de la corte donde se reflejaba una factura por los palos de golf hecho para el monarca.

Hoy en día todos conocemos aunque sea de oídas a John Rahm, Tiger Woods, Severiano Ballesteros, Sergio García, Jose María Olazábal o Miguel Ángel Jiménez, entre muchos otros pero, ¿quién fue el primero de la historia? El golf se difundió gracias al favor real de Inglaterra en el siglo XVI y entonces apareció Robert Maule como el primer golfista mencionado en 1527. Al parecer jugaba en el Barry Links, cerca del actual Carnoustie.

Por otro lado, siguiendo con la evolución en la que comprobamos que es un deporte muy ligado a la monarquía, vemos como la que fuera reina de Escocia Mary I introdujo este deporte en Francia. De ella se sabe que jugó al golf al poco de haber sido asesinado su esposo en 1567, por lo que fue muy criticada.

Tras estos acontecimientos, y otros que también sucedieron en los siguientes 300 años, el golf fue expandiendose más y más hasta que en en 1857 apareció el primer manual sobre golf con el título “El manual del golfista”, escrito por un autor que se escondía tras el seudónimo “A keen hand” -una mano aguda-, aunque más tarde salió a relucir que se trataba de H.B. Farnie -Henry Brougham Farnie, a menudo llamado H. B. Farnie, era un libretista británico y un adaptador de operetas francesas y un autor-.

Como hemos dicho el golf consiste en meter una pelota en un agujero en el menor número de golpes posibles usando solamente un palo. La zona de salida se denomina ‘tee’ y donde se ubica el hoyo se llama ‘green’, una zona verde perfectamente cuidada y segada. Lo bueno que tiene es que se puede jugar a cualquier edad, al ritmo que cada uno quiera imprimirle y en la naturaleza.

El golf se caracteriza por la existencia de un sistema de handicap. Es una medida numérica de la habilidad de un jugador de golf amateur para un tee de un determinado recorrido. Representa el potencial de conseguir un resultado bruto por encima de un jugador profesional. Por lo tanto, gracias a esto jugadores de distinto nivel podrán compitan en condiciones igualadas.

En cuanto al campo, uno convencional tendrá como mínimo 9 hoyos numerados, aunque lo ideal es que tenga 18 y entre el ‘tee’ y el ‘green’ pueden haber todo tipo de obstáculos que dificulten meter la pelota en el hoyo. En este sentido, si haríamos una competición tendríamos que jugar como mínimo 18 hoyos consecutivos y las pruebas de mayor importancia se disputan a 36, 54 o 72 hoyos, repitiendo varios días los 18 hoyos de la primera jornada.

Por último, para jugar se necesita una serie de palos, compuestos cada uno de ellos por una varilla con un mango o empuñadura -’grip’- y una cabeza con la que se golpea la bola. Normalmente la bolsa de palos está integrada por cuatro maderas y diez hierros y cada uno de ellos se utiliza para una cosa diferente. De esta manera, encontramos unos que son mejor para larga distancia y otros para corta. Los de madera por ejemplo se utilizan para golpes largos, los hierros para intermedios o el putter para meter la bola en el ‘green’.

“A mí siempre me

ha gustado el pádel, pero Alfonso está intentando que me aficione al golf para jugar todos juntos”

“Nos gusta jugar al golf porque se puede hacer en familia

y puedo asegurar que no es tan caro como hacer triatlón”