l miedo o pánico escénico se conoce de ambas maneras, es una reacción muy normal y personal que las personas tienen a la hora de enfrentarse a algo nuevo o que les produce cierto temor antes de realizarlo, aunque sepas que lo puedes hacer bien. Por eso decimos que este tipo de ansiedad puede pasarle a todas las personas, independientemente de su género. En primer lugar trataremos de explicar qué es el miedo o el pánico. Según la RAE, el miedo es “una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario” y también puede ser, “el recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea”. Por otro lado, el pánico se define como, “el miedo o el terror extremado o muy intenso, y que a menudo es colectivo y contagioso”. Entonces, ¿a qué nos referimos técnicamente cuando añadimos a estas dos palabras escénico?

El miedo escénico o el pánico escénico es una reacción de ansiedad que se da ante una situación social muy específica en cualquier persona independientemente de su condición física o laboral, entre otras cosas. Este síntoma se da cuando una persona debe realizar algún tipo de actividad ante el público, ya sea hablar, cantar, actuar, etc. Por esa razón esta reacción se da en los actores o actrices que tienen que estar encima de un escenario, en los bailarines que tienen que bailar en el mismo lugar u otros donde hay un gran público presente, en los deportistas que tienen que prácticas su deporte con las gradas llenas o, entre otros, en cantantes que tienen que cantar en un escenario frente a otros. En todos los casos da igual las personas que estén mirando, ya que uno solo puede ser suficiente para frenar todas las capacidades de una persona en hacer cualquier cosa.

Hasta el momento hemos hablado de personas que tienen profesiones en las que para realizarlas se tienen que exponer a otras personas pero, ¿son los únicos que pueden sentir el miedo o pánico escénico? Para nada. Esta sensación la puede tener una persona hablando en un grupo nuevo, ya sea porque es nuevo en su trabajo o porque ha conocido a un grupo de personas nuevo. En todos los casos la persona sabrá hacer lo que tendría que hacer frente a ese público desconocido cuando está en privado, en su habitación, pero cuando se expone se puede bloquear.

Esto sucede porque la persona en cuestión siente que los espectadores o público, en deportistas y artistas, y el grupo nuevo de personas con la que te empiezas a relacionar, en las relaciones personales y sociales, están jugándole. Es duro pensarlo pero las personas que padecen esto no es que no sepan hacer algo en concreto sino que se bloquean para hacer algo porque le dan mucha importancia a lo que pensarán de su actuación o de su intervención los demás. En este sentido, diremos que para esta persona el público no le es indiferente y su miedo se genera en su sensación de sentir rechazo.

La sensación de no sentirte a la altura de entrada frente al público puede hacerte que te obligues a esforzarte más y por otro lado a quedarte en blanco en una actuación o a no ser capaz de mover ningún solo músculo de tu cuerpo en un deporte. La primera opción se podría catalogar como positiva porque la sensación personal de no creer no saber hacer algo te hará practicar o esforzarte más, mientras que la segunda es muy negativa. El dar tanta importancia a los demás puede provocar la inacción física en todos los sentidos. Por esta razón, escuchamos casi a diario a muchos famosos, o personas expuestas a la opinión pública, que evitan leer cosas sobre ellos mismos. En el fondo es un sistema de protección que han encontrado estas personas para protegerse del público y seguir así, su camino como ellos quieren hacer.

Existen varias maneras de que el miedo o pánico escénico se manifieste en las personas. Las más escuchadas son quedarse en blanco frente a una actuación teatral, de baile o musical o no ser capaz de responder una pregunta sencilla cuando una persona empieza a interactuar con un nuevo grupo de personas. Aun así, separaremos las reacciones en físicas, psicológicas y conductuales. La primera, se reduce a esa sensación de no poder respirar que puede provocar que enseguida la persona que lo sufre crea que no podrá hacer nada en ese momento. Además, pueden haber síntomas como vómitos, nauseas, diarreas, temblores, taquicardias, una gran tensión muscular o, entre otros, tener la boca seca y enrojecimiento facial.

Respecto al psicológico es la mente la que entra en juega y la que en la gran mayoría de los casos nos puede hacer creer que de verdad no seremos capaces de hacer algo pese a que llevemos practicando muchísimo tiempo o que cuando lo hacemos en solitario lo hacemos bien. Aquí surgen esos comentarios de alguna gente como, “en los entrenamientos juega increíble pero llegar el día del partido y desaparece”. En este caso los síntomas suelen ser la falta de concentración, la dificultad para atender o incluso lo imposible que resulta recordar las cosas -en el deporte las jugadas ensayadas en el entrenamiento o en una actuación el texto que tenemos que decir-.

La última se refiere a la conductual, a la forma de actuar. Esto quiere decir que cuando una persona tiene miedo escénico su cuerpo puede actuar por libre. Esto puede provocar que no se acierte a la hora de saludar, sea torpe, no sea capaz de proyectar la voz alto y hable en un tono muy pero muy bajo, tartamudear, hablar excesivamente rápido o quedarse en silencio cuando toca hablar o sin moverse cuando hay que hacerlo.

Una persona que tiene miedo o pánico escénico tiene que tener en cuenta el presente que está viviendo, lo que está haciendo en ese momento. De esta manera, se olvidará de las consecuencia que a futuro podrán tener sus acciones en el presente y con esto se logrará relajar. Otro de los puntos a tener en cuenta es que tendrá que tratar en no obsesionarse en ser perfecto en nada de lo que va a hacer. La preparación para una actuación es previa al momento en el que hay que exponerla a un público, así que el trabajo hecho es pasado y solo importa el momento sin tratar de ser el o la mejor de todos.

En caso de estar en un escenario recomendamos no centrar la mirada en las primeras filas y mirar al fondo del escenario. A algunas personas les sirve imaginar una cara al fondo de la clase o visualizar a alguien muy cercano y hacer como si se lo contara a esa persona. Además, nos tendremos que olvidar de si el público aplaudirá o no lo que estemos haciendo. Por otro lado, tendremos que tratar de no dramatizar los erroresque podamos cometer. Si se nos olvida el texto, pararemos y tras respirar seguiremos. El texto lo sabemos no se nos ha olvidado por completo, solo nos hemos despistado. También ayuda que la otra persona que está en el escenario te ayude con lo que tendrías que decir. Y, por último, tenemos que aprender a disfrutar como si nadie estuviera mirando lo que hacemos. Evidentemente no es fácil pero antes que nada tendremos que ser capaces de identificar cuáles son nuestros síntomas que nos provoca el miedo escénico y atajarlos. Para ello, acudiremos a donde profesionales que nos enseñarán técnicas de relajación y de respiración y tendremos que descubrir dónde nace ese pánico escénico que tenemos. Otra técnica es recordar momentos en los que lo que hacemos lo hacíamos bien y tratar de proyectar esa sensación.

“Si de repente veo una cara conocida entre los focos me entra en el cuerpo un no sé qué que no soy capaz de explicar”

“He llegado a vomitar antes de

un concierto y eso que una vez me

subo al escenario

lo paso muy bien”

“Siempre se ha

dicho que algunos cantantes tienen su trucos para salir a cantar y no sentir pánico escénico”

“Creo que fue Tony Ronald quien dijo que para los artistas tímidos es bueno no ver al público y así sentirte como si estuvieses solo”