Quién ha visto y quién ve a los amanuenses de orden. Hace un mes, cuando los genoveses se apuñalaban con fruición, daban Moncloa por perdida para lustros. Ahora sienten que la rozan con la yema de los dedos gracias al mesías gallego. Lo suyo es mano de santo, según glosa el director de El Debate, Bieto Rubido: "Alberto Núñez Feijóo, presidente in pectore del Partido Popular, ha demostrado que en política es bueno ser adulto, como muy bien solicita Mariano Rajoy en su último libro. Con las enseñanzas del pasado, el nuevo líder de la centroderecha ha arreglado prácticamente la «cuestión madrileña». Él siempre defendió que el presidente de la comunidad debe ser el presidente del partido. El alcalde Almeida ha confirmado ya que no tiene apetencia alguna por la dirección del PP en su comunidad y Feijóo tiene claro que Ayuso es un activo notable para su empeño de derrotar a Sánchez y recuperar la Moncloa. Así que aquí paz y después gloria. Y todo esto en un pispás".

Es tan rebueno Feijóo, añade Josep Martí Bosch en La Razón, que hasta el nacionalismo le queda bien, no como a esos otros rancios vascos y catalanes: "Feijóo representa una forma diferente de entender España desde la periferia, el galleguismo inclusivo e hispánico. Con una fuerte identidad cultural, orgullosos de su lengua como catalanes o vascos, el galleguismo no genera ningún problema en reconocerse políticamente como gallego a la vez que identificarse políticamente como español. El patriotismo dual, por el que lucharon los liberales en el Cádiz de 1812, los gallegos lo han aplicado con inteligencia".

Pronto abrirá las aguas y multiplicará los panes y los peces. Como paso previo, según tittula Juanma Lamet en posición de firmas, le moja la oreja a Sánchez: "Feijóo se adelanta y baja ya la luz. Aprueba en Galicia un bono adicional de 100 euros para que las familias de rentas bajas puedan pagar la factura eléctrica". Una página entera para la hazaña.

Ayuso, porno duro, según Carlos Herrera

Y para completar el subidón, ahí sigue estando la gran lideresa, disciplinando al rojerío, como jalea Carlos Herrera en ABC, que llega a calificar como porno duro un episodio vivido en la Asamblea de Madrid: "En ese momento la bancada de Más Madrid y compañía elevó la protesta de forma ruidosa, como era de esperar, pero quien estaba esperando era la presidenta: «¡Está hablando una mujer, cállense los de enfrente!». Demoledor. Como una apisonadora. Porno duro, efectivamente. El desparpajo sin complejos de la Señora Ayuso alcanza cotas admirables. La frase está perfectamente articulada y encierra una maldad incontestable: no son solo las mujeres de izquierdas quienes pueden utilizar determinados ventajismos escénicos. La contundencia de la intervención dejó en la lona a la liberada sindical García -cariñosamente conocida como María Pistolitas- sin ningún tipo de piedad".

El mismo sucedido le da a pie a Miquel Giménez (Vozpópuli) para deshacerse en requiebros ante la emperatriz de Sol: "No hay semana que Mónica García no intente propinarle una estocada a la presidenta Díaz Ayuso. Y no hay semana sin que salga de ese ruedo llamado Asamblea de Madrid con más cornadas que pelos propinadas por la líder popular. Muy comedida veo a la bancada popular. Si un servidor estuviera presente, me levantaría gritando "¡Viva la madre que te parió!" cada vez que Ayuso propina un bofetón dialéctico a los pijos progres. (€) Las médicos y madres harían bien en guardar un respetuoso silencio cuando hable la presidenta. Si ya no por cortesía parlamentaria o por simple educación al menos háganlo porque hablan una mujer. Qué digo mujer, una señora".

Va el contrapunto en forma de leña del árbol caído. José F. Peláez se chotea así de Pablo Casado en ABC: "Porque Aznar acojona. Casado, no. Y resulta que el miedo es la mayor fábrica de autoridad que hay, aunque no de liderazgo. Pero ese es otro tema. Yo me imagino una bronca de Aznar, de esas sin levantar la voz y no hace falta ni que termine, me entrego en el cuartelillo más cercano. Un presidente tiene que mirarte como un mediocentro uruguayo y Casado miraba como el yerno que en realidad quiere tener mi suegra".