Eterno - El escritor y conspicuo franquista Fernando Vizcaíno Casas (nada que ver con este humilde tecleador; cuántas veces lo habré aclarado) publicó en 1978 una novela o así titulada Y al tercer año, resucitó. Obviamente, se refería al bajito de Ferrol, que en el opúsculo, volvía de entre los muertos para arreglar el desaguisado ese de la democracia. Lo que ocultaba el ya difunto autor de la camisa azul era que por aquella época el dictador seguía emocionalmente vivo en prácticamente todos los aparatos del estado o del Estado, que nunca sé si procede o no la mayúscula inicial. No éramos capaces de sospechar por entonces que el siniestro asesino de la voz aflautada prolongaría su vida virtual casi eternamente. Como vimos anteayer, 47 años después, sigue poniendo pilongos a un puñado de tipejas y tipejos que ni siquiera habían nacido (o, como mucho, estaban en la EGB) cuando el lloroso y moqueante Arias Navarro salió a dar la noticia del óbito del inquilino del palacio de El Pardo.

Un buen puro - Quizá soy un ingenuo, pero las casposas imágenes de esos fulanos brazo en alto y canturreando el Cara al sol me provocan más curiosidad que preocupación. Me pregunto qué puede haber en la cabeza de esa panda de frikis que salieron a montar el numerito en los aniversarios de las expiraciones de Franco y José Antonio Primo de Rivera. Supongo que absolutamente nada, más allá de ganas de dar la nota y de un carácter tan miserable como el de cualquier enaltecedor, incluidos los cercanos, de matarifes en nombre de esto o de lo otro. Espero que, como se ha publicado, en virtud de la nueva ley de Memoria Democrática les que caiga un buen puro a los organizadores de las patéticas paradas de los monstruos.

Es Peor lo del PP - Ya digo que no creo que estas ridículas excrecencias extraparlamentarias sean las más peligrosas. Me resulta bastante más alarmante que el segundo partido (primero, según muchos sondeos) del estado español se sitúe en la vanguardia de la defensa del franquismo. ¿Creen que exagero? Pues díganme cómo calificar las medidas urgentes de Isabel Díaz Ayuso para salvaguardar tal como está el Valle de los Caídos designándolo como patrimonio cultural de la Comunidad de Madrid. Y qué decir del supuestamente moderado Alberto Núñez Feijóo proclamando, ante la exhumación de los restos del carnicero Queipo de Llano de su lugar de honor en una iglesia sevillana, que hay que ocuparse menos de los muertos y más de los vivos, o de su desvergonzada definición de la guerra de 1936 como “una pelea entre nuestros abuelos”. Así Franco jamás acabará de morir.