Nació en la calle Ferraz de Madrid. Parecía estar predestinado…

En el número 70, casualidades de la vida, en el segundo piso, quizás en el despacho actual de Santos Cerdán. Era la casa de mis abuelos maternos republicanos.

Pero en sus años mozos, no militó en el PSOE sino en el PCE.

Al entrar en la Universidad de Madrid en 1969 comencé a militar en el PCE y en CCOO de Artes Gráficas. En aquel tiempo era el PCE quien lideraba la lucha antifranquista casi en solitario, al menos allí.

Aquel fue un tiempo muy ilusionante a la par que duro. ¿Cree que las generaciones más jóvenes tienen la menor idea de lo que pasó?

–Eran otros tiempos, había más ilusión, más ideología y más capacidad de lucha. Las generaciones actuales apenas lo conocen ni se sienten identificadas. Hoy muchos entran en los partidos para buscarse un trabajo bueno. Entonces te la jugabas, que te detuvieran, te torturaran (como a mí Billy el niño), que perdieras el trabajo, o fueras a la cárcel.

En Navarra le tocó vivir en primer plano los años más duros de ETA. ¿Qué imágenes le vienen a la cabeza de todo aquello?

Imágenes terribles de extremada dureza. Me tocó como concejal de Villava y parlamentario socialista. Lo más duro además del peligro que corríamos era ver cómo alguna gente te miraba y tener que ir acompañado por dos escoltas. La familia lo sufrió más que yo.

Y pese a que perdió a muchos compañeros y amigos y a que usted mismo era objetivo de la banda, desde muy pronto abogó por una solución dialogada. ¿Por qué?

Porque desde el primer instante procuré situarme en el lugar del “otro”, entender su lucha, su sufrimiento. Algunos dijeron que era “síndrome de Estocolmo”, otros que era cómplice y muchos que traidor, a pesar del papel de “contacto” que me tocó hacer. Hice lo que debía y tenía razón como se comprueba porque ahora ellos están en mis posiciones ideológicas de entonces.

Supongo que uno de los momentos más duros fue cuando le quitaron el carné del PSN.

Aquel 10 de octubre de 2010 fue uno de los más duros de mi vida. Fue injusto y se hizo desde la mentira y la manipulación como demostré con pruebas.

¿Se lo han devuelto?

–No, y eso que lo he solicitado varias veces, pero deben pensar que soy muy peligroso, o que se avergüenzan porque al final tenía razón.

Y pese todo, en sus artículos y manifestaciones públicas, usted arrima el hombro a favor del partido socialista…

Y lo seguiré haciendo. Soy leal a mis ideas, a mi partido (sigo siendo del PSOE a pesar de ellos) mande quien mande en él. Creo que el futuro de este país sigue pasando por el PSOE.

La izquierda alternativa no le gusta demasiado...

Me siento orgulloso de mi militancia en el PCE pero es pasado. Decía Lenin: “izquierdismo enfermedad infantil del comunismo” y se demuestra con gentes como Iglesias, Montero o Belarra. Yolanda Díaz le está dando otro estilo y me agrada.

¿Los políticos de los 70 y 80 lo harían mejor que los actuales?

Por supuesto. Había más sentido de estado, eran estadistas con altura de miras.

Apueste: ¿sacará delante la investidura Pedro Sánchez?

Sin dudar, sí.