Madrid. A Marta Domínguez, campeona mundial de 3.000 m. obstáculos e imputada en la trama de dopaje que se investiga en la Operación Galgo, le preguntaron ayer si se ha dopado alguna vez, y dijo: "No". Y añadió que nunca tuvo la tentación de hacerlo y que nadie le indujo a ello. Negó también haber suministrado ninguna sustancia prohibida a otros atletas, aunque "a veces les he dado hierro o vitamina C". "Desde que compito", afirmó, "hay unas normas y nunca se me ha ocurrido pensar en doparme. Estamos muy controlados los 365 días del año. Sabes que, si lo haces, en cualquier momento te van a pillar.

Soy muy luchadora, muy trabajadora y ganar no lo es todo en el deporte". Marta Domínguez negó que en el registro practicado cuatro días antes por agentes de la Guardia Civil en su casa de Palencia fueran halladas sustancias prohibidas. "Estuvieron cuatro años buscando (los agentes de la Guardia Civil). Iban de habitación en habitación y de lo que ellos buscaban, sustancias prohibidas y dinero, no encontraron nada. Salieron con un par de ordenadores y alguna medicación mía. Luego salió en televisión que habían encontrado en mi casa no sé cuántas cosas", recordó.

Marta dice que no tiene nada que esconder. "La Guardia Civil pensó que en cada conversación yo estaba escondiendo cosas, y no sé por qué". La palentina señaló que algunas personas vieron connotaciones políticas en su caso. "aunque quiero pensar que no. Soy bien pensada y quiero creer que estar vinculada al PP no ha influido. Necesitaban a un galgo fuerte para que esta operación fuera un éxito". "Llevo 16 años en alta competición, duermo doce horas diarias, entreno seis. Empecé ganando en 1996 y en 2009 sigo ganando.

Si una persona es buena de pequeña, va a ser buena de mayor", subrayó. La campeona mundial de 3.000 m. obstáculos cree que se le acusa de un delito contra la salud pública porque no hay base para acusarla de dopaje: "A mí no se me está acusando de dopaje porque no han encontrado nada. Si hubieran encontrado algo, habría salido". Marta negó que se esconda detrás del nombre de Urco en la Operación Puerto que investigó una trama de dopaje en 2006. "La Guardia Civil puede pensar lo que quiera. No se me acusa de dopaje porque no tienen ninguna prueba, pero sí han hablado de una relación mía con la Operación Puerto.

Si tienen pruebas de 2006, ¿por qué no las usaron en 2006? La medalla del 2006 no es de la Operación Puerto, sino de mi trabajo". Domínguez admite que conoce al médico Eufemiano Fuentes, médico vinculado también a la Operación Puerto. "Su mujer, Cristina Pérez (todavía plusmarquista española de 400 m. vallas, desde 1988), coincidió como atleta en mis inicios, pero nunca he tenido ninguna relación con él. No tengo nada que ver con la Operación Puerto". Con respecto a su ruptura con su antiguo entrenador, Mariano Díez, explicó: "En los últimos años dejó de ser profesional, de preparar los entrenamientos, y por otra parte necesito otro tipo de asesoramiento para dedicarme a los obstáculos.

El quería ser todo y fue siempre muy reacio a que César Pérez me ayudara, por eso ha ido por ahí derramando mierda". Marta indicó que la historia de los pendientes de platino que, según las filtraciones del sumario, aparece en una conversación con César Pérez, se refería, en efecto, a unos pendientes de platino que presentó en el estudio y se puso durante la entrevista. "Todas mis conversaciones han estado sacadas de lugar. Por ejemplo, el regalo de cumple a Nuria Fernández era justamente eso, un regalo de cumpleaños", prosiguió. "Nuria es mi mejor amiga", señaló, "y lo que haya podido ser, eso no va a cambiar mi pensamiento.

La amistad, para mí, está por encima de todo eso". Actual campeona del mundo y subcampeona de Europa de 3.000 metros obstáculos, Marta Domínguez fue una de las 14 personas detenidas el jueves 9 de diciembre pasado aunque, horas después, ella fue puesta en libertad con cargos en atención a su estado de gestación. Su entrenador, César Pérez; su representante, José Alonso; el técnico Manuel Pascua y el médico Eufemiano Fuentes permanecieron detenidos hasta que fueron puestos a disposición judicial del Juzgado de Instrucción número 24 de Madrid, que los puso en libertad con cargos.