pamplona. A María Hernández (24-03-1986) su padre le metió en el cuerpo el gusanillo del golf a los 11 años. Él le llevaba a los campeonatos, y desde entonces la joven navarra no ha parado. Ha vivido en Barcelona, Madrid o Estados Unidos, donde compaginó este deporte con la carrera de Business Administration en la Universidad Purdue de Indiana. Ahora se dedica profesionalmente a perder equipajes y dar tumbos de una esquina a otra del mundo, de torneo en torneo. Desde Australia a Estados Unidos, pasando por Asia, Europa, Canadá o México. Y siempre que el calendario se lo permite, se escapa a Pamplona.

¿Dónde vive?

No le podría decir. Es un poco complicado, porque estoy siempre viajando de un lado a otro, normalmente entre Europa y Estados Unidos, que es el país donde más juego.

Parece entretenido...

Hago lo que me gusta y soy una privilegiada, pero también acabas el año cansada de hoteles, aviones, equipajes perdidos y retrasos de vuelos. Además, cuando viajas, si juegas bien y aguantas en la competición no tienes tiempo de ver los sitios. Así que hacer turismo suele ser una mala señal.

¿Qué es lo peor de tanto viaje?

Los aviones y perder equipajes varios días. Luego igual aparecen los palos completamente rotos, como me pasó en Canadá, porque un camión los había pasado por encima. Y cuando he viajado con Iberia, los palos nunca han llegado. Nunca. Por eso intento quitármelos de encima y buscar compañías con las que haya tenido más suerte.

Ahora ya lleva dos semanas seguidas en Pamplona

Sí, y vengo muy a gusto a casa, principalmente en vacaciones y navidades. Pero estoy tan acostumbrada a viajar que ya necesito hacer una salidita a algún sitio.

Después de conocer tanto mundo, ¿qué le parece esta ciudad?

Como en Pamplona no se vive en ningún sitio, y dentro de unos años me gustaría quedarme de forma permanente. Es tranquilo, pequeño, aquí tengo la familia y los amigos, es donde me he criado... lo tengo todo. Tienes la montaña, la playa, y si necesitas una ciudad grande está a solo cuatro horas.

Y aunque esté lejos, siempre puede estar conectada con su gente mediante las redes sociales

En Estados Unidos las utilizo mucho más, sobre todo el Twitter, porque tengo Internet en todos los sitios. Cuando viajo, como estoy aburrida y no sé qué hacer, pues le doy al Twitter. En Estados Unidos estoy bastante enganchada, y si estoy compitiendo me gusta utilizarlo, informar en mi web, etc... Pero aquí en Pamplona suelo desconectar completamente.

Casi la mitad de sus tuits son sobre el Barça...

Me encanta el fútbol y me gusta mucho el Barça. Suelo seguir los partidos, y como la gente sabe que soy del Barça me intenta pinchar, y yo siempre caigo. No me importa que digan lo que quieran, porque tengo las de ganar y sé cómo pararles rápido.

¿Esta temporada lo ve tan claro como en la anterior?

Ahí vamos... son unos cracks, qué voy a decir. El Madrid está jugando muy bien y tiene mucho potencial arriba, pero el Barça es el Barça y con suerte y trabajo al final de la temporada ganarán de nuevo la Liga y todo lo que haga falta. Sin desmerecer el potencial del Real Madrid, el Barcelona sigue siendo favorito. Y aunque no lo fuese, seguiría diciendo lo mismo, así que objetividad poca.

¿Tiene algún jugador preferido?

Me encanta Xavi. Obviamente, Messi es el mejor jugador del mundo, pero sin Xavi tampoco sería Messi, como se ve en Argentina. E Iniesta también es impresionante.

Aunque sea culé, ¿el 8-0 a Osasuna no le pareció un abuso?

Fue un poco demasiado. Aquí -el Club de Golf de Gorraiz- vienen jugadores de Osasuna como Ricardo, Rubén o Sergio, y también Juantxo Elía, y les tengo aprecio. Además, mi hermano es socio de Osasuna, y tenemos piques en casa de vez en cuando por eso. Después del 5-0 en la primera parte le llamé para chincharle un poco, pero sí que es verdad que me empecé a sentir un poco mal. Me dieron algo de pena. Osasuna me gusta, pero si tengo que elegir entre ellos y el Barça no lo dudo.

De Mourinho mejor ni hablar...

Bufff, no. Me cae fatal. Tanto a Mourinho como a su amigo Cristiano Ronaldo los tengo cruzados.

¿Qué tal se les da a los futbolistas de Osasuna el golf?

Suelen jugar mucho, y lo hacen muy bien. Tienen muchísima facilidad. Hay una gran diferencia entre una persona normal y un deportista de élite. Además la competitividad no la pierden.

Los futbolistas le pegan al golf... ¿y usted le pega al fútbol?

De pequeña jugaba, pero hace mucho que no. La última vez jugué un partido en Francia de golfistas y caddies contra jugadores franceses conocidos, como LeBlanc, Lizarazu o Zidane. Más que jugar paseamos por el campo, porque no olíamos la bola. La clase y el control del balón que tenía Zidane era impresionante. Se notaba que estaba un peldaño por encima del resto. No me hubiera importado meterle la pierna por su pasado madridista, pero había que controlarse... aunque la verdad es que tampoco lo tuve muy cerca.

¿Es tan real eso de que las universidades van detrás de los deportistas que destacan?

Sí, te van a buscar a todos sitios. Pueden volar a cualquier lado por ti, y en mi caso vinieron expresamente a Pamplona. Si te quieren te siguen por todos lados. Yo no pensaba ir a Estados Unidos, pero me buscaron mucho, y de tantas veces que insistieron al final fui con intención de probar, me gustó y estuve cuatro años.

¿Cómo se vive el deporte en Estados Unidos?

Hay muchísima diferencia con Europa. Allí todo es a lo grande, es como si vieses una película. Tal cual. Se nota con cualquier deporte. Lo que mueve alrededor es impresionante. Si no estás allí, lo ves y lo vives, no te lo crees. Aquí no hay tanto movimiento ni en un Madrid-Barça. Y allí es así en cada partido, da igual que sea bueno, malo o regular. Donde yo estudiaba, si un partido de fútbol americano universitario se jugaba a las tres de la tarde, a las ocho de la mañana la Universidad ya estaba repleta. La gente iba a comer y a beber y pasaban allí el día entero. La primera vez que lo vi no sabía qué estaba pasando, no me podía imaginar una cosa así. No se podía caminar por la uni, coger un coche... nada.

¿Los americanos podrían vender 'a lo grande', por ejemplo, la pelota mano?

No te quepa la menor duda. No sería como el fútbol americano, pero sí un deporte bastante más conocido de lo que es aquí. Lo podrían hacer, porque su manera de ver el deporte es así. Ellos magnifican cualquier tontería que en España pasaría inadvertida. Y la pelota la harían grande, cualquier deporte lo hacen grande, cualquier cosa.

¿Los deportistas son los tipos populares de la universidad, como muestran las películas?

Es un poco así. Los de fútbol americano siempre son los más guays junto con los de baloncesto, luego están los demás deportes y luego el resto de gente.

¿Y usted era de las populares?

Yo era normal... un poco conocida pero bastante normal.

¿Las fiestas universitarias también son como las pintan en el cine?

Sí. Normalmente se hacen en las fraternidades, casas grandísimas en las que viven 20 ó 30 personas. En agosto vi una en la que habían instalado unos toboganes enormes que acababan en el agua. Y allí se pasaban todas las tardes bebiendo. Pero también te digo que como la fiesta en España no hay en ningún lado. Son bastante aburridos, la fiesta empieza a las seis y a las dos ya se ha acabado. Yo llegaba a las once y ya casi me tenía que ir.

¿Cómo llevaba la alimentación?

El primer semestre comí fatal, y le di muchísimo al chocolate. Luego te acabas acostumbrando. Buscas el mexicano, o el tailandés, o algo que te guste...

¿Se puede huir de la comida basura?

A mí me encanta la tarta, el chocolate, los helados, y es mi perdición, porque ves unas cosas... y por más que lo intento caigo. La comida es muy barata, más que aquí. Es raro ver a la familia que cocina, igual que aquí es raro ver a la familia que va siempre fuera. Le pegan duro a la comida rápida, pizza, hamburguesas... la guarrada que te comes. A mí me gusta, pero obviamente no es buena para ti. Y la calidad no es como en España. Por eso cuando llegas a casa la comida de tu madre es un lujo: jamón, paella, tortilla de patatas, cualquier cosa. Un filete a la plancha, unas verduras, todo te sabe mejor.

Qué le tira más, ¿una superproducción de Hollywood o un drama social autóctono?

Sigo muy poco el cine español. Para mí una película de Hollywood es mejor. Se ve la calidad. Antes veía alguna serie de aquí como los Serrano. Mi madre se pasaba el año entero grabándola y cuando llegaba la veía toda. Pero también me tiran más las series americanas. Seguía Prision Break, aunque hubo un momento en el que te das cuenta de que ya sobra todo. Y cada jueves veo Anatomía de Grey, desde el primer capítulo hasta el último. Estoy enganchada, pero se tiene que acabar, ya vale. Aunque cuando termine no sé que voy a hacer.

Cambiando de tema, ¿qué nos pasa aquí con el inglés?

Somos un poco torpes, nos cuesta mucho, y tenemos esa desventaja. Como la televisión y todo lo tenemos en nuestro idioma no nos hace falta. Vas a Suecia y tienes tele en inglés, en Alemania, en Holanda... hay canales en su idioma, pero también en inglés, lo escuchan desde que nacen. Y lo mismo con el cine, hay más cultura de versión original y subtítulos. Depende también de la educación. No sé cómo funciona ahora, pero yo tuve la suerte de que mis padres me llevasen a academia, porque en el colegio no aprendí nada. Estudiabas ocho años y en ese tiempo casi no sabías hablar, la pronunciación un desastre...

¿Y ahora, piensa en inglés?

Sí, porque son ya muchos años. Cuando vengo aquí al principio me cuesta, y de vez en cuando me sale el inglés sin querer. Con el golf, por ejemplo, hago todo en inglés.

¿Qué le parece que el nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no sepa inglés?

Es una cosa que debería intentar al menos. Hablarlo y escucharlo, poco a poco. De un día a otro no porque nadie lo ha hecho, pero sí debe hacer el esfuerzo. Debe tener las ganas y el interés.

¿Dónde se habla más de la crisis, aquí o en Estados Unidos?

En forma de despidos y paro, la escucho mucho más en España, quizás también porque me relaciono con diferentes personas y allí el nivel de vida de la gente con la que trato es mayor. Aquí veo carteles de protestas por despidos en la carretera, y eso no lo ves en Estados Unidos. Pero a nivel político y mediático, como ellos tienen muchísimos canales de noticias, siempre están con la recesión y la crisis económica. No creo que estén mejor que en España, porque todo lo que oigo en televisión son quejas.