pamplona - A principios del mes de julio, Domingo Gallego Escribano (Tudela, uno de marzo de 1968), más conocido en el ambiente aéreo como Chomin, consiguió, para su sorpresa, subirse al podio como tercer clasificado en el Campeonato de España de ala delta (Clase 1) celebrado en la Sierra de Leyre. El apogeo a 17 años dedicados a surcar los cielos. El valor de una pasión que atrapa.
¿Cuál es su resumen del campeonato?
-Ha sido una semana de vuelo fantástica, haciendo goles (completando la etapa) en todas las pruebas. Esto significa regularidad y ha dado fruto. A pesar del trabajo de ser uno de los organizadores del evento, una vez estás en vuelo, el resto de los problemas se quedan en tierra. Este tercer puesto ha sido increíble.
¿Esperaba finalizar en el podio?
-No hasta el último día, en el que tenia delante a Tximo y a Dani a pocos puntos. Fue, casi, una sorpresa, mis resultados no suelen ser tan buenos. Mis obligaciones familiares me impiden volar todo lo que quisiera. Soy un piloto de fin de semana con pocas horas anuales.
¿Cómo vio la igualada pelea por el tercer puesto?
-El campeonato ha tenido 4 días con pruebas validas. Después del segundo día iba 5º, a 296 puntos del tercero (Dani) y a 63 del cuarto (Tximo). La tercera prueba, (de 84 kilómetros, Villanúa, Arangoiti, Binies y Berdún), tuvo una parte final con bastante viento que dejo en el suelo, sin llegar a gol, a muchos pilotos entre ellos a Dani. Esto hizo que Tximo y yo nos acercáramos más a la tercera plaza de Dani. Tximo a tan solo 7 puntos y yo a 72. La cuarta prueba se preveía la ultima, pues después venia un día con dudosa meteorología para volar. Se puso una manga de 67 kilómetros (Arangoiti, Sigues, Izco, Urroz, Imirizaldu y aeródromo de Lumbier). La previsión meteorológica daba fuerte viento conforme avanzaba el día. Otra vez el último tramo del recorrido fue una gran criba. Solo tres pilotos hicimos gol y ninguno de ellos era Dani ni Tximo, así que suponía que les rebasaría. Finalmente salieron las clasificaciones y quedé tercero, tan solo a 11 puntos del cuarto, Dani, y a 35 del quinto, Tximo. Fue emocionante. El siguiente día se canceló por mala previsión meteorológica.
¿Cuál fue la clave para adjudicarse la tercera plaza?
-Hacer gol (meta) en las dos últimas pruebas con viento fuerte.
¿Es Navarra una potencia en el ala delta estatal con tres navarros entre los diez primeros?
-No es fácil hacer podio, pero siempre damos guerra. Tenemos unos cuantos pilotos con buen nivel nacional.
¿Cuáles son sus próximos objetivos?
-Me hubiera gustado ir al mundial de Brasil que se celebra este agosto en Brasilia, pero la falta de presupuesto de la Federación Nacional hace que suponga un gran desembolso. Clasificarse para ir al europeo del año que viene en Macedonia sería fantástico.
¿Cómo se aficionó al ala delta?
-Keito, un compañero de estudio en el Sario, me contaba sus historias de vuelo y me fascinaban. Mucho tiempo después haría el curso.
¿Cómo fueron sus inicios en este deporte?
-Tras hacer el curso en Volager, en Lérida, llamé a pilotos de la zona que me acogieron con los brazos abiertos. El ambiente es fantástico. Poco a poco fui progresando en el seno de este grupo.
¿Cuáles son los pasos para iniciarse en el ala delta? ¿A dónde debemos acudir?
-Hay que hacer un curso en una escuela y después no acabar ahí, lo mejor está por llegar y muy cerca. Hay que ponerse en contacto con la gente que ya vuela y seguir avanzando de su mano, preguntar mucho, leer mucho y volar más.
¿Hace falta una determinada edad o condición física?
-Es necesario una condición física mínima, como para cualquier deporte. En principio no es muy exigente. En cuanto a la edad, el comienzo cuesta más esfuerzo, pero una vez se tiene la técnica, se puede estar volando muchos años.
¿Es esta una afición cara?
-No especialmente. El equipo, bien cuidado, puede durar muchos años. Pero cambiarse al último grito de ala todos los años puede ser prohibitivo. Un equipo completo, en buen estado, de segunda mano, para iniciarse, puede rondar los 2.500 euros.
¿Cuándo comenzó a competir?
-Para progresar es muy interesante competir en las ligas regionales. Esto puede hacerse al segundo o tercer año, dependiendo de tu evolución, por tus cualidades y horas de vuelo.
¿Prefiere la competición o volar por placer?
-Las dos son fantásticas. La competición es, muchas veces, muy placentera. Y hay vuelos de placer inolvidables. Creo que me decantaría por el vuelo de placer.
¿Es este un deporte peligroso?
-Como en casi todas las actividades humanas, la mayor parte del riesgo depende de nuestras decisiones. No hay que dejarse llevar a situaciones fuera de control por querer conseguir lo que no se puede en el momento en que no se puede. Hay que saber renunciar. No lo considero un deporte muy peligroso, no obstante, es evidente que estas en un medio que no es el tuyo, el aire. Se puede optar por un vuelo muy conservador en condiciones sencillas y estables, y conseguir vuelos bellísimos.
¿Qué es el lanzamiento de paracaídas?
-Llevamos un paracaídas de emergencia, que se puede lanzar si se tiene un problema serio en vuelo. En mis 17 años de vuelo nunca lo he lanzado ni he puesto la mano en el asa de extracción. Solo he visto lanzarlo una vez a un piloto de ala delta y fue por una colisión con un parapente (no hubo daños personales). En el ala delta no es normal encontrarte en una situación de emergencia. Aun así, se lleva y salva vidas.
¿Ha tenido alguna vez algún susto en vuelo?
-Solo he tenido momentos en vuelo con gran turbulencia. Recuerdo un vuelo en Soria estando sobre la Sierra del Madero con momentos de gran turbulencia. Había una confluencia clara entre el cierzo (norte-noroeste) del valle del Ebro y viento del sur oeste procedente de la meseta. La turbulencia era insoportable y nos fuimos a aterrizar.
¿Cuál es su zona de vuelo favorita en España?
-Cada zona tiene sus bondades. Arangoiti es la zona en la que más he volado, pero hay otras muchas fantásticas: las laderas de Orduña, Ager (prepirineo de Lérida), Piedrahita o Arcones (en el sistema central), Blancas (Pirineo oscense), Moncayo... Una de las cosas bonitas de este deporte es cambiar de entorno de vuelo.
¿Y fuera de nuestras fronteras?
-Aunque parezca mentira, todavía no he volado fuera de nuestras fronteras.
¿Cuántas horas de vuelo realiza al año?
-Vuelo pocas horas, las obligaciones familiares lo impiden. Suelo sacar entre 20 y 30 horas al año. No he sacado la cuenta, pero en 17 años serian unas 400. Hay pilotos que pueden volar entre 200 y 300 horas al año.
¿Cuál es la mayor distancia que ha recorrido de un tirón?
-En línea recta 130 kilómetros y en una prueba 140. No es mucho para un piloto que lleva 17 años volando.
¿Y el vuelo que mejor recuerdo le ha dejado?
-Ahora mismo, los recientes del nacional. Los revivo todas las noches (ríe). A veces, pequeños vuelos por los que tienes ilusión, o por lo inesperado de las condiciones, o por la belleza de ese día te dejan un largo recuerdo. Por ejemplo, me viene a la cabeza un sencillo vuelo desde la Sierra de Toranzo (al sur del Moncayo) que acabé con un largo planeo de 37 kilómetros desde 3.500 metros hasta Tudela.
¿Puede contar algún buen recuerdo?
-El vuelo cercano con aves es siempre gratificante. En la prueba de este último nacional, desde Blancas (sobre Villanúa-Aísa) estuvimos girando con un quebrantahuesos hasta más de 3.000 metros. Es fantástico cuando, en vuelo, ves como te miran estas magnificas aves. Nunca antes había volado con un quebrantahuesos.
¿Es la Comunidad Foral un buen lugar para practicar los deportes aéreos?
-Yo creo que sí.
¿Cuáles serían las mejores zonas a su juicio?
-En Navarra por condiciones y posibilidades de vuelo, Arangoiti. Por la belleza del lugar los situados en la Barranca o al sur de Urbasa-Andia. En España, además de Arangoiti, Ager (Lérida), Arcones (Segovia) y Piedrahita (Ávila).
¿Gozan de buena salud en Navarra los deportes aéreos en general y el ala delta en particular?
-El número de practicantes de vuelo libre no son muchos. El ala delta se vio muy afectada por la aparición del parapente. El menor tamaño del equipo de vuelo del parapente (una mochila grande) da facilidades para su transporte y almacenado, frente al tamaño del ala delta. En vuelo, el ala delta tiene ventajas. Sea ese el motivo u otros, la realidad es que gran parte de las vocaciones de vuelo libre se van al parapente. El ala delta podemos decir que está en un momento estacionario, lo cual, a largo plazo, no es bueno.
¿Qué solución le encuentra al tema de lidiar con las zonas restringidas de los aeropuertos?
-En general creo que, adecuadamente regulado, se puede compartir espacio aéreo. En la mayoría de los casos hay soluciones, solo hay que poner voluntad. En otros países europeos, con espacios aéreos congestionados, ya se hace. Pero Spain is different. Aquí el vuelo libre está limitado a una altura de 300 metros sobre el terreno, lo que provoca que el vuelo de distancia, térmica, competición? sea ilegal; por lo que hay que pedir una exención a esta norma. Es una situación absurda que lleva mucho tiempo, y que no se regula adecuadamente. Fuera de España, la situación es otra. El espacio aéreo es un bien público que hay que gestionar para todos. La receta es atender las demandas y regular para todos.
¿Tiene fecha de caducidad el piloto de ala delta?
-Si te refieres a la edad máxima para practicarlo: hasta que el cuerpo aguante (ríe). Y si te refieres a si va a desaparecer, creo que todavía le quedan muchos años de vida. A nivel mundial, hay un buen número de practicantes y más de media docena de fabricantes producen alas, lo que indica que todavía hay mercado.
¿Hasta cuándo cree que volará?
-Hasta que deje de atraerme como lo hace. Es una afición que te atrapa fuerte y no te suelta.