- El balear Rafael Nadal agrandó ayer su leyenda sumando un nuevo triunfo en Roland Garros, el decimocuarto de su carrera, con lo que totaliza 22 Grand Slam y se aleja a dos del serbio Novak Djokovic como el tenista con más grandes de la historia.

En su pista favorita, donde ha conseguido sus mayores logros, dos días después de festejar su 36 cumpleaños, Nadal se impuso con autoridad al noruego Casper Ruud, 6-3, 6-3 y 6-0, en 2 horas y 18 minutos.

No fue la mejor final pero sí una de las de más mérito de las 14 que ha disputado sobre la arcilla, porque llegaba a la capital francesa sin apenas rodaje, martirizado por un pie izquierdo que le provoca grandes dolores.

Pero el hambre de mantener en la Philippe Chatrier el cetro que el año pasado le arrebató Djokovic le hizo sobreponerse para buscar añadir un peldaño más al mito que le rodea. Unos meses después de levantar en Melbourne el Abierto de Australia, encadenó los dos primeros grandes del año por vez primera en su vida y aunque suenan los tambores que anuncian pronto el final de su carrera, nadie ya se atreve a enterrarle.

Nadal es superlativo y solo el físico parece ponerle límites. Se convirtió en el más veterano en levantar esta copa superando a su compatriota Andrés Gimeno que lo hizo en 1972, con casi 35 años.

Así saltó a la central para afrontar una de las finales más desiguales que se recuerdan, porque enfrente tenía al neófito Ruud, alumno de su academia, el más joven rival que ha afrontado para levantar el título, un meritorio tenista de tierra batida que, a sus 23 años, ronda el top5.

El noruego, el primero de su nacionalidad en alcanzar esa fase, apenas tiene armas para arañar el tenis de Nadal y el español no tuvo que escarbar en sus mejores recursos para apuntarse el duelo en tres mangas.

Ante la atenta mirada del rey Felipe VI de España y del príncipe heredero Hakon de Noruega, el monarca mantuvo el trono y el aspirante tiene todavía camino por delante para lograrlo.

Amaneció cubierto París, pero sin lluvia, buena noticia para que la derecha de Nadal golpeara con fuerza, apuntando al revés del escandinavo que sobrevivía más mal que bien al envite.

Dos roturas de Nadal, una del noruego y en el bolsillo el primer parcial, sin historia, plano, para poner todavía más de cara una final que ya se presentaba favorable. La charanga entonaba pasodobles y el público se divertía más por la magnitud de la leyenda de Nadal que por la calidad del juego de la pista.

Se calmó algo Ruud en el segundo, cuando se llegó a colocar con 3-1, pero hasta ahí llego su rebelión. Nadal puso la quinta y encadenó once juegos consecutivos que dejaron la final sentenciada con el segundo 6-0 que logra en una final, tras el de 2008 ante Roger Federer.

Una de las finales más cómodas para cancelar un torneo que Nadal afrontó con las dudas físicas pero con la seguridad de que el pie le dejaría competir.

Ahora, la historia se escribirá fuera de la pista, donde el español prometió contar por dónde se dirige su futuro, condicionado por su físico y tras haber aludido varias veces a que esta puede ser su última participación en Roland Garros.

lll Marcando diferencias. La victoria de Rafael Nadal frente a Casper Ruud ayer en Roland Garros le convirtió en el jugador más longevo en ganar este trofeo con 36 años y 2 días, superando al español Andrés Gimeno que lo hizo con casi 35 años. Además, el de Manacor aumentó su diferencia como el tenista con más Grand Slams (22) de la historia, superando al serbio Novak Djokovic por dos títulos. El hito no queda ahí, sino que sigue ostentando el récord de más trofeos parisinos, con 14 frente a los 8 del extenista francés Max Decugis. Hay que bajar hasta el puesto 12º para encontrar a un tenista en activo ganador del Roland Garros: Djokovic, con dos.