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Cafeterías para gatos, una iniciativa bienintencionada que algunos miran con suspicacia

A medio camino entre colonia felina y centro de acogida, estas cafeterías con gatos buscan la adopción de estas mascotas

Cafeterías para gatos, una iniciativa bienintencionada que algunos miran con suspicaciaFreepik

Desde hace ya casi 20 años que empezaron a abrirse en todo el mundo unos peculiares locales de hostelería: los cats café, las cafeterías con gatos, no para gatos. Se trata de locales abiertos al público en los que se puede tomar un café o comer algo rodeados de los gatos que viven en el local y, si los mininos quieren, interactuar con ellos. En caso de mutuo interés, y tras el papeleo adecuado, los gatos pueden ser adoptados y encontrar un hogar y una familia.

Este es el objetivo final de estos locales, aunque entre estos objetivos también se encuentra el de que los amantes de los gatos que, por cualquier razón, no puedan tener uno de estos animales en sus casas, tengan un espacio donde disfrutar de su compañía felina. Una tercera tarea es la de ofrecer a los gatos sin hogar un lugar seguro donde tengan garantizado su bienestar. Este último punto es el que se cuestiona desde algunas asociaciones animalistas.

Un gato bebe un vaso de agua de un cliente.

¿Qué son los cats cafés?

El primer cat café del mundo abrió sus puertas en Taipéi, la capital de Taiwán, en 1998. Se llamaba Cat Flower Garden y su éxito, además de atraer a turistas de todo el mundo para tomar café rodeados de gatos y hacerse la correspondiente foto, también llamó la atención de los japoneses, que copiaron la idea y se abrieron muchos a lo largo del país. El motivo: muchos nipones viven en pisos muy pequeños donde no se admiten animales y estas cafeterías les ofrecen la oportunidad de estar en contacto con gatos, al menos unas horas.

Pronto esta iniciativa dio el salto a Europa y a España, abriéndose locales similares en Madrid, Barcelona, Bilbao, A Coruña, Sevilla, Alicante… Una particularidad de estos establecimientos con gatos es que se suele cobrar una entrada en función del tiempo que se vaya a permanecer con los gatos. En general, estos locales cobran una entrada, que suele depender del tiempo y a veces incluye una consumición.

En el interior, mientras los humanos se sientan y toman algo, los gatos deambulan por el local, que es su hogar, y son los que deciden si interactuar con los visitantes o no, permitiéndoles acariciarlos o jugar con ellos. Algunos prefieren mantenerse al margen en sus rincones u observando el panorama desde lo alto.

Además, dado que son locales que tienen como objetivo el bienestar de los gatos, también se pueden ofrecer cursos o charlas sobre el cuidado de los gatos, así como la posibilidad de adquirir juguetes o comida especializada.

Bajo escrutinio en el Reino Unido

Pero no todos consideran estas iniciativas como positivas para los gatos. De hecho, en el Reino Unido, con toda su imagen de país amante de los gatos, la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA, por sus siglas en inglés), junto con la asociación Cats Protection, afirman que estos establecimientos con gatos no garantizan un entorno adecuado para los felinos.

Señalaron que los gatos pueden experimentar estrés y malestar debido a la exposición constante a personas desconocidas y la convivencia forzada con otros animales. Además, detallaron que estos negocios utilizan a los gatos como entretenimiento y que la falta de regulaciones específicas podría generar problemas adicionales. También añadieron que los cafés de gatos operan bajo normativas locales diseñadas para la exhibición de animales, sin considerar las necesidades específicas de los felinos. También aseguraron que algunos locales podrían estar operando sin la debida supervisión, lo que aumenta las preocupaciones sobre el bienestar animal.

Por estos motivos, solicitaron que el Gobierno británico detenga la emisión de nuevas licencias y no renueve las existentes, con el objetivo de eliminar gradualmente estos negocios con gatos.

El bienestar de los gatos

Ante estas afirmaciones, los propietarios de los locales salieron a la palestra afirmando que la regulación sobre estos locales es lo que se necesita afinar y hacer más estricta. Así, han propuesto, por ejemplo, que podrían establecerse límites de edad para los visitantes, restricciones de aforo en los locales y la contratación de personal capacitado en el cuidado de los gatos. También se sugirió que los interesados en abrir un bar de gatos acrediten formación en bienestar animal.

El bienestar de estos gatos depende tanto de los gestores del local como de los visitantes que acudan a ellos. Lo más habitual es que los gatos de los cat cafés lleguen desde refugios y protectoras de animales. En la cafetería encuentran un nuevo hogar en el que sus responsables se aseguran de su bienestar y procuran que puedan refugiarse cuando quieran si la gente los agobia demasiado.

Los visitantes, amantes de los gatos, solo quieren disfrutar e interactuar con ellos, pero para que la experiencia sea positiva para todos hay que tener en cuenta que un café de gatos no es un minizoo, es su casa, su entorno y tú eres el de fuera. Son los gatos los que toman la iniciativa de acercarse y dejar que los acaricies, por lo que no hay que forzarlos ni cogerlos en brazos. De esta forma, si están tranquilos en su rincón durmiendo y viendo la vida pasar, espera y no te enfades si prefieren ignorarte. No se les puede dar de comer a no ser que los responsables te den permiso expreso y siempre la comida que ellos digan. Por supuesto, no se puede acudir con gatos o animales ajenos al local. Si eres de los que inmortalizan momentos, no uses el flash de la cámara.