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¿Se frustra un perro si no dejas que te lama la cara?

Aunque nos gusten mucho los perros, a veces da reparo que nos pasen por la cara esa lengua y ese morro que utilizan para conocer y examinar todo lo que encuentran a su paso.

¿Se frustra un perro si no dejas que te lama la cara?Freepik

Todo aquel que convive con perros lo sabe, usan la lengua tanto para explorar el mundo como para comunicarse con quienes les rodean. Y entre esos que les rodean estamos nosotros, con los que convive y a los que en diferentes ocasiones lame con entusiasmo por variados motivos y que muchas veces interpretamos como la versión perruna de un beso.

Recientemente se ha viralizado un vídeo en TikTok, colgado por la usuaria Amaya Kianna, en el que se la ve con su perraMolly, una golden retriever, dentro del coche y cómo el animal trata de lamerle la cara. Amaya lo evita y la perra pone cara de muy compungida, lo que le vale el abrazo con el que se cierra el vídeo.

Un chichuahua lame la cara de su humana.

Entre las reacciones, la mayoría comentando la aparente tristeza de la perra, alguno critica el aparente rechazo de Amaya hacia Molly, advirtiendo que no es bueno para los perros impedirles que nos laman porque se frustran al interpretarlo como una señal de rechazo y su bienestar emocional se vería seriamente afectado.

@amayakianna Molly is an emotional queen🥹 #dog#goldenretriever#college#mybaby#hug#kiss#poorbaby♬ I love her - htxjszns

Por qué lame un perro

Para los perros, el lamido es un comportamiento completamente normal, es un modo de comunicarse con sus iguales, y no debemos olvidar que para el perro doméstico los humanos que con ellos convivimos somos su familia, su manada. De cachorros aprenden este comportamiento que les permite interactuar con sus hermanos y fortalecer los vínculos con la familia. Por ello, sí es cierto que si no se les permite lamer pueden sentirse rechazados. Pero no es un acto que se derive necesariamente.

Además, los lametones no son solo un gesto de cariño, también pueden ser un signo de sumisión, de reconocerte como el líder de la manada. Es un rasgo muy habitual en los perros que viven en un hogar familiar.

También puede ser algo tan sencillo como que has sudado y les gusta el sabor salado que queda en la piel, o mucho más habitual, has manipulado comida y ellos huelen algo rico que queda entre los dedos y deciden probarlo.

A muchas personas les da cierto repelús que su perro les lama. Viven con él, pasean con él y tienen muy claro dónde ha estado esa lengua, qué ha lamido antes de que se acerque su hocico a tu cara con amistosas intenciones. Y no les hace mucha ilusión.

No se frustran necesariamente

Los expertos en comportamiento animal coinciden en señalar que el lamido es una conducta común en los perros, frecuentemente interpretada como una muestra de cariño o búsqueda de atención. Pero además, según la veterinaria Liza Cahn, detener el lamido no implica necesariamente un daño emocional para el animal. “Es poco probable que el perro se ofenda o que la relación se vea comprometida si se redirige su atención hacia otras actividades”, explicó Cahn. Es decir, no se le deja tocar la cara, pero se redirige suavemente esa acción a otra parte del cuerpo, como por ejemplo las manos, que además pueden servir para corresponder este gesto como unas caricias que devuelvan el cariño.

En resumen, se trata de considerar tanto las necesidades emocionales del perro como las de la persona y encontrar un equilibrio que respete tanto el bienestar del animal como las preferencias de la persona, que tiene el derecho de establecer sus propios límites en la interacción con su mascota. Lo más importante es encontrar un equilibrio donde el perro se sienta querido y comprendido, sin necesidad de forzar conductas que puedan resultar incómodas para los humanos.

La clave está en la comunicación, la observación y la comprensión mutua entre dueño y mascota.

Desviar los lamidos a otras partes de cuerpo o a caricias es una solución aceptable para los dos.

Señales de incomodidad y cómo responder

Puede ocurrir que en una primera instancia, hasta que él aprenda también nuestros límites, que el perro se muestre desconcertado al no ver aceptada su muestra de afecto, especialmente si es de carácter retraído, tímido o inseguro.

Por ello, dado que no es nuestra intención hacerle un desprecio, debemos observar los signos de incomodidad que revelan cómo se sienten a través de su lenguaje corporal. Algunos pueden ser orejas hacia atrás, evitar el contacto visual, lamerse el hocico repetidamente, meter la cola entre las patas. Si esto es así, conviene dedicarles unos mimos y una atención que les haga desviar sus lamidos de la cara a otras partes y que les hagan sentirse cómodos y bien recibidos.