Los navarros Mikel Zabalza, Iker Madoz y Ekaitz Maiz se encuentran en el glaciar Yalung de Nepal, a la espera de una ventana de buen tiempo que les permita comenzar su proyecto de escalar la cara este del Jannu, según informa el blog de Ternua. Los tres montañeros, que dependen de la meteorología, han establecido su campo base y se encuentran en fase de aclimatación.

El Jannu, con una altura de 7468 metros, es la cumbre virgen más alta del mundo. Este monte nepalí se ha ganado la fama de ser uno de los más complicados de escalar. Dieciséis años después de que Zabalza pusiera la vista por primera vez en el Jannu, 2022 es finalmente el año en el que el montañero intentará escalarla.

El proyecto consiste en alcanzar la cima escalando la cara este por una ruta cercana a la que abrieron Vanja Furlan y Boran Pockar a principios de los 90. Lo harán al estilo alpino, considerado la forma más pura de montañismo. En esta forma de practicarlo, el alpinista escala de manera autosuficiente transportando él mismo todo lo que necesita: comida, refugio y equipo, en contraposición al estilo expedición, donde unas bases aprovisionadas ya se han establecido anteriormente a lo largo del recorrido.

Los tres montañeros navarros pretenden llegar a un corredor orientado al suroeste situado en la parte alta de la impresionatnte pared de más de 2000 metros que presenta la montaña nepalí, que les ofrecerá más posibilidades de coronar el Jannu que la salida directa por la cara este. Lo harán juntos en una cordada de tres.

Originalmente, Zabalza, Madoz y Maiz iban acompañados del alavés Mikel Inoriza, que a sus 26 años iba a ser el más joven de la expedición. Sin embargo, una enfermedad obligó al joven a quedarse en Katmandú, a más de cinco horas del lugar donde el grupo estableció el campo base, recuperándose.

En caso de alcanzar la cima, los alpinistas tienen intención de realizar el descenso por la cara sur, que es más peligrosa que la cara este pero supone un descenso más rápido, algo clave cuando se escala en estilo alpino, ya que más velocidad supone menos peso y menos exposición a los cambios bruscos de temperatura que se pueden producir en la alta montaña.

Los tres navarros esperan completar la escalada en un tiempo de entre 5 y 7 días. De momento, siguen en fase de aclimatación en el campo base, siempre pendientes de la meteorología. en cuanto se presente una ventana de buen tiempo, comenzarán su proyecto y podrían convertirse en las primeras personas en lograr escalar un sietemil con fama de complicado.