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Ibai Marizkurrena Sagaseta: “Se lo dedico a mi hermana y a mis aitas, que siempre me han apoyado y eso para mí ha sido una motivación extra”

El doneztebarra completó el pasado 18 de octubre los 230 tresmiles del Pirineo, en un reto que se convirtió en un homenaje a su hermana Ainara, fallecida en Montferrat en 2023

Ibai Marizkurrena Sagaseta: “Se lo dedico a mi hermana y a mis aitas, que siempre me han apoyado y eso para mí ha sido una motivación extra”Cedida

Ibai Marizkurrena Sagaseta (Doneztebe, 19/08/1988) ha logrado coronar los 230 tresmiles del Pirineo, un hito al alcance de muy pocos. Lo que comenzó como una pasión compartida con amigos, se transformó en un homenaje a su hermana Ainara, fallecida en agosto de 2023 en el Montferrat, uno de los tresmil de los Pirineos. Con la cima del Pico Maubic y la Aguja Tourrat como cierre, Ibai culminó el pasado 18 de octubre un viaje de años entre cumbres.

¿Cuál fue el primer tresmil?

–El primero fue hace muchos años, en el año 2000, el pico Taillon (3.144m), cuando tenía 11 años junto con el aita, Lander, Maite y Josu.

¿Cuándo coronó el 230?

–El pasado 18 de octubre, junto con Aitor, fuimos los dos a terminar este proyecto, con la ascensión al Pico Maubic (3.058m) y la Aguja Tourrat (3.014m) desde el Cap de Long.

¿Los dejó en último lugar por alguna razón?

–Cuando realizamos la travesía del Pic Long de oeste a este en el año 2020, ya sabíamos que se quedaban dos picos por ahí sin hacer. En estos últimos dos años, mientras estaba haciendo otras crestas, tresmiles, siempre tenía en mente que quedaban esos dos y al final creo que ha sido muy bonito terminar donde todo empezó, con la misma persona que empecé y con el que he compartido la mayoría de los tresmiles.

¿Quién le acompañó en el reto?

–A lo largo de estos años, he compartido diferentes tresmiles con bastante gente, pero para esto reto en especial, los acompañantes han sido Aitor Vertiz, Igor Agesta, Igor Babaze y Unax Otegi.

¿A quién se lo dedica?

–A mi hermana y aprovecho para agradecer a mis aitas, que, siempre me han apoyado y eso para mí ha sido una motivación extra y fundamental en todo este viaje. Por otra, agradecer especialmente a los que más me han acompañado en este viaje, como son Aitor Vertiz, Igor Babace e Igor Agesta. Sin ellos, no podría haber culminado este gran reto. Aitor me ha acompañado en 160 tresmiles, siempre con un “si” a todos los planes propuestos y siempre con una gran sonrisa y apoyándome en todo. Estaré eternamente agradecido por ello. Y como no, a los Igores, porque siempre han estado a mi lado en las ascensiones y travesías más difíciles, haciendo fácil lo difícil. También quiero agradecer a Unax Otegi su ayuda. Aparte de compartir y ayudarnos en travesías duras como la cresta de Maladeta – Alba o la travesía de la zona del Perdiguero, siempre ha estado ahí para aclararme cualquier duda que tenía. Por último, a toda la gente que me ha ido apoyando estos últimos años con sus mensajes, o grandes conversaciones cada vez que venía de una travesía y siempre tenían un mensaje de ánimo para mi y supuesto al Erreka Kirol Elkartea, por la gran familia que somos y por ser un privilegio ser parte de ella. 

¿Qué sintió al subir el último tresmil?

–Al llegar al coche después de coronar el último tresmil, tuve sentimientos encontrados. Por una parte, estaba muy contento y orgulloso de terminar este reto que tenía, junto con mi gran amigo Aitor. Tal y como me prometí a mí mismo, pude dedicar todo esto a mi hermana que allá donde esté, estará muy contenta. Pero, por otro lado, estaba vacío, porque al llegar a casa y poder celebrar esto con la familia, faltaba ella, y eso es lo más duro de toda esta historia. 

¿Por qué subir los 230 tresmiles de los Pirineos?

– He ido a los Pirineos desde muy pequeño, cuando los aitas nos llevaban. Desde críos hemos visto siempre muchas fotos de nuestros aitas en los Pirineos y en los tresmiles. A mi ama le encantaban las crestas pirenaicas y creo que, desde esas vivencias vividas en casa, empieza mi pasión por el pireneísmo. Luego, como he dicho anteriormente, diferentes hitos marcan este reto de subir los 230 tresmiles de los Pirineos, pero creo que, mucho tiene que ver lo vivido en casa desde pequeños y las primeras salidas cuando éramos unos críos.

¿Ha habido algún tresmil que le haya marcado un antes y un después?

–Más que un tresmil, diría que lo que me marcó fue el primer encadenamiento de tresmiles que realicé en una cresta pirenaica. Recuerdo que fue en el verano de 2014, cuando junto con Txomin Mindegia y Pascual Vertiz recorrimos la cresta de Espadas- Posets con la coronación de siete tresmiles. Ahí es donde empieza mi pasión por las crestas y donde empiezo a disfrutar de los encadenamientos de tresmiles.

¿Cuál de todos ha sido el tresmil más duro?

–Uf, con tantas crestas, kilómetros y desnivel recorrido, es difícil responder con una sola palabra y un único monte a esta pregunta. Algunas jornadas han sido especialmente duras, tanto física como técnicamente, con un nivel alto de compromiso en las crestas y tresmiles recorridos. De todas las travesías pirenaicas realizadas, considero que las más duras por dificultad y por el físico requerido son una saliendo de la Besurta, la cresta Salenques – Tempestades en el día, coronando nueve tresmiles y acabando en el pico más alto del pirineo, el Aneto (3.404m) junto con Unax y los dos Igores. Partiendo del Refugio de Tabernés el encadenamiento de los tresmiles de las crestas de Culfreda – Lostou más Cresta Bachimala, subiendo diecisiete montes, siendo trece de ellos tresmiles, con un total de 31km y 3.500metros positivos de desnivel acumulado en terreno técnico, junto con Aitor. Dos de las cuatro jornadas empleadas en el sector del Perdiguero para ascender a sus 45 tresmiles, especialmente la primera jornada, desde el Pico Boum (3.006m) hasta el Pic Lezat (3.107m) pasando por la cresta Cresta Crabioules – Lezat, siendo esta una cresta muy aérea y técnica junto con Aitor, Unax, y los Igores, y la última jornada de este sector, la Cresta Seil Dera Baquo más Arista Oesta al Perdiguero coronando los últimos nueve tresmiles de este sector junto con Igor Babaze e Igor Agesta. Y, por último, destacaría también la travesía de los dieciséis tresmiles del sector del Vignemale desde Barrage D´ossoue, sobre todo por las ascensiones comprometidas a la aguja de Cerbillona y las agujas del Clot de la Hunt, para ir una vez y no volver más por el terreno totalmente descompuesto que hay junto con Aitor.

¿Y el más bonito, el que más le ha gustado?

–Pues aquí lo mismo que en la pregunta anterior, no me quedo con una si no que me quedo con muchísimos tresmiles y muchas crestas o travesías realizadas. A parte de las que ya he mencionado anteriormente en la pregunta anterior, todas ellas especiales, me vienen otras como, por ejemplo: La subida al Balaitous (3.144m) desde la Sarra junto con mi hermana y Aitor, subiendo por la brecha de Latour y bajando por la gran diagonal, una salida bonita y especial para mi hermana, repitiendo lo que hicieron los aitas. La cresta de Llosas y sus tresmiles, una maravilla de cresta realizada junto con Aitor y la cresta Maladeta-Alba al día siguiente con Unax Otegi y Aitor. La mayoría de los tresmiles de Ordesa en dos travesías junto con Aitor Vertiz e Igor Babace. La cresta a la antecima de Maladeta con Igor Babace, una cresta con alto compromiso en invierno. Los tresmiles “fantasma” del Neouvielle uniendo luego la arista tres consejeros y la cresta al Ramougn, en terreno técnico, un día de ensueño con Igor Agesta, así como la Cresta del Medio al día siguiente en el macizo de Maladeta. Por último, la Aguja SO de Abadías, estéticamente una preciosidad, subido con mis dos Igores.

¿Qué le ha dado más fuerzas para seguir con el reto?

–El apoyo de la familia, el de los amigos y la gran compañía que tenía para todo este reto con los amigos mencionados anteriormente. Y aquí, me gustaría extenderme un poco, porque tengo un punto de inflexión en todo esto que me sirvió para darme cuenta realmente de lo importante que era para mi todo esto y en donde me dije a mi mismo, “si hoy he podido, podré acabar todo esto” y fue en octubre de 2023. Desde el fallecimiento de mi hermana en agosto de 2023, no había vuelto a los Pirineos, y tenía miedo de como reaccionaria la primera vez que fuera de nuevo, muchas dudas de cómo me afectaría todo esto en la montaña. Planteamos un reto importante para coronar la mitad de los tresmiles de Ordesa desde Gavarnie, desde el Col de Tentes y allí fui con Igor Babaze y Aitor Vertiz. Al llegar, me surgieron muchas dudas, estaba hecho un cristo y nos quedaban 32km y 2700 metros de desnivel positivo por zona abrupta para ascender a los trece tresmiles. Y ahí, cuando peor estaba nada más empezar la jornada, me vinieron las palabras de Ainara y me venía la ilusión que tendría ella de estar allí, la ilusión que tendría que estuviera haciendo eso y entonces fue cuando dije, “no le puedes fallar a tu hermana” y me di cuenta de que tenía que seguir con el reto y tenía que seguir con mi vida hacia adelante.

¿Qué papel ha jugado la preparación física y mental?

–Ambos tienen su papel importante en todo esto. Está claro, que para las travesías realizadas hay que estar físicamente bien, al final son muchas horas y según en que cresta, muchas horas con mucha tensión y el físico es un factor importante pero igualmente importante o más es la mentalidad positiva que hace falta para todo esto. En tantas horas, a veces surgen dudas, complicaciones y la cabeza lo es todo. También y me ha pasado, a veces la cabeza te puede jugar una mala pasada, sobre todo al estar tan metido en estos retos, y por eso es importante estar rodeado de las personas importantes y de verdaderos amigos, porque es ahí, donde uno se da cuenta realmente de la gente que está rodeada.

¿Es consciente de la magnitud de lo que ha logrado?

–La verdad es que esta pregunta me está haciendo más de uno y sí, creo que soy consciente de lo que he conseguido, pero no le quiero dar mucha importancia. Es decir, el reto era importante, lo he conseguido, también, pero ha sido un reto acompañado de grandes amigos, disfrutando de los Pirineos y de la pasión que tengo por la montaña y seguiremos yendo a los Pirineos y disfrutando de nuevo de todas las travesías y picos que ascendamos en el futuro.

¿Cuáles han sido las claves para lograr este gran reto?

–Estar rodeado de grandes montañeros y especialmente de grandes amigos que me han acompañado a todos los encadenamientos y travesías y siempre han estado ahí conmigo, tanto en los buenos como en los malos momentos.

¿Cómo ha logrado compaginar el reto con el trabajo y la vida diaria?

–No he tenido problema para compaginar todo esto con mi vida laboral. Siempre lo he hecho a modo de hobbies, los fines de semana o en vacaciones, pero sí que quisiera agradecer a mis compañeros y compañeras y supervisores de Grupo Cosmos XXI la flexibilidad que he tenido para tomar el tiempo libre para este reto.

¿Qué consejo darías a quien sueña con hacer algo parecido?

–Que disfrute de cada salida, de cada cima, de cada planteamiento y de cada segundo en el pirineo.

¿Qué otro reto tiene en mente?

–Ahora mismo no tengo ningún reto en concreto, pero al mismo tiempo, sí que tengo en mente muchos planes o ideas. Lo que tengo claro es que quiero seguir disfrutando de la vida haciendo las cosas que más me gustan, ya sea en los Pirineos, en el Mendaur o en Oteixon, yendo en bici a Izpegi o haciendo travesía en invierno.